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CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'La casa al final de la curva' con Ben Foster

La casa al final de la curva se estrena en cines españoles el viernes 6 de junio.

La casa al final de la curva se estrena en cines españoles el viernes 6 de junio.
La casa al final de la curva | DeAPlaneta

Los thrillers obsesivo-compulsivos de antaño encuentran una temporal espita para liberar tensión en esta La casa al final de la curva, película que pese a un título que sugiere conexiones con el terror más agresivo y "pulp", en realidad coge la vía de ejercicio de músculo interpretativo de su protagonista, Ben Foster, y retratar una serie de pulsiones ocultas bajo esa capa de lo que se ha venido a llamar nueva normalidad.

Foster, especializado en villanos o personajes marginales, lleva ese bagaje a un tipo con un buen empleo, una familia estable y una buena nómina. Cuando descubre que el jardín de su nueva casa es un punto negro de accidentes de tráfico, algo en el apacible sujeto se despierta. La pulsionales casi erótica de muerte, el trauma del salvador y proveedor masculino… Llámenlo como quieran, pero La casa al final de la curva quita el disfraz al papá inofensivo mientras el personaje camina con satisfacción hacia la oscuridad a partir de un suceso turbio pero cotidiano.

Hay algo del Crash de Cronenberg y de Nightcrawler, aquella en la que Jake Gyllenhaal interpretó a un periodista de sucesos con afán de sangre, en la película de Jason Buxon. Y aunque hubiera aguantado algo más de carne y sangre y una realización algo menos plana, su voluntad de permanecer en un registro sutil, psicológico, proporciona momentos de incomodidad y una notable dosis de cine en torno a la esquiva plasmación de un deseo abstracto y nunca manifestado.

Entre el miedo y la expectativa, la negación y la atracción, Foster encuentra aquí un jardín lleno de cosas con las que jugar en una cinta que podría ser la genésis de ese psycho-thriller de la nueva masculinidad, y que por tanto casi automáticamente encapsula una frustración silenciada: que desde el principio enlacemos el ansia de sangre con una cierta incapacidad sexual es solo una de las muchas gotas de humor (negro), quizá fatalista pero un punto recreativo, de la película de Buxon.

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