
La joven actriz Clara Galle ha protagonizado la nueva serie juvenil de Netflix, Olympo, un drama que pone al límite a los atletas más prometedores del país. Ambientada en el CAR Pirineos, Olympo sigue a Amaia (Clara Galle), una exigente capitana de la selección de natación sincronizada que, tras años de sacrificios, ve tambalear su liderazgo cuando su mejor amiga la supera por primera vez. A través de temas como el dopaje, las desapariciones o las traiciones, los atletas se verán entre la espada y la pared.
Este personaje llegó como un regalo para Galle, que recuerda cómo en una entrevista describió que su papel soñado era una deportista de élite. "En cuanto salí de la puerta de esa entrevista, me llegó un mail del casting". Lo que parecía una coincidencia se convirtió en destino: "Era una prueba que yo acababa de pedir... y me llegó como si fuera un regalo del universo".
Lejos de la autocomplacencia, Galle reconoce que no suele creerse predestinada para un papel: "Normalmente soy bastante coherente con lo que puede pasar... pero yo lo leí y dije, es que esta persona la tengo que hacer yo". De hecho, su conexión con el personaje fue tan inmediata como profunda: "Yo he sido gimnasta, yo la entiendo perfectamente", expresa en esRadio.
La honestidad como motor de su personaje
Para Clara Galle, el motor emocional de Amaia está en su forma radicalmente sincera de ver la vida. "Ella lo único que quiere es hacerlo lo mejor posible. Sus medios son una exigencia extrema a la que muy poca gente está dispuesta a llegar", afirma. Esa honestidad, dice, "en la propia vida y en la propia serie está muy bien reflejada y no se entiende".
Galle se volcó en la evolución interna de su personaje, al que bautizó en secreto como "el bicho": "Mi trabajo fue de cómo ir sacando al bicho poco a poco". Una líder que no sabe pedir pero solo sabe dar: "Ese es uno de sus grandes fallos... que solo sabe dar, y no pedir".
Sexo sin morbo y con sentido
La actriz responde sin tapujos a las críticas que reducen Olympo a una serie de escenas subidas de tono. "Yo he leído muchísimos comentarios como 'otra vez Clara eligiendo un proyecto para poder salir desnuda'", lamenta. Y lo desmiente rotundamente: "Literalmente yo he hecho Olympo en la que tengo, creo, dos escenas de sexo en toda la serie y he hecho A través de mi ventana que fue mi primer trabajo y que es verdad que iba de eso".
Reivindica una representación natural y justificada: "En la vida de todo el mundo, el sexo es algo importante y al final es la vida de una persona". Y apunta con claridad: "Que va a hacer un chico que juega rugby de 20 y pico años en un centro de alto rendimiento...también van a tener relaciones".
Una actriz con vocación múltiple
Clara Galle no tiene miedo a imaginarse fuera de los focos: "Yo no descarto que en algún momento deje de ser actriz y me meta a ser guía en un museo, seré igualmente feliz", asegura. Formada en historia del arte y con una fuerte vinculación familiar con la fotografía, afirma que "si algún día se acaba, se acabó, y mi vida sigue".
Desde pequeña se sintió atraída por lo artístico: "Me encantaba pintar, yo sigo pintando, empecé a estudiar diseño en Bellas Artes, lo tuve que dejar porque empecé a rodar... y ahora sigo con historia del arte porque puedo hacerlo a distancia".
Aprender a decir no
Consciente de su crecimiento personal, Clara Galle admite un cambio profundo: "Antes era como un poco de bueno, a ver por dónde voy... ahora tengo mucho más claro y no me da miedo decir que no". Reconoce que este aprendizaje ha sido posible gracias a escuchar y dejarse aconsejar, pero también a observar y reflexionar: "Voy aprendiendo mucho, mucho, mucho. Se trata de estar todo el rato en constante trabajo de introspección".
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