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'Olvídate del resto', la primera novela en solitario de Manu Carbajo

El joven madrileño debuta en solitario con una novela young adult.

Manu Carbajo | Alfaguara

Lo primero que hace Manu Carbajo (Madrid, 1989) cuando se le pregunta por su vocación literaria es agradecérsela al cine. Devorando películas aprendió a mirar y, a la larga, a reconstruir sus propias historias con las piezas que se le habían ido sedimentando en la memoria. "De hecho yo vengo de allí", comenta. "Empecé como guionista, escribiendo y dirigiendo mis propios cortos y colgándolos en mi canal de Youtube; y no fue hasta 2013, cuando conocí al escritor Javier Ruescas, que me lancé a escribir junto a él nuestra primera novela conjunta".

De aquella colaboración "a cuatro manos" surgió la trilogía Electro, una serie de novelas escritas "prácticamente de seguido", con la que se lanzó a la piscina y terminó de aprender los rudimentos del oficio literario. "La principal diferencia entre una disciplina y otra", explica él, "es que el cine es mucho más dictatorial. Yo, con mi cámara y con el montaje que hago, obligo al espectador a tragarse la historia como la he imaginado exclusivamente yo. En la literatura sin embargo cada lector pone su presupuesto. El escritor juega con la imaginación de los lectores, y tiene en ese sentido más recursos".

El cine es mucho más dictatorial que la literatura

Ahora, ya con varias horas de vuelo a sus espaldas, Carbajo ha decidido seguir la secuencia lógica y lanzarse a escribir su primera novela en solitario, Olvídate del resto (Alfaguara), que llegó a las librerías el pasado 4 de abril.

El problema de la personalidad en jóvenes… y en adultos

Carbajo se muestra reticente a la hora de catalogar su novela como una historia exclusivamente para adolescentes. "Creo que la puede leer desde un chaval de catorce años hasta cualquier persona adulta", comenta. "Porque al final aunque es cierto que Dani tiene diecisiete años, en ella trato temas mucho más oscuros como los abusos o la personalidad múltiple".

Dani, el protagonista de Olvídate del resto, acaba de trasladarse con su madre a una pequeña ciudad alejada de todo para cursar su último año de instituto. Pero además de tener que hacer frente a los problemas típicos de cualquier joven, él deberá lidiar tanto con el reciente abandono de su padre como con las múltiples personalidades de su madre.

"La idea me vino viendo un documental en Youtube", comenta Carbajo. "Era una grabación muy antigua en la que se veía a una madre y a una hija explicando en qué consiste la personalidad múltiple. La madre salía diciendo que llevaba meses sin ver a su hija, porque tenía dentro de sí a otras ocho personalidades que se le iban turnando, y su hija había convivido con todas ellas desde que nació… Me conmocionó mucho ver cómo se despedían, porque no sabían cuando se iban a volver a ver, y sobre todo me intrigó el pensar cómo habría sido la vida de la hija durante todos esos años de infancia".

A raíz de aquello, comenzó a construir su propio thriller. "Me interesaba sobre todo colocar en un inicio a Dani con una madre en la que las múltiples personalidades convivieran más o menos de manera pacífica. En el fondo, de punto de inicio construí una familia más o menos tradicional, con la madre, el tío excéntrico y la abuela aventurera, aunque todos metidos dentro de un mismo cuerpo… Y la tensión del relato la fui introduciendo poco a poco, con el surgimiento de una nueva personalidad mucho más agresiva, que quiere dominar a las otras tres", explica. "Por eso creo que la novela está más dirigida a adultos… Además de que considero que es una novela de viaje vital. El Dani de las primeras páginas no tiene nada que ver con el Dani del final".

Jóvenes y literatura

Preguntado acerca de la tarea del escritor que se dirige al público más joven, Carbajo responde sin grandes elucubraciones: "Cuando escribo trato de preguntarme qué haría yo en las situaciones en las que pongo a los personajes, o qué haría mi hermano, que ahora tiene 22 años. Lo que he intentado tratar mucho con este libro es a mi generación… Pero sobre todo es una historia que habla de crecer, y con la que, en ese sentido, todo el mundo puede sentirse identificado".

Hay muchísimos libros muy buenos de literatura juvenil que no se conocen

Después, sobre el aparente desinterés de esos mismos jóvenes con la cultura, él resta dramatismo: "Sólo hay que ver la cantidad de películas que adaptan libros juveniles. Hay un público ahí. Lo que pasa es que cuando un libro para adultos lo peta, se vende a unos números descomunales y salta más a la vista, y sin embargo el sector juvenil es bastante más constante…". Desde luego, mirando los datos de los libros más vendidos, pareciera que las quejas que existen acerca de la falta de lectores adolescentes tiene que ver más con que no leen lo que a algunos les gustaría… "Exactamente", dice él. "tú a un joven no le puedes obligar a leer. Entiendo que haya que leerse el Quijote, pero no creo que obligar a leerlo sea una buena opción, porque lo normal es que los chavales se asusten… Al fin y al cabo la labor del profesor es explicarte por qué es bueno que leas cualquier libro, y ayudarte a adentrarte en él. Eso facilita que los niños vayan descubriendo el tipo de literatura que les gusta".

"En definitiva", concluye. "Hace falta que a determinadas edades, en las que no se tiene la mentalidad adecuada para adentrarse en algunas obras, los docentes traten de explicar la profundidad de esa literatura, pero sin imponerla. Y que los chavales lean lo que quieran sin sentirse presionados. Porque hay muchísimos libros muy buenos de literatura juvenil que no se conocen. Y hay un cierto elitismo adulto y prejuicioso que menosprecia al género sin haberlo leído nunca".

Para finalizar, termina explicando cuál es su lector potencial: "Si te gusta el cine y si te gusta el thriller creo sinceramente que esta historia puede aportar algo distinto. Está repleta de giros, y está escrita con muchísima sinceridad. Por eso me encantaría que la leyesen también muchos adultos, y sobre todo padres y madres. Porque es una novela que habla de ese salto generacional, que explica cómo somos los jóvenes y qué inquietudes tenemos… Y los platos rotos que hemos tenido que pagar muchos de nosotros".

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