
El madrileño Mariano Schoendorff -de 28 años- ha querido ser director desde que era niño. Empezó rodando pequeños cortometrajes con sus amigos del colegio. Tenía once años y soñaba con poder dedicarse a ello profesionalmente algún día. Apenas alcanzaba a imaginar entonces que unos años más tarde tendría la oportunidad de trabajar con artistas de la talla de C. Tangana, o que sería el artífice de campañas para grandes empresas como Zara.
Como ha relatado para Libertad Digital, puso todos sus esfuerzos "en desarrollar y cumplir el objetivo de convertirme en director". Algo que le inculcó su mentor, el cineasta Mario Schoendorff. Es primo de su padre y -a la vista de su temprano interés por el cine- con doce años le puso a ver películas como ‘El acorazado Potempkin’ de Eisenstein, ‘El gabinete del doctor Caligari’ de Wiene, ‘Persona’ de Bergman o ‘High and Low’ de Kurosawa, que a día de hoy siguen siendo un referente para él.
"Me hizo leerme el guion de ‘Raging Bull’ y plantear como lo rodaría… Ha sido el mejor profesor que he tenido", exclama. "Es una enciclopedia del cine... Él compartió conmigo ideas y películas de las que aún bebo, le estoy muy agradecido", añade. Sobre esa base, Mariano siempre tuvo claro que tenía que "rodar todo lo que pudiese, desde videoclips o anuncios hasta cortometrajes". Y eso ha hecho: formarse y desarrollarse como escritor y cineasta, tocando todos los palos (que le han dejado).
Así llegó a dirigir ‘Luna’, un trabajo muy especial para él. Es "un fashion film, pero lo veo como un corto narrativo", explica. Esta producción audiovisual de moda -para la marca Luna del Pinal- supuso "el primer proyecto donde vi una pincelada de lo que puede llegar a hacer en equipo y de lo que viene siendo mi voz como artista". De ahí su importancia. Aunque no es baladí que con él lograra la nominación a ‘Mejor dirección’ en el Berlín Fashion Film Festival y el galardón Vimeo Staff Pick.
L.A., el punto de inflexión
Schoendorff comenzó a dedicarse al mundo audiovisual de forma más profesional en 2015, cuando entró a trabajar en el departamento de Desarrollo de la productora Canana en Los Ángeles (California), junto a Diego Luna, Pablo Cruz y Gael García Bernal. Inicialmente estaba muy centrado "en el lado de guion".
No obstante, él tenía claro su objetivo. Así que "mientras trabajaba continué rodando mis cosas y -poco a poco- una cosa fue llevando a otra hasta que terminé haciendo anuncios de manera más o menos regular". "Estuve en Los Ángeles estudiando y trabajando. Fueron unos años preciosos y extremadamente constructivos a nivel personal y profesional", asegura.
"Conocí a algunos de mis mejores amigos en la industria y rodé muchísimo, estaba en set prácticamente todos los días" y "cuando no, iba a ‘questions and answers’ (coloquios con directores y actores que presentaban sus películas), eventos, proyecciones... Fue una escuela increíble".
‘Limonada’, el salto a la ficción
En estos momentos, en los que ya tiene su carrera muy bien encaminada y se lo rifan en el mundo de la publicidad, tiene entre manos dos cortometrajes que ya han generado mucha expectación. Por un lado ‘Spaceman’, que es "un documental que estoy cerrando ahora". Y, por otro ‘Limonada’. "Es mi primer corto de ficción, que he hecho con mucho cariño y estamos a punto de sacar".
"Es una historia personal que habla del daño que puede hacer la mentira, el precio que tiene mantener esa fachada de familia perfecta en todos los integrantes de la misma", detalla Mariano Schoendorff. En él ha hecho el ejercicio de "combinar todas esas influencias españolas y americanas que he tenido estos últimos siete años". Sus colaboradores más cercanos se han convertido "en familia".
El cineasta tiene la inspiración, el talento y las ganas necesarias para materializar todas las ideas que tiene en su cabeza. De hecho, reconoce que ya tiene dos nuevos proyectos a la vista. "Pero hasta no tener la cámara pinchada, no me atrevo a decir nada", señala. "Lo que me lleva a Estados Unidos (donde volverá pronto) es la gran cantidad de oportunidades que hay y el aire que se respira. En Los Ángeles todo es posible".


