
"A la mui alta y assí esclarecida princesa doña Isabel, la tercera deste nombre Reina i señora natural de España i las Islas de Nuestro Mar. Comienca la gramática que hizo el maestro Antonio de Nebrija sobre la lengua castellana i pone primero el prólogo. Lee lo en buen ora".
Así comenzaba Antonio Nebrija su Gramática sobre la Lengua Castellana en 1492, en lo que constituía una dedicatoria a Isabel la Católica, la reina que lo patrocinó.
De este modo, el 18 de agosto de 1492 - hace justo 533 años- salió a la luz una obra que marcaría un antes y un después en la historia de España y en nuestra lengua: la Gramática sobre la Lengua Castellana de Antonio de Nebrija. En su dedicatoria "a vuestra real Majestad", el humanista expresaba que "a ninguno más justa mente pude consagrar este mi trabajo, que a aquella en cuia mano y poder no menos está el momento de la lengua, que el arbitrio de todas nuestras cosas".
Más de cinco siglos después, sus observaciones continúan teniendo total vigencia. En uno de los capítulos dedicados a la "construcción de los nombres después de sí", alertaba de errores de uso que seguimos cometiendo en pleno 2025: "Más aquí no quiero disimular el error que se comete en nuestra lengua diciendo: "mes de enero"; "día del martes" (…) porque el mes no es de enero, sino él mismo es enero; ni el día es de martes, sino él es martes".
Con ironía añadía:
"De donde se sigue que no es anfibología aquello en que solemos burlar en nuestra lengua diciendo: "el asno de Sancho"; porque a la verdad no quiere ni puede decir que Sancho es asno, sino que el asno es de Sancho".
Aunque Nebrija publicó en 1495 su Vocabulario Latín-Español, fue la Gramática la que triunfó en todos los sentidos. No solo fue la primera gramática del castellano, sino también la primera dedicada a una lengua "vulgar" en toda Europa, en una época en la que el latín y el griego eran los únicos considerados dignos de estudio.
El propio autor explicaba que su propósito era "sacar la novedad desta mi obra de la sombra y tinieblas escolásticas, a la luz de vuestra Corte", y con ello acercar el conocimiento lingüístico al pueblo español. El tratado se estructuró en cinco partes: ortografía, prosodia, etimología, sintaxis y un último libro dirigido a quienes, procedentes de otras lenguas, quisieran aprender castellano.
"Desbaratar la barbarie por toda España"
Antonio Martínez de Cala e Hinojosa, nacido en Lebrija en 1444 y conocido como Nebrija, fue uno de los más destacados humanistas del Renacimiento. Su formación abarcó un amplio abanico de disciplinas: teología, filología, historia, matemáticas, medicina o cosmografía, adquiridas en Salamanca y, más tarde, en la Universidad de Bolonia.
Regresó a España en 1470 con el propósito, según sus propias palabras, de "desbaratar la barbarie por todas partes de España tan ancha y luengamente derramada". Ya en 1481 había publicado sus Introductiones latinae, manual que se usó en las universidades hasta bien entrado el siglo XIX. La Gramática surgió de ese propósito, anticipando de ese modo su papel en la expansión hacia América, la cual describió como "la compañera del imperio".

