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Origen del perfume: ¿Dónde se creó?

El perfume como tal se creó hace cientos de miles de años. Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma.... ¿Cuándo empezó? ¿Por qué se utilizaba?

El perfume como tal se creó hace cientos de miles de años. Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma.... ¿Cuándo empezó? ¿Por qué se utilizaba?
Mancera is a niche perfume brand based in France. The perfumery offers unique scents such as its popular Cedrat Boise. | Unsplash/Beautinow Niche Perfume

Los perfumes siempre se han considerado joyas y han ocupado un lugar privilegiado en la vida de quien los lleva y de quienes se rodea. Los maestros perfumistas dedican su vida a encontrar nuevas materias primas, emplear su inspiración y pasar largas jornadas ante sus órganos de perfumista con diferentes mezclas de esencias, desplegando su creatividad y creando auténticas obras de arte que buscan perdurar en el tiempo y la memoria, haciendo sentir mejor a quien las lleva. Pero, ¿Cuál es el origen de esta tradición? ¿Por qué se utilizaban?

Desde tiempos inmemoriales se ha sabido que el uso de estas esencias aumenta la autoestima y favorece las relaciones sociales. El motivo es que siempre se ha sabido que una persona se perfuma para encontrarse bien consigo mismo y también con los demás. Tanto que es un elemento relevante de la personalidad, de ahí la gran variedad de perfumes que se adapta a todo tipo de persona y a las diferentes emociones que busca transmitir con una proyección mayor de lo que puede parecer a primera vista.

Pero, antes de nada es importante tener claro que el perfume es casi tan antiguo como la propia humanidad. La palabra perfume deriva del latín "per" y "fumare", que significa producir humo, haciendo referencia a las sustancias aromáticas que se quemaban para ambientar, sustancias que solían ser incienso, mirra o flores y se utilizaban en ofrendas a los dioses. Con el paso del tiempo, estos aromas dejaron de utilizarse únicamente para rituales divinos y se expandió el uso en humanos, al pensar que los olores desprendían una especie de poder afrodisíaco. Realmente, antes incluso que los romanos, ya en la Prehistoria aquellos hombres primitivos encendieron una hoguera y, por pura casualidad, encendieron ramas o resinas de un árbol y éstas comenzaron a desprender un olor agradable. Quizás el hecho de encontrarla tan agradable y de que el humo se elevase al cielo, les hizo pensar en utilizarlo como ofrenda a las divinidades.

No obstante, quienes lo popularizaron de verdad fueron las antiguas civilizaciones de Mesopotamia y Egipto, donde se desarrollaron las primeras técnicas de destilación de aceites esenciales y esencias aromáticas. Estas culturas utilizaban fragancias para fines cosméticos y también en rituales religiosos y ceremonias funerarias. De hecho, en Mesopotamia, alrededor del año 4000 a.C., los sumerios ya utilizaban hierbas y especias como el mirra y el incienso, que eran quemados para liberar sus aromas. Sin embargo, fue en Egipto donde la perfumería alcanzó un desarrollo significativo, esto es porque los egipcios, alrededor del año 3000 a.C., comenzaron a producir perfumes líquidos a partir de una base de aceite, a la que añadían flores, hierbas y especias. Los perfumes eran una parte esencial de la vida cotidiana egipcia, utilizados en rituales religiosos para honrar a los dioses, en procesos de embalsamamiento y como parte de la higiene personal.

Concretamente, según una tablilla cuneiforme encontrada en Mesopotamia, los primeros perfumistas de la historia de los que existe constancia serían mujeres. En la tabla aparece el nombre de Tapputi-Belatekallim y se distinguen las últimas letras de otro: -ninu. Tapputi y Ninu estarían al servicio del rey Tukulti-Ninurta I creando perfumes con mezclas de flores y plantas como el Cyperus calamus, la mirra y bálsamos. Según parece, las fragancias que elaboraban eran sustancias aromáticas que desprendían un agradable olor y a la vez tenían propósitos medicinales. Pero, es más importante la perfumería egipcia ya que no hay que olvidar que los egipcios establecen rutas comerciales para abastecerse, al tiempo que van aclimatando plantas de otros países para surtirse de materias como el styrax, el nardo, el azafrán, el gálbano, el opopanax y el ânti, una resina aromática que se utiliza en rituales religiosos.

En cualquier civilización de la época, los perfumes son esenciales en el ceremonial religioso y gracias a fórmulas descritas en pergaminos se conoce actualmente bastante de los perfumes litúrgicos. Los sacerdotes egipcios utilizan diferentes esencias según el momento del día: olíbano conocido en la actualidad como incienso, al amanecer, mirra a mediodía y kyphi al anochecer. Este último es el más conocido de los perfumes egipcios, con una fórmula compleja con gran número de ingredientes.

