
Vladímir Putin es sin duda uno de los tiranos más inescrutables y grises del mundo, no viste un chándal colorido a lo venezolano ni suele ser extravagante, más allá de las fotografías sin camiseta mientras cazaba. Un rictus casi inexpresivo, no olvidemos que fue agente secreto. ¿Pero cómo un agente de la KGB ha terminado presidiendo Rusia convirtiéndose en un tirano con ínfulas imperiales?
La película El mago del Kremlin, de Olivier Assayas, cuenta precisamente cómo Putin, un hombre gris sin carisma y al que no conocía nadie, pudo terminar sustituyendo a un show andante y popular entre los rusos como Borís Yeltsin. La película, presentada en el Festival de Cine de San Sebastián tras su paso por Venecia, está basada en el libro homónimo de Giuliano da Empoli y cuenta cómo Vadim Baranov, personaje inspirado en Vladislav Surkov ideó la campaña para que el hombrecito gris se convierta en presidente-títere de los oligarcas.
Sin embargo, Putin tenía sus propias ambiciones, liquidar a los antiguos oligarcas sustituyéndolos por su grupo de amigos a los que enriqueció para que le fueran fieles y convertirse en una especie de nuevo zar pero a lo soviético.
Jude Law es el encargado de dar vida a Putin en un ejercicio de mimetismo sorprendente. Sin postizos ni retoques, más allá de una peluca gris, el actor británico consigue construir corporalmente al presidente ruso. Sobre Paul Dano ha recaído el encargo de hacer de Baranov, el ideólogo maquiavélico detrás de Putin. Un personaje siniestro que con una languidez extrema decide sobre la vida de millones de personas sin inmutarse.
¿Psicópata, cínico o fiel lacayo? Paul Dano, en una entrevista para esCine en el festival de San Sebastián, asegura sobre su personaje que "su abuelo cayó con los bolcheviques, su padre con los comunistas y él no quería ser víctima de su tiempo, decide que no quiere morir... ...y esta persona está dispuesta a ser cómplice con tal de ser alguien, con tal de tener un impacto en su tiempo".
Pincha en el audio para escuchar todo lo que dice Paul Dano a esRadio sobre su personaje y por qué le parece perturbador:
Sin embargo, la parte más interesante de El mago del Kremlin es cuando Assayas muestra la estrategia de Putin y sus injerencias en el mundo occidental, ya sea interfiriendo en las elecciones de Estados Unidos, en favor de los separatistas catalanes en España o difundiendo bulos que los terraplanistas y antivacunas engullen y dispersan sin mayor procesamiento. El objetivo es debilitar a occidente, hacer que teman a Rusia, a la "gran" Rusia de Putin.
El mago del Kremlin, como toda película sobre el mundo de la política, está plagada de datos, nombres y momentos relevantes que pueden ser un tanto apabullantes. Sin embargo, el retrato que hace del tirano ruso, de su visión imperialista y acomplejada del mundo, está tan bien contada, tan bien interpretada, que le puedo perdonar los fallos que tenga, que los tiene.
El mago del Kremlin llegará a los cines en 2026.

