Menú
Pedro Gil Ruiz

España Ubérrima (IV). "¡Pieces of eight! ¡Pieces of eight!"

Fue la divisa de referencia en la economía mundial desde finales del siglo XVI a principios del XIX y la base sobre la que se crearon el dólar americano y el yuan chino.

Fue la divisa de referencia en la economía mundial desde finales del siglo XVI a principios del XIX y la base sobre la que se crearon el dólar americano y el yuan chino.
Real de a ocho. | Archivo

El mismo año, 1571, que Miguel López de Legazpi funda la ciudad de Manila, la dinastía Ming está concluyendo la modificación del sistema impositivo en China. La Ley del Látigo Único, una serie de reformas iniciadas en los años 30 —y que culminaría en 1580 el Gran Secretario Principal Zhang Juzheng—, concentró todos los impuestos y prestaciones de trabajo, exigiendo su pago en plata. China demandaba mucha y la Monarquía Hispánica se había convertido en una suerte de Casa de la Moneda universal. Desde su fundación en 1535 por Antonio de Mendoza, primer virrey de Nueva España, la CECA de México [Mº] acuñó hasta el año 1821 cerca de mil seiscientos millones de reales de a ocho de plata. Creación de la primera casa de moneda en Nueva España. Pilar González. Estudios de Historia Social y Económica de América, 12, 1995.

"¡Pieces of eight! ¡Pieces of eight!", grita el capitán Flint, el loro de John Silver. Así finaliza La isla del tesoro. Esas piezas son los reales de a ocho. Conocidos fuera de nuestras fronteras como ‘piece of eight’ o ‘Spanish dollar’. Fue la divisa de referencia en la economía mundial desde finales del siglo XVI a principios del XIX y la base sobre la que se crearon el dólar americano y el yuan chino. El 2 de abril de 1792, el Congreso de los Estados Unidos de América aprobó la Coinage Act. Ley que establecía una Casa de la Moneda y regulaba las monedas de la nueva nación. En ella se determina el valor de un dólar: "each to be of the value of a Spanish milled dollar as the same is now current [cada uno de los cuales debe tener el valor de un dólar español molido, tal como se utiliza actualmente]".

La causa de la aceptación del Real de a ocho fue su fiabilidad. "La degradación en el contenido de plata de las monedas hispanoamericanas entre los siglos XVI y XVIII no llegó al 10%, mientras que las monedas europeas sufrieron debasements [reducciones de su calidad o valor] durante el mismo período de -al menos- un tercio y, en no pocos casos, de cerca del 80 %." Estudios de Historia Económica, 75. Banco de España, 2019.

Un eslabón decisivo de la globalización. "Es lo más valioso en los barcos de Acapulco. La plata del nuevo continente parece ser así uno de los principales capítulos del comercio entre los dos extremos del antiguo, y es en buena medida gracias a ella que esas regiones tan remotas resultan conectadas". La riqueza de las naciones. Adam Smith, 1776. Un tercio de esas ingentes cantidades de plata embarcó hacia China.

El Galeón de Manila

La ruta comercial de más larga duración en la historia de la navegación mundial se conoce con el nombre común de Galeón de Manila o Nao de la China. Durante 250 años, de 1566 a 1815, conectó el puerto de Cavite, en la bahía de Manila, con el de Acapulco, en Nueva España y desde aquí se enlazaba con los sistemas de comunicación entre las Indias Occidentales y Sevilla. Propiedad de la Corona, el Galeón nació como un servicio indispensable para asegurar la defensa y evangelización de las Filipinas. Transportaba plata y también hombres, ropas, municiones, etc. que el virrey de Nueva España, obligado al mantenimiento del archipiélago, enviaba anualmente. Estas partidas se conocen como el ‘situado’. En la contaduría correspondientes a 1611 se anotan 295.776 reales de a ocho en concepto de "plata y reales de Nueva España". Esta cantidad supuso ese año el 60% de los ingresos de las Cajas de Manila.

La nave se hacía a la vela ‘en el nombre de Dios’ en Cavite, a finales de junio, "durante la estación de los vendavales". Navegaba por las aguas interiores del archipiélago, y después de 310 millas —entre 15 y 20 singladuras— llegaba al puerto de San Jacinto, al este de Ticao, o al de Sorsogón. Allí se completaba la aguada, la provisión de leña y de víveres frescos y se alistaba para la navegación oceánica que atravesaba una zona de grandes temporales. Anota el Capitán de Navío Mariano Juan Ferragut, que "en esas aguas tormentosas, la Task Force 38 de EE. UU. fue sorprendida el 17 de diciembre de 1944 por un tifón que ocasionó la pérdida de tres destructores y acabó con la vida de 790 hombres".

