Menú

'Madame Web', una película que no pueden defender ni los fans de Marvel

Madame Web, ya en cines, es un poco ambicioso filme ambientado en el mundo de Spider-Man.

Madame Web, ya en cines, es un poco ambicioso filme ambientado en el mundo de Spider-Man.
Madame Web. | Sony

Tarde o temprano una franquicia tiene que afrontar una reducción de coste. Y eso es exactamente lo que parece estar practicando Sony con Madame Web y otros spin-offs Marvel destinados a mantener vivos los derechos de Spider-Man en su cartera de propiedades. Al igual que con Morbius, estamos ante una película producida en asociación con el estudio líder en superhéroes y perteneciente al universo de la joya de la corona de la saga, en el bolsillo de Sony desde que fuera adquirido para la seminal Spider-Man, de Sam Raimi, allá por primeros de los 2000.

Existen dos factores más coyunturales en la aventura, que viene marcada por el ya clásico acento femenino de toda producción de Hollywood, y que a la vez funciona como precuela -con vista a la utilización, aún no se sabe cómo, de los personajes en futuras historias de Spider-Man- que la película protagonizada por Dakota Johnson debe tratar sin caer en el abismo de las ideas mediocremente ejecutadas. Pero cae en él, vaya si lo hace.

Hay una veta que esta película dirigida sin personalidad por SJ Clarkson no sabe aprovechar del todo bien, y es su funcionamiento como thriller sobrenatural más que relato de superhéroes. Si Madame Web, la conductora de ambulancias que adquiere el poder de ver futuros posibles, hubiera aprovechado más su faceta de "road-movie" en el que sus protagonistas, como en Terminator, son perseguidas por una máquina de matar, la directora habría entregado, por lo menos, un buen entretenimiento. En su beneficio cabe reconocer que, cuando el filme se ciñe a eso, es cuando funciona mejor, y que lo hace durante al menos la mitad de su metraje. Pero Clarkson no sabe o no puede transmitir lo misterioso de las disociaciones de la protagonista, por lo que el factor Expediente X queda rápidamente absorbido por un clímax donde no maneja especialmente bien la acción y la edición de secuencias espectaculares.

Al final, queda la curiosidad de ambientar el relato a principios de siglo (aspecto que el diseño de producción parece resumir en la profusión de carteles de Beyoncé) y el recurso a las primigenias herramientas informáticas de vigilancia tras el 11-S que ya vivimos en los thrillers de la época. Que las cuatro chicas protagonistas funcionen, en ese pretérito 2003, como adelanto previo al advenimiento del cine de superhéroes que sobrevenía entonces, no deja de ser una curiosidad que se malgasta en su torpe monólogo final: todo era, al final, cuestión de sororidad, no de heroísmo. Al final, Madame Web es una película exactamente como aquellas adaptaciones de cómic que se producían en la época hasta la consagración del ya legendario Kevin Feige: sin ambición pero sin saber utilizar su modestia.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios