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Pedro Fernández Barbadillo

La hora oficial, ¿vestigio del franquismo?

Cuando en la España actual el Imperio Progre recurre a Franco para justificar alguna medida, por descabellado que sea, la lógica cae derrotada.

Cuando en la España actual el Imperio Progre recurre a Franco para justificar alguna medida, por descabellado que sea, la lógica cae derrotada.
El socialista Juan Negrín. | Cordon Press

No le dé más vueltas: el Gobierno progresista, laico, feminista, solidario y paritario cambiará más pronto que tarde el huso horario en que se encuentra España (con la excepción de Canarias). La razón es que se ha pulsado el botón rojo, es decir, la relación de nuestra hora oficial, GMT+1 (GMT+2 en el horario de verano), con el Mordor de nuestra historia: Franco. Y cuando en la España actual el Imperio Progre recurre a Franco para justificar alguna medida, por descabellado que sea, la racionalidad y la lógica caen derrotadas.

Sin embargo, tratemos de explicar que Francisco Franco, responsable de muchas cosas (ahora nos ilustra la extrema izquierda que él no construyó los pantanos, sino que éstos ya empezaron a levantarse a principios de siglo) no cambió la hora oficial de España por agradar a Adolf Hilter. Para ello, la mejor fuente es el artículo de Pere Planesas, funcionario del Observatorio Astronómico Nacional.

El primer gobernante español que nos puso en la misma hora que tenían los nazis que acudían a los mítines de Hitler fue el socialista Juan Negrín. El 26 de marzo, el Gobierno del Frente Popular ya había fijado el adelanto de una hora respecto al horario normal; pero el 28 de abril la Gaceta de la República publicó un decreto firmado por Negrín, entonces presidente del Gobierno, que ordenaba que el 30 de abril se efectuase otro adelanto de la hora de sesenta minutos. En el texto del decreto se explica que el adelanto sobre el horario solar sería de 120 minutos (GMT+2), pero sin dar ninguna justificación.

Sobre el regreso a GMT (el huso horario de Inglaterra y Portugal), el Gobierno republicano se remitía a un futuro indeterminado:

Por la Presidencia del Consejo se determinará oportunamente la fecha en que será restablecida la hora normal.

El 2 de octubre, de 1938, Negrín restó solo una hora a las dos de adelanto, con lo que la menguante zona republicana quedó en GMT+1. El 1 de octubre, la zona nacional quedó en horario GMT.

Esa hora fue de lo poco que recuperaron los españoles de todo lo que robó el Frente Popular, encabezado por el propio Negrín: el oro y la plata del Banco de España, las joyas y divisas de particulares, cientos de obras de arte de museos y de iglesias…

El 2 de abril de 1939, el BOE publicó un decreto firmado por el ministro de Asuntos Exteriores Francisco Gómez-Jordana, en el que se establecía el horario de verano para el día 15 de abril, que sería GMT+1. La justificación consistía en la conveniencia de adaptar el horario español al de "otros países europeos". En un caso sorprendente de previsión, se añadía que esa hora de adelanto se suprimiría el 7 de octubre.

Al año siguiente se produjo el mismo adelanto horario para aprovechar la luz solar, pero antes de que entrase la primavera. La fecha escogida fue el 15 de marzo. La orden de 5 de marzo, firmada por el subsecretario de Presidencia, Valentín Galarza, no establecía el día de regreso al horario de invierno. Como había escrito Negrín, se remitía al futuro:

Oportunamente se señalará la fecha en que haya de restablecerse la hora normal.

Como se ve, los burócratas de Negrín y de Franco recurrían a un estilo casi idéntico.

España, siempre detrás de Francia

¿Pero por qué se produjo ese cambio tan temprano? Porque el Gobierno francés, ya en guerra declarada con Alemania, adelantó su hora oficial. El primer ministro francés, el izquierdista Édouard Daladier, decretó el horario de verano, que pondría al país en GMT+1, para el 25 de febrero. El mismo día, se produjo idéntico cambio horario en el Reino Unido, aliado de Francia, y en Portugal.

A Francia y Portugal se refiere el decreto de Galarza cuando dice "otros países europeos", no a Alemania, que adelantó su hora oficial el 1 de abril, o sea, después de que lo hicieran Francia y España, tal como destaca Planesas.

Sucedió que, debido a los avatares de la guerra (Alemania derrotó a Francia e impuso su propia hora oficial a la zona francesa que ocupó), el Gobierno español mantuvo GMT+1 (GMT+2 en verano), sin regresar a GMT.

El Gobierno provisional francés, cuando se formó en agosto de 1944, se encontró con que su país llevaba dos horas de adelanto a la de Greenwich: GMT+2. Entonces, anunció que el 16 de septiembre el horario oficial se retrasaría 60 minutos y el 18 de noviembre otra hora más, con lo que se regresaría a GMT. Pero este último paso se suspendió el 5 de noviembre. Así, Francia quedó en GMT+1 y, además, suprimió el horario de verano. El Gobierno español también conservó la hora legal en GMT+1 y suprimió el horario de verano en 1946.

Ordeno los hechos para que los entienda la generación más preparada de la historia de España.

1) España cambia la hora de GMT a GMT+1 días después de que lo hicieran Francia, Portugal y Reino Unido.

2) El 10 de mayo, Alemania invade Francia semanas después del cambio de hora en España.

3) Francia mantiene GMT+1 después de derrota alemana y España sigue también en GMT+1.

Como el presidente del Gobierno provisional francés entre agosto de 1944 y enero de 1946 fue el general Charles de Gaulle, la culpa de que en Sevilla y en Marsella, en Bilbao y en Cherburgo, en Vigo y en Burdeos tengamos la misma hora que Berlín y Viena puede ser del militar francés.

Porque lo importante es los debates españoles es encontrar alguien a quien echarle la culpa y si no pueden ser Franco o Hitler, pues quizás valga un general francés de derechas.

Pero la pregunta que deberíamos hacernos es la siguiente. Puesto que la hora de Berlín, también la tienen nuestros vecinos del norte y este, ¿con quién preferimos llevar una hora de diferencia, con Portugal o con Francia e Italia?

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