Hollywood reacciona con incredulidad al último anuncio de Donald Trump, unos enormes aranceles para toda aquella producción rodada fuera de Estados Unidos.
Un episodio más de la guerra comercial abierta por el presidente republicano, que tiene lugar el mismo fin de semana en el que el propio Trump ha publicado una imagen suya caracterizado como Papa pocos días antes del cónclave que decidirá el próximo pontífice.
En mayúsculas: "¡Queremos cine hecho en Estados Unidos, otra vez!", escribió Trump en redes sociales, asegurando en la publicacion que muchas zonas de EEUU están siendo "devastadas".
Tal y como advirtió la prensa, muchas producciones se verán afectadas y de ponerse en marcha los aranceles tal y como han sido expuestos por el presidente, podrían literalmente acabar con al industria. La superproducción de Marvel Avengers: Doomsday, nueva aventura de los Vengadores, justo acaba de comenzar a rodarse en Londres esta misma semana y se desconoce cómo podría afectar sus planes. Otras grandes películas rodadas ahora mismo fuera de territorio estadounidense serían las secuelas de Avatar, La Odisea de Christopher Nolan o Supergirl.
El presidente, como es habitual, no dio detalle alguno de cómo implementará estos aranceles, una nueva línea de acción abierta en pararelo a la guerra comercial con China y los aranceles a otras decenas de países extranjeros.
Unas medidas que han provocado que las recaudaciones de las películas norteamericanas en China caiga de nuevo a un nuevo bajo, pese a ser el segundo mercado más grande para esa industria a nivel mundial.
Trump, en todo caso, ya ha autorizado al Departamento de Comercio y a la Oficina del Representante Comercial de EE.UU., encabezados por Howard Lutnick y Jamieson Greer, respectivamente, implementar de inmediato dicho arancel, según su publicación.
"La industria cinematográfica estadounidense está muriendo rápidamente. Otros países ofrecen todo tipo de incentivos para alejar a nuestros cineastas y estudios de Estados Unidos. Hollywood, y muchas otras zonas de EE. UU., están siendo devastadas. Este es un esfuerzo conjunto de otras naciones y, por lo tanto, una amenaza para la seguridad nacional. Es, además de todo lo demás, ¡mensajería y propaganda!", escribió.
Mientras tanto, las reacciones de incredulidad y rechazo se suceden en la misma red social por parte de periodistas y trabajadores de la industria, y se especula con la verdadera intención del presidente al imponer unos grandes aranceles del 100% a la industria.
El anuncio puede leerse tambien como un episodio más en la cruzada anti-woke de Trump contra la industria del cine, pero que en esta ocasión se ejecuta en términos de venganza económica y de proteccionismo político.
En la actualidad, Hollywood ha diversificado su producción gracias a incentivos fiscales como los que ofrece España, desplazando los rodajes a Reino Unido, Australia o Irlanda, además de EEUU. Muchos críticos con la nueva iniciativa se preguntan igualmente por qué Trump no ha ofrecido incentivos en sus propios Estados, en lugar de gravar los rodajes ejecutados en el extranjero.