
El cine que llega de Hollywood en los últimos años vemos cómo prevalecen los remakes, secuelas y precuelas. La última tendencia es reestrenar títulos antiguos con los que siguen haciendo caja. Sólo en las últimas semanas han vuelto a las salas de cine Sonrisas y Lágrimas y Tiburón.
El actor norteamericano Ron Perlman ha participado en la película española Ya no quedan junglas, presentada en el Festival de Cine de San Sebastián. Preguntado por esCine sobre el momento que atraviesa la meca del cine apunta que "es verdad que Hollywood ahora mismo, con los estudios y con las personas responsables de dar luz verde a los proyectos y de asignar los recursos, están en un estado de gran cobardía. Y eso no significa que no exista gente ahí que quiera contar historias muy bonitas".
Por ello, matiza que "están pasando cosas muy bonitas en el mundo, en lo que al cine se refiere, pero lo tienen que hacer de forma más independiente y no aplicando una ingeniería inversa para tratar de encajar todo eso en el mismo molde". Ron Perlman subraya en esRadio que "el hecho de que los estudios estén un poco tratando siempre de decir por dónde tienen que ir las historias, eso es un sistema corrupto en sí mismo. Yo estoy trabajando en un modelo que va en completa oposición con lo que existe actualmente".
Ron Perlman en la piel de un marine retirado en España
Ese modelo pasa por trabajar en diferentes filmografías, como la española. Así, en Ya no quedan junglas interpreta a un marine retirado que vive en España donde cada jueves contrata los servicios de una prostituta porque le recuerda a su mujer fallecida. No es para tener sexo, sino para pasear o almorzar juntos reviviendo a su gran amor a través de ella.
Un día la joven aparece brutalmente asesinada tras haber prestado un servicio a tres importantes abogados con vínculos en la Fiscalía. Ante la posibilidad de que los asesinos se salgan con la suya, el marine decide entrar en acción. Ron Perlman explica que aceptó el trabajo porque "estaba encantado de acoger a este personaje y hacerlo mío hasta el fin de sus días".
Un personaje "para el que todo lo que él tenía ha desaparecido: su mujer, su carrera... y sólo quiere vivir el resto de sus días de forma tranquila". Sin embargo, "se despierta y pasa de la inacción a lo contrario para vengar un acto de injusticia que le parece increíblemente inhumano".
El espectador empatizará totalmente con este marine que se toma la justicia por su mano. El motivo, según Ron Perlman, es "porque en un mundo donde se puede interferir con la Justicia si tienes privilegios o conexiones con las altas esferas y salirte con la tuya, creo que a la gente le encanta este tipo de películas porque anhela la justicia real".
"En las películas, cuando alguien hace algo horrible, el protagonista consigue corregirlo, por eso a todos nos gustan las películas de gángsteres, independientemente del lado moral en que te encuentres. Cuando se requiere una respuesta por un acto cometido que es malo, se obtiene y, sin embargo, en la vida real, como la gente es capaz de manipular las circunstancias y salirse con la suya, existe esta frustración que, sin embargo, no sucede en el mundo del cine", explica el actor.
Pincha en el audio para escuchar la entrevista completa donde Ron Perlman también reflexiona sobre la imagen que proyecta el cine sobre los soldados norteamericanos y por dónde quiere continuar su carrera cinematográfica.

