Hay directores capaces de cambiar de registro y entregar una obra aceptable, fruto de una sensibilidad diferente, en un género que no es el habitual en ellos. De hecho, pueden suponer un soplo de aire fresco, aportar una nueva mirada a un argumento genérico. Ese podría ser el caso de El sótano de Ma, filme de terror producido por Blumhouse (Paranormal Activiy, La noche de las bestias, Insidious...) y dirigido por Tate Taylor, artífice de Criadas y Señoras y otro thriller como es La chica del tren. Pero efectivamente, han leído bien, lo estamos escribiendo todo en condicional: ese podría ser el caso, pero no lo es. Porque El sótano de Ma, aparte de un reparto superior y una cierta voluntad de desarrollar sus inquietudes por encima de la media en el género, es un desastre como obra de suspense.
El argumento da para una dosis nueva de horror adolescente, variedad espacio cerrado: Sue Ann (excelente Octavia Spencer), una aparentemente inofensiva auxiliar veterinaria, ofrece el sótano de su casa a una pandilla de jóvenes para que celebren sus fiestas en un espacio controlado. Solo hay una regla: no beber (demasiado) y, sobre todo, sobre todo, no subir las escaleras... Naturalmente, la mujer esconde un carácter desequilibrado y un plan maléfico que afectará no solo a los chicos, sino a toda la comunidad donde viven.
La película de Taylor empieza muy bien. Hay un reparto de una calidad superior en esta clase de empresas, empezando por Spencer y continuando por Juliette Lewis, Luke Evans e incluso Allison Janney, que se deja caer por aquí por, evidentemente, su afinidad con el director. Los actores adolescentes también dan la talla, y el guión de Scotty Landes les ofrece más material para trabajar que la media del género. Taylor se entretiene en construir la situación, desarrollar a Sue Ann como Rob Reiner hizo en la (superior) Misery, y trata de no basar el atractivo del filme en los sustos o la sangre sino en la interpretación de ciertos signos ambiguos (Ma es una villana muy sui generis, y no ejerce como tal hasta bien entrado el largometraje) que establecen interesantes derivadas sociales.
Desgraciadamente, el delicado castillo de naipes de El sótano de Ma se viene abajo en su segunda mitad, con Taylor revelándose como un torpe director de género incapaz de abrazar con gusto o descaro sus efectismos... y cayendo en otros más propios del melodrama. Un desenlace atropellado (aunque, por fin, sangriento), una rotunda falta de sensibilidad con el suspense, el terror y la comedia negra y unos aires de drama de sobremesa intolerables a estas alturas del cuento arruinan una función en la que, de todas formas, Octavia Spencer se erige como lo mejor sin ninguna dificultad. El reparto es excelente, las bases estaban asentadas, pero El sótano de Ma es como uno de esos trenes a los que, simplemente, uno no puede subirse.