Uno de los ejemplos más destacados de la importancia del perfume en el antiguo Egipto es la figura de la reina Cleopatra, famosa por su uso de fragancias tanto para seducir como para simbolizar su poder y divinidad. Los egipcios también fueron pioneros en la creación de frascos de alabastro y otros materiales preciosos para almacenar sus perfumes, lo que muestra la alta estima en que tenían estos productos. En general, se habla de una industria del perfume bien delimitada y del uso de estos productos en purificación de aguas, como ambientadores o en el embalsamamiento de cadáveres. Hay que recordar que, para los egipcios, el cuerpo y el espíritu vuelven a unirse en una segunda vida y por ello era necesario conservar el cuerpo. Así, los aromas y los perfumes juegan un importante papel en la momificación y en los ritos funerarios.

Por su parte, la perfumería griega tiene sus antecedentes en el siglo XIII a.C. a través de la influencia de Creta, Micenas y Chipre y sus contactos con Egipto y Asia Menor y perdura hasta aproximadamente el año 150 a.C. Esta perfumería usa plantas mediterráneas aportadas por los comerciantes fenicios desde diferentes lugares como tomillo, hinojo, rosa, lirio, incienso, mirra, cardamomo, azafrán, etc. Por este motivo los griegos llenan de perfumes sus mitos, perfuman con aceites las estatuas de sus dioses, así como los cuerpos de los atletas y de las mujeres. Las expediciones militares a las tierras perfumadas y profundas de Oriente dejaron inevitablemente una marca olfativa en los ejércitos griegos y en especial en Alejandro Magno, se dice que desde que entró en contacto con estas tradiciones aromáticas ajenas a su cultura, el macedonio hizo que sus habitaciones fueran rociadas con ricos perfumes donde quiera que estuviese.

Pero no solo eso sino que Hipócrates, el padre de la medicina, recomienda los baños perfumados para algunas dolencias y los muertos son envueltos en telas perfumadas. Teofrasto se considera el "padre de la botánica" gracias a su tratado Historia Plantarum, con una clasificación de las plantas, documentando algunas como: el cistus, el iris, el mirto, la rosa, la menta, el jacinto, narciso o canela entre otros. Además, hay que recordar que la mitología griega tiene numerosas referencias al perfume. Afrodita, diosa del amor, la belleza y la fertilidad, se presenta siempre precedida de un aroma a rosas. Cuenta la mitología que las rosas eran sus propias lágrimas, que había derramado por el joven Adonis mientras él agonizaba en sus brazos. Sus lágrimas dieron rosas blancas, pero algunas se tiñeron del rojo, el rojo de su sangre, herida en unas zarzas en su desesperación por socorrer a su amante.

Posteriormente, cuando Roma conquista Grecia se siente seducida por sus costumbres, su arte y también por sus perfumes. A través de Plinio se conoce que existía un elevado gasto en especias y perfumes hasta llegar a hablar de una especie de lujo corruptor. Pero, ¿Qué usaban en la elaboración de perfumes? El elemento oleoso, las sustancias que dan el olor o cuerpo, los fijadores que prolongan la evaporación, la sal para que el aceite se conserve mejor y el colorante para mantener mejor el perfume ante la acción de la luz. En Roma triunfan tanto que se venden perfumes llegados de diferentes partes del imperio, entre ellos el Kyphi o el Metopion egipcios, adaptados a la moda olfativa del momento. Al tiempo, se desarrollan mejores técnicas de conservación y se va registrando una botánica de los olores y de las calidades de las materias.

Es en este momento cuando se crea el primer gremio de perfumistas, llamados "ungüentarii". Eran muy influyentes y componían perfumes en tres formatos: sólido, con un solo ingrediente; líquido, a base de flores y especias, y en polvo, resultado de triturar y pulverizar pétalos que aromatizaban con especias. La materia estrella en Roma es el bálsamo de Judea, una resina oleosa muy codiciada y escasa. Y con el impulso de los baños públicos, unciones y masajes, el perfume recibe un nuevo impulso. Hay que recordar que en el siglo I d.C. Nerón gastaba auténticas fortunas en aceites perfumados para sus invitados a las fiestas, además hacía caer del techo miles de pétalos de flores y llegaba incluso a perfumar a sus animales, desde sus mulas a pájaros. Pero no solo eso y es que su mujer, Popea, se bañaba en leche de burra a la que añadía sal, aceite de oliva, bicarbonato y pétalos de rosa, además, se cuenta que, en el entierro de Popea, Nerón gastó el perfume que los perfumistas de Arabia producían en un año entero.

Sin embargo, Nerón no era el único emperador romano famoso por su ostentación con el perfume, también destacó Heliogábalo. En la época del Imperio Romano, los banquetes eran un símbolo de estatus dentro de la aristocracia y las celebraciones se convertían eventos ostentosos, repletos de lujos y excesos. Los escritores de la época lo relataban en sus obras, por ejemplo, Petronio, que en su obra "El Satiricón" destacaba que sorprender a los invitados era un imperativo en todo banquete que se preciara.

