
No son pocas las veces que las dos palabras se confunden, incluso en titulares o informes oficiales. Sin embargo, "infringir" e "infligir" no significan lo mismo. La Real Academia Española (RAE) explica que, aunque suenan parecido, pertenecen a familias distintas y su uso depende del contexto: se infringe una norma y se inflige un castigo.
"Infringir" significa "quebrantar, desobedecer o incumplir una ley, una norma o un acuerdo". Por tanto, según la RAE se utiliza en contextos legales, administrativos o éticos. Ejemplos: "Los conductores que sobrepasen los límites de velocidad infringen las normas de circulación", "No estamos infringiendo la ley" o "Los organizadores fueron acusados de infringir las reglas del evento".
"Infringir" o "infligir": qué significa cada uno
Por otro lado, "infligir" se usa, según la RAE, con el sentido de "causar daño físico o moral" o "imponer un castigo". Es habitual en textos judiciales o literarios: "El juez le infligió una dura pena", "El detenido declaró que la herida se la había infligido él mismo" o "La sanción que le infligieron fue limpiar el grafiti que había pintado".
Consultas de la semana | ¿Cuándo se usan «infringir» e «infligir»?
«Infringir» es ‘quebrantar una ley, un precepto o un acuerdo’: «No estamos infringiendo la ley».
«Infligir» es ‘causar un daño físico o moral o imponer un castigo’: «El juez le infligió una dura pena». pic.twitter.com/WdUJQHbgy5
— RAE (@RAEinforma) September 13, 2021
Ambos verbos comparten una raíz latina distinta: "infringir" procede de infringere (‘romper, quebrantar’), mientras que "infligir" proviene de infligere (‘golpear, imponer’). De ahí su diferencia de significado, aunque su pronunciación similar provoque confusiones frecuentes.
En resumen, se infringe la ley y se inflige el castigo. Una diferencia sutil, pero fundamental, que evita errores comunes en textos formales, jurídicos o periodísticos. Porque, como recuerda la RAE, "una sola letra puede cambiar por completo el sentido de una frase".

