Este domingo la mediática activista trans Samantha Hudson cerraba las actuaciones de las fiestas del Orgullo 2025 en Madrid con un gran despliegue de megafonía, cámaras, aplausos y... financiación pública. Una puesta en escena mayúscula, un marco perfecto para una "artista" de nicho que usó para presentar a España como un país hostil con el colectivo LGTBI y a sí misma como víctima de una persecución sistémica, algo propio del movimiento Woke.
"Estoy harta", exclamó ante miles de asistentes. "No es casualidad que la violencia contra nuestro colectivo y comunidad vaya en aumento cuando la derecha y la ultraderecha hacen todo lo posible para atentar contra nuestros derechos, nuestras libertades, recortando, mutilando y cercenando todas las leyes que nos amparan y nos protegen", ha denunciado.
La influencer ha señalado directamente a gobiernos como el de la Comunidad de Madrid o a partidos como Vox y ha añadido que "el PP de Ayuso hace todo lo posible por seguir relegándonos a los márgenes, por seguir humillándonos y haciéndonos la vida imposible". Ha finalizado su discurso, sorprendentemente, así: "No somos el enemigo". En alguna entrevista ha contado que principalmente la contratan ayuntamientos de izquierdas.
Quedará para la historia el gran discurso desgarrador que esta noche ha recitado Samantha Hudson para los Españoles.
Cuanta verdad, que dolor.
— COMENTÉMOSLO 📺 (@comentemoslo) July 6, 2025
Ojalá avancemos, sin retroceder. pic.twitter.com/lVuVldDXbQ
La realidad legal
Lo cierto es que en España, casi todas las CCAA tienen leyes trans. La Comunidad de Madrid fue una de las pioneras, al aprobar en 2016 la Ley 2/2016 de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y No Discriminación. A nivel estatal, la Ley Trans se aprobó en febrero de 2023, estableciendo el derecho a cambiar el sexo legal desde los 16 años.
Cantabria es una de las pocas comunidades que aún no cuenta con una ley trans específica, aunque en 2020 aprobó una ley LGTBI de carácter general. Este marco normativo evidencia que no existe una persecución sistemática desde las instituciones, sino una estructura legal ampliamente favorable a los derechos del colectivo.
Rebeldía con subvenciones
Sin embargo, el contexto en el que Hudson ha lanzado estas palabras pone en duda su relato victimista. Fue la artista elegida para clausurar el Orgullo, en una edición que ha recibido una aportación de 500.000 euros por parte del Ayuntamiento de Madrid, el principal patrocinador institucional, según han informado en la nota de prensa referente a la presentación de MADO 2025.
Su figura ha sido ensalzada, amplificada y aplaudida desde una plataforma institucional y financiada por todos los ciudadanos, incluidos aquellos a quienes ataca en su discurso. A ese dinero invertido por el Ayuntamiento se unen otras medidas como el apoyo a entidades LGTBI mediante subvenciones directas y en concurrencia competitiva que en 2025 alcanzan los 665.000 euros, como informan en la nota de prensa citada anteriormente.
Además, su intervención fue retransmitida en directo por La 2 de Televisión Española, lo que refuerza que ni hubo censura ni se trató de un acto marginal, sino de una actuación institucional con visibilidad nacional garantizada por medios públicos.
Ataques a España
Días antes, en otro concierto, Hudson ya había dejado clara su actitud hacia España y sus símbolos: "Hay que cagarse en la bandera de España y mearse en la Nación", dijo desde el escenario, preguntándose a continuación: "¿Qué cojones es ser español?" y culminando con un lema cargado de contenido ideológico: "Hacerles entender que no pasarán".
La contradicción es evidente, quien denuncia censura y exclusión lo hace desde el altavoz más potente del activismo subvencionado. Quien asegura vivir en los márgenes se ha convertido en protagonista institucional de un evento financiado con dinero de todos. Así, más que una denuncia, el discurso de Hudson parece un relato construido e interpretado desde lo alto del escenario.