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El retorno de lo sagrado en libertad desde nuevas formas de religiosidad

La relación tradicional con lo sagrado hoy parece estéril y desacreditada para centenares de millones de personas.

La relación tradicional con lo sagrado hoy parece estéril y desacreditada para centenares de millones de personas.
La silueta de una cruz. | Pixabay/CC/sspiehs3
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Es la cuestión a que se ha sometido Rafael Quirós Rodríguez, doctor en Arte y Humanidades y profesor de Lengua y Literatura en Institutos de Enseñanza Secundaria de Cádiz que acaba de autoeditar su libro Libertad de percepción: divinas anarquías. Desarrollo de una tesis doctoral previa, se presenta como un ejercicio de meditación e investigación sobre la relación tradicional con lo sagrado que hoy parece estéril y desacreditada para centenares de millones de personas y la esperanza liberal de una posible percepción de la nueva religiosidad.

La idea de la libertad contenida en el conjunto doctrinal de la Ilustración europea ha sido fructífera en muchos campos, desde la Ética y la Estética a la Política, la Economía y el Derecho pasando por la Educación o las Costumbres. Pero en la percepción de la religiosidad, la presencia de las grandes religiones, o la de sus adversarios filosóficos radicales, parecen impedir un acceso no mediado al ámbito de lo sagrado, que ya se encuentra regulado e interpretado. ¿Llega o llegará la libertad hasta la posibilidad de decidir nuevos modos de vida religiosa al margen de sus exponentes tradicionales vigentes?

Como un defensor convencido de la libertad individual, Rafael Quirós concluye que "frente a los modelos perceptivos instituidos por las religiones tradicionales, la libertad de percepción es, efectivamente, uno de los rasgos diferenciales de la religiosidad contemporánea". ¿Significa esto que se puede ser religioso y aceptar un ámbito de lo sagrado que no tenga que ver con las configuraciones regladas de la experiencia religiosa?

Antes de adentrarnos en este casi inexplorado terreno, debo decir algo sobre el autor de este libro que espera una próxima edición comercial. Aquella tesis original se titulaba La libertad de percepción en la religiosidad contemporánea. J. Krishnamurti, I. Murdoch Y S. Patwardhan (2018), y fue presentada en la Universidad de Cádiz.

Es posible que el tema haya espantado ya a algunos lectores y que haya fascinado a otros. Pero el conocimiento de algunos rasgos de la vida del autor es absolutamente necesaria para comprender que estamos ante un ejercicio intelectual honesto. Tras estas investigaciones reflexivas hay experiencias personales muy destacadas, bien lejanas a todo descompromiso con la acción social y política y que en ellas late el corazón de un buscador de verdades que ha ido rechazando los "himalayas" de mentiras con que se ha encontrado desde su adolescencia.

Imaginen que son personas educadas en la religiosidad cristiana popular de la España tradicional. Era natural que pudiera producirse una reacción antirreligiosa confusa que llevara, como llevó a muchos, y llevó a Rafa Quirós, al entusiasmo juvenil y ardoroso (fue detenido por el franquismo) por el movimiento libertario. No se comprendía entonces que no era otra cosa que un cristianismo laico, al decir de Nietzsche sobre todos los socialismos u otros "ismos" hostiles a lo religioso en general.

Su aprendizaje de las decepciones ideológicas, políticas y personales lo condujeron al cultivo de la meditación tras su relación con las obras y las experiencias de Erich Fromm, Gandhi, Pannikar y muy especialmente, de Jiddu Krishnamurti, tanto en sus obras como en sus diálogos con Iris Murdoch [I] y otros, muchas de cuyas ideas están contenidas en estas páginas.

Tras los excesos de la adolescencia, fue adoptando el realismo en política vinculando poco a poco libertarismo y liberalismo y se afianzó en el camino de la religación con realidades supremas como el silencio del universo o la música antes que con los libros donde se condensan las revelaciones habituales ante los que no muestra hostilidad alguna sino sencillamente una diferencia de partida.

"Cinco dedos ha tenido hasta ahora mi mano y ninguno me he cortado, los he necesitado a todos para vivir. Nada he encontrado irreconciliable en el espíritu de la Toráh, el Dhammapada, la Baghavad Gita, el Nuevo Testamento y lo esencial del humanismo secular. En cuanto a la letra, bueno, cada religión se escribe en su propia lengua, ya sea ésta pali, sánscrito, hebreo, griego, latín, castellano o inglés, lenguas que hay que procurar comprender más y traicionar menos", dice huyendo de un único libro y, lo que es peor, del resumen en un solo libro sincrético de los demás grandes libros religiosos.

En el océano social, ha sido concejal en Rota, ha levantado cooperativas y puso en marcha, con otros vecinos, una ONG, la única verdadera que he conocido, Solidaridad Directa, que trató de proporcionar medios para el autodesarrollo al poblado marroquí de Hansala, sin admitir subvenciones oficiales, para que nunca más tuvieran que recogerse cadáveres de inmigrantes ahogados de aquella aldea en la playa de Rota como ocurrió en 2003. Finalmente, tras una gran experiencia en ejercicios de meditación, fue profesor y ahora, jubilado, trata de explorar la percepción sagrada de la música con el aprendizaje del órgano.

Un día, ya mayor, debido a su apellido y a determinadas peculiaridades familiares tuvo constancia de que sus ascendientes por parte de padre tenían un componente judeo-converso. Asumir tal elemento biográfico ya no le fue difícil puesto que el camino recorrido parecía haberle preparado para la percepción de una religiosidad abierta conviviente con otras experiencias de religación. Oírle bendecir la mesa en hebreo es una experiencia religiosa en sí misma.

Su libro tiene, desde una estricta consideración filosófica, tres laberintos conceptuales. Uno quiere justificar la posibilidad de la libertad de la percepción. Otro desea cimentar una noción de lo "sagrado" que no tenga que ver con sus antecedentes culturales e históricos. El tercero debe contemplar libertad y religiosidad de un modo que haga que ésta sea perceptible sin condicionantes.

En cuanto al primero de los trances, el propio autor es consciente de que "se trata de una cuestión que va más allá de las conexiones que quepa establecer entre percepción y conocimiento, percepción e inteligencia, etc.", puesto que se refiere a una facultad natural, un estado o una condición mediante la que el individuo se hace plenamente responsable del propio ejercicio de las funciones perceptivas y de sus actos. Pero, ¿es ello posible? ¿Lo es precisamente en cuanto se refiere a la religiosidad con toda su carga de experiencia histórica?

El gran maestro Ortega introduce una reflexión de su Leibniz en torno a la cuestión que puede servir de iluminación. Dejó