Comercio de buena fe. Después de navegar más de 8.200 millas, en un plazo de 130 a 200 singladuras y a la vista del puerto de Navidad, frente a la costa de Jalisco, el navío disparaba tres cañonazos para avisar a tierra de su recalada. La noticia corría de pueblo en pueblo, por mensajeros y volteo de campanas.

"Luego que llega a Méjico la noticia de haberse avistado el galeón en las costas, se cubren de gente los caminos de Chilpansingo y Acapulco; los comerciantes se dan prisa para ser los primeros a tratar con los sobrecargos que llegan de Manila… Esta compra se hace casi sin abrir los bultos, y aunque en Acapulco acusan a los comerciantes de Manila de lo que llaman trampas de la China; es menester confesar que este comercio entre dos países, tres mil leguas distantes uno de otro, se hace con bastante buena fe, y tal vez aún con más honradez que el comercio entre algunas naciones de la Europa civilizada, que nunca ha tenido la menor relación con los comerciantes chinos". Ensayo político sobre la Nueva España. Humboldt, 1827.

Terminada la feria y embarcada la plata, las mercancías y el personal, muchos de ellos religiosos, la partida se realizaba en marzo. "Embocado el estrecho de San Bernardino, se gobernaba hasta tocar en la bahía de Manila". Después de recorrer unas 8.350 millas en no más de 140 días, se fondeaba en "este Deseado Puerto de Cavite alabando la misericordia de Dios, y dando gracias al patrocinio de María Santísima". Una travesía corta y apacible frente a las entre 145 y 220 singladuras del viaje de ida.

Cada barco era un auténtico bazar donde la labor de relacionar todo se hace extremadamente compleja por la profusión con la que se consigna cada fardo. Junto a mercaderías exóticas y muy rentables, no solo chinas de India, Borneo o Siam, el grueso de la carga eran productos chinos. Seda y porcelana. Especias, ropa de algodón y fragancias. Además de biombos y mobiliario ricamente trabajado. Lo completaban tallas de marfil y plata, muchas de ellas de carácter religioso. La Iglesia tuvo una participación muy activa en el comercio del Galeón.

Repartir el espacio. El interior de los galeones se dividía en espacios iguales y se concedían derechos sobre cada uno de estos espacios.

Estos certificados de propiedad se llamaban ‘boletas’. La cantidad de mercancía que cada comerciante podía embarcar dependía del número de boletas que tuviese, que no podía ceder ni vender. Las mercancías se empacaban e identificaban al remitente. Por merced real, los vecinos del archipiélago tenían prácticamente en exclusiva el derecho a comerciar con Nueva España.

El último viaje del Galeón. El primer tercio del siglo XIX removió los cimientos de la estructura política, social y económica de España. El desastre de Trafalgar. El expolio, la rapiña y represión de Napoleón al frente de los ‘ilustrados’ franceses. La independencia de las provincias americanas, con la activa intervención de los Estados Unidos dividiendo y enfrentando lo que había permanecido unido.

El 14 de septiembre de 1813 las Cortes de Cádiz acuerdan el final del Galeón y a propuesta del diputado electo de Filipinas Ventura de los Reyes se establece que "los habitantes de las Islas Filipinas pueden hacer el comercio de géneros de la China y demás del continente asiático en buques particulares nacionales continuando su giro con la Nueva España y los puertos de Acapulco y San Blas bajo el mismo permiso de 500.000 pesos concedidos a dicha Nao y un millón de retorno." La principal oposición a esta ruta comercial provino de los representantes de la provincia de Cataluña en las Cortes de Cádiz. ¿Filipinas nos roba? Un clásico.

En 1815 llegó a Manila el último galeón procedente de México, el San Fernando, sin carga. Había sido requisada por los rebeldes. Treinta y tres años después, el 2 de febrero de 1848, México capitulaba ante los Estados Unidos y firmaba el Tratado de Guadalupe-Hidalgo. Perdió la mitad de su territorio. Oro en California. Petróleo en Texas. Robados a punta de fusil. Silencio del presidente Obrador que cada 2 de febrero debería entonar un mea culpa. Indígenas exterminados en California. Comenzaba un nuevo Imperio. Hollywood lo contará.

En Cultura

    0
    comentarios