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Cuidado, la Semana Santa en Andalucía no se toca

Un comedia y dos dramas han protagonizado la nueva jornada del Festival de Málaga. 

Fotograma de Mi querida cofradía | Contracorriente Films

La jornada del martes se inauguraba con la proyección en Sección Oficial de Mi querida cofradía, de la directora malagueña Marta Díaz. En principio, y a pesar de ser una comedia, se toma demasiado a la ligera lo que es una cofradía de Semana Santa en una ciudad andaluza, la cual no especifica, y todo lo que conlleva ésta.

Da la sensación de que esta mujer atea, según ha declarado ella, desconoce bastante lo que conlleva ser un cofrade y es más, utilizar tópicos pretendidamente feministas como los de enfrentar en las elecciones a Hermano Mayor a una mujer y un hombre y que éste siempre salga ganador por el mero hecho de ser hombre. Algo que no es cierto y que la directora podría haber comprobado con sólo ver la cantidad de mujeres que ostentan el título de Hermana Mayor en muchas cofradías a lo largo y ancho de Andalucía.

Además mete de por medio a la Iglesia poniendo al cura como malo de la historia, cuando éstos no suelen intervenir en la elección de Hermano Mayor. Le pediría a esta señora un poco de seriedad y de información. Lo cierto es que la elección del Hermano Mayor es el tema de fondo para contar una historia de tres mujeres 'al borde de un ataque de nervios', como en la película de Pedro Almodóvar, muy presente en su desarrollo. Si recordáis, en la película del manchego a una de las protagonistas se le hacía dormir bajo los efectos del Orfidal, pues aquí duermen al hombre con Diazepam.

De original tiene poco, apunta todo el rato pero no despega en ningún momento. A pesar de las risas, espero y deseo que esta película no confunda ni al jurado ni al público por muy de Málaga que sea su directora.

En el polo opuesto está Las distancias, de Elena Trapé que cuenta el viaje de un grupo de amigos de la universidad a Berlín para darle una sorpresa a un colega que vive allí y que va a cumplir 35 años. Elena hace un gran ejercicio de estilo, nos presenta a una serie de personajes totalmente creíbles que han evolucionado y que a pesar de los esfuerzos de una de sus protagonistas, han cambiado. Y no precisamente para bien.

Las distancias es de esas películas que te deja un poso en el que uno se pregunta, ¿merece la pena recuperar un pasado muerto y confuso que ya no volverá? Magníficos todos los actores con mención especial para Alexandra Jiménez, verdadera protagonista de esta historia y que una vez más muestra la versatilidad y grandeza que tiene como actriz.

Finalmente, y aunque sólo sea porque lo interpreta José Sacristán, mencionamos el debut en la dirección del actor Pau Durá, Formentera Lady. La película es un recital de Sacristán, que da vida a un viejo hippy que vive en la isla de Formentera, que nunca ha querido tomar responsabilidades y que como caído del cielo tendrá que cuidar de su nieto durante un tiempo.

Este Peter Pan tendrá que luchar contra su propio yo para avanzar en la historia y en la vida. Es una película que se deja ver, especialmente como decía por la interpretación de un grande. De momento seguimos sin ver ninguna favorita para los premios de este año, aunque mi olfato me dice que atención con Las distancias, que a lo mejor nos llevamos alguna sorpresa.

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