
El cine español vuelve a mirar de frente a uno de los dramas más crudos de la sociedad: la prostitución forzada y la trata de mujeres. Hamburgo, la nueva película del director Lino Escalera, conocido por filmes como No sé decir adiós, se adentra en el universo de la esclavitud sexual a través de un enfoque profundamente humano.
Protagonizada por Jaime Lorente e Ioana Bugarin, Hamburgo se aleja del thriller convencional para ofrecer una obra de tono autoral, centrada en el conflicto interno de unos personajes que huyen de sí mismos. Lorente interpreta a Germán, un taxista derrotado por la vida que trabaja transportando mujeres en un club de alterne, sin saber que su mundo cambiará al cruzarse con Alina, una joven rumana obligada a prostituirse, interpretada por Bugarin.
Un personaje en constante huida
"Germán es un personaje que está en constante huida de sí mismo, es muy complicado porque de alguna forma el personaje está anestesiado", ha explicado Lorente en una entrevista en esRadio. "Es un hombre que no entra en el mundo de las adicciones de forma voluntaria, sino a través de una suma de pequeñas decisiones, da unos pasos que quizás en otro contexto nunca hubiera dado", ha señalado el actor.
Para Ioana Bugarin, una de las grandes revelaciones del filme, el reto fue doble: emocional y lingüístico. "Era un personaje muy duro, muy lejos de mí como persona. Hablé con psicólogas y supervivientes, leí muchos libros… y además solo llevaba un año aprendiendo español", ha reconocido. "Quería darle ternura a Alina, que no fuese solo una víctima, sino también una mujer con esperanza", ha expresado. Además, según la actriz "en Germán ve un lugar donde se reconocen".
El director Lino Escalera agradece la colaboración de la organización APRAMP, que trabaja con mujeres en situación de esclavitud. "Nos costó mucho acceder a sus testimonios, pero lo que nos contaron fue un tesoro para construir a Alina", ha explicado. Hamburgo, ha asegurado, nace de su interés por el cine negro, aunque se distancia del género para centrarse en la complejidad de sus personajes. "Es una interpretación muy personal del thriller. Aquí el foco no está en la trama, sino en las personas".
La adicción y la empatía
La adicción, la desesperación y la empatía son los motores internos de Hamburgo. "La cárcel de Alina es impuesta y forzada por un sistema de trata. En la cárcel de Germán la base es la adicción, ha apuntado Escalera. Sin embargo, "el espectador es capaz de empatizar con Germán porque sabe cuales han sido sus errores e intenta solucionarlos. Es un personaje con muchas capas".
Por otro lado, el rodaje, intenso y exigente, ha sido una experiencia transformadora para el reparto. "Fue duro, pero muy disfrutable", ha asegurado Lorente. "El trabajo previo fue tan intenso que desde el primer día sentí que la película estaba viva".
Hamburgo se estrena en cines como una apuesta arriesgada y necesaria dentro del cine español actual. Una obra que interpela, incomoda y conmueve.
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