Marvel ha tenido muchos Thunderbolts a lo largo de su historia y en la mayoría de los casos por no decir en todos el grupo ha estado formado por villanos o, como mínimo, por los denominados antihéroes. En su época más reciente tuvimos por ejemplo a los Thunderbolts de Norman Osborn, los cuales posteriormente se convirtieron en los Vengadores Oscuros. En la actualidad, por no irnos más lejos, también tenemos otro grupo de Thunderbolts liderados por el Soldado de Invierno. Pero pocos han tenido una formación tan extraña como la que hoy os traemos a las sección de cómics de Libertad Digital. Hablamos de los Thunderbolts de Daniel Way y Steve Dillon.
Enseguida vamos con más detalles... antes, apartado técnico de cómic: guion de Daniel Way, dibujo de Steve Dillon, contiene Thunderbolts 1-6, editorial Panini, cartoné tapa dura, 144 páginas y un precio de 20 euros.
Vamos con la reseña
Con Steve Dillon las ideas locas siempre son buenas
Hulk Rojo, o lo que es lo mismo el genera Ross, está reclutando voluntarios para una misión que tiene que ver con su pasado como militar. Para ello secuestra al Castigador, pilla en pleno asesinato a Elektra, interrumpe a Deadpool en plena Masacre con unos mimos y pilla en plena misión al Agente Veneno (Flash Thompson). Una vez reclutados, la misión les lleva a luchar contra un dictador en un país inventado. Por el camino, disparos, miembros amputados, compañeros de cama que no esperas y muchísima mala leche.
Con la premisa contada en el párrafo anterior nacen estos nuevos Thunderbolts y ustedes me dirán "pues nada original en el planteamiento inicial". Bueno ya les puedo asegurar que la misión que tienen entre manos va muchísimo más allá de luchar contra ese dictador. Además, seamos sinceros, la misión es lo de menos porque lo que venimos a leer aquí son macarradas, escenas de acción con mucho humor negro y a Hulk Rojo repartiendo estopa junto al resto de sus reclutados macarras.
El grupo como reza el titular es tremendamente complejo y muy incontrolable. ¿A quién se le ocurriría juntar a Hulk rojo, Elektra, el Castigador, Deadpool y Agente Veneno? Pues a Daniel Way, ni más ni menos. A este guionista ya le hemos visto varias veces en nuestra sección de cómics al frente de historias con Lobezno o el propio Deadpool (Masacre). Su estilo le viene perfecto a esta historia porque mezcla acción y sentido del humor con cierta facilidad y sin forzar las situaciones. Eso hace que que la lectura sea entretenida y muy ágil, sobre todo si acompaña al dibujo el genio detrás de los dibujos de Predicador o el propio Castigador de Garth Ennis. Steve Dillon, señoras y señores. El genio de los genios. Así se las gastaba y por eso le echamos tanto de menos.
Si juntas un grupo macarra, un guion que solo pretende divertirte y el dibujo de Dillon, el resultado es una obra muy disfrutable que no te cambiará la vida, pero sí te la hará más feliz. Un par de apuntes importantes. Estamos a un Must Have autoconclusivo en cuanto a que el arco nos presenta al grupo y acaba cerrando la primera misión, sin embargo, estos Thunderbolts no acaban aquí. Este es el primer arco de la cabecera y, de momento, no sabemos si se va a continuar o si Panini ha establecido este cómic como un aperitivo y nada más. En ambos casos se puede leer perfectamente y dejarlo en tu comicteca aunque a nivel personal agradecería una continuación ya que te deja con ganas de más.
Por otro lado, gustándome la historia, la realidad es que el guion de Way es bastante simple. Presenta al grupo, entrega a los mismos a la acción pura y dura y fin. Esto no es malo de por sí, pero puede que eche para atrás a lectores que quieran algo más complejo.
Conclusión: si sabes cómo me pongo para qué me invitas. Si sabes de qué va este cómic para qué buscas algo que se aleje de lo que promete. Así puedo resumir mi conclusión de esta reseña. Way te da una macarrada divertida, llena de acción, con sentido del humor y con un grupo que promete siempre descontrol para deleite de sus seguidores. Si con la portada no te queda claro qué es lo que va a encontrar, no le echéis la culpa a Daniel Way. Ahora bien, siempre digo que si ves a Steve Dillon rondando por el cómic que te quieres comprar, para casa. Punto. Si gustan, disfruten de la lectura.