Con los años y las diferentes guerras, llegan los bárbaros que son poco amigos de la ostentación romana. Con ellos, la progresiva cristianización minimiza el uso personal de perfumes, llegando a estar prohibidos. Sin embargo, van adquiriendo fuerza mística y se usan de forma selectiva y simbólica. En la Biblia se encuentran reseñas de esas ocasiones especiales: incienso y mirra acompañan al oro en el regalo de los Reyes Magos a Jesús de Nazaret por su nacimiento o, posteriormente, el momento en que la hermana de Lázaro unge los pies de Jesús con perfume. También se hace referencia al valor simbólico del nardo en la época de Jesús, hay que recordar que el nardo utilizado en esa época era de origen indio y muy costoso.

A través del comercio y las conquistas, el conocimiento de la perfumería se expandió hacia otras civilizaciones. Los griegos y romanos adoptaron y perfeccionaron las técnicas egipcias, introduciendo nuevas esencias y métodos de producción. Pero, con el imperio bizantino hay un resurgimiento del perfume en toda la zona del Mediterráneo oriental. La refinada cultura del perfume en la civilización árabe y la riqueza de materias primas suponen un impulso y surgen nuevas materias primas como el ámbar gris, el almizcle o el agua de rosas. Los árabes perfeccionan el conocimiento de culturas anteriores, usando el alambique. Son momentos de grandes movimientos: en su regreso de las Cruzadas, los soldados traen perfumes y nuevas esencias; los viajes de Marco Polo; misiones comerciales italianas… Todo esto aporta nuevas técnicas y materias.

La clase pudiente sigue cuidándose y las pinturas y grabados muestran el ajuar de cuidado personal, como los saquitos con polvos o pajaritos de Chipre. Son unas figuritas de arcilla, frecuentemente con formas de pájaro, con unas pequeñas perforaciones, en su interior se colocaban distintos ingredientes aromáticos, para después quemarlos y que estos desprendieran toda su esencia, haciendo estos pequeños orificios de "dosificadores". Se cree que se usaban en Europa desde el siglo XII como ambientadores o purificadores del aire, después de que los Cruzados llegaran a la isla de Chipre. Además, es el momento de la aparición de las pomas de olor o "pomander", un recipiente en forma de vasija perforada que se coloca en el cuello o la cintura, introduciendo en su interior esencias y plantas aromáticas. Los más austeros son de madera, pero otros son auténticas joyas, hechas de oro y plata, incluso con piedras preciosas.

Posteriormente, ya en el siglo XII el rey Felipe II de Francia reconoce la profesión de perfumista, surgen las primeras escuelas y, tras cuatro años de estudios, los aprendices pueden ser maestros perfumistas. A finales del siglo XIV, en 1370, una situación derivó en un importante hito con el "Agua de Hungría". La Reina Isabel de Hungría, aquejada de problemas de salud y dolores reumáticos, recibió un elixir de un alquimista. El extracto estaba compuesto de flor de romero y aguardiente y algunas recetas también le atribuyen pétalos de rosa. La fórmula de este elixir crearía el primer perfume con una base de alcohol, pero, además de su agradable olor, se hace muy popular porque se le atribuyen propiedades rejuvenecedoras. Tanto es así que se dice que la Reina, de más de 70 años de edad, rejuveneció de forma considerable tras usar el tónico, que se aplicaba en grandes cantidades.

Dentro de Europa, todo comenzó durante el Renacimiento, especialmente en Francia, a mediados del siglo XIV. Este movimiento se fue extendiendo el consumo de aguas de olor, concretamente, las cortes de los reyes de Francia, Luis XIV y Luis XV, fueron grandes consumidores de esencias, conocidos como "La corte perfumada". La historia dice que se veían un poco obligados para ocultar la falta de higiene y los malos olores.

Durante la Revolución Francesa se estancó el mercado de la perfumería. Sin embargo, la guillotina en esos tiempos, hizo rodar las cabezas perfumadas de la nobleza, dando nombre a un nuevo aroma llamado "Guillotine". Con la llamada al trono de Napoleón comenzó una expansión para los perfumes, los perfumistas se convertirían en una gran industria, proporcionando puestos de trabajo y naturalmente, dinero. El motivo es que Napoleón era un gran aficionado de los perfumes, especialmente del tipo "agua de colonia", se cuenta que solía llevar un pequeño frasco dentro de su bota listo para ser usado en cualquier momento.
En el año 1882, el perfumista Paul Parquet crea la fragancia "Fougère Royale" de la casa Houbigant. Marcando una nueva tendencia en perfumería de la cual surgió esta nueva familia icónica de perfumes de fantasía, la familia "Fougère". Es el primer perfume en introducir en su composición una molécula de síntesis: la cumarina que es una molécula identificada por primera vez en las Habas Tonka en 1820 y en el aceite esencial de Lavanda. Parquet nunca quiso recrear el olor real del helecho, sino que su objetivo es crear un concepto propio. Además, es a finales del siglo XIX cuando se comienzan a usar los nitroalmizcles, descubiertos de forma accidental por el químico alemán Albert Baur al sintetizar 3-tert-butyltoluene con la esperanza de que fuera un explosivo aún mejor que TNT. Denominado posteriormente "Musk Baur" fue el primero de una serie de musk sintéticos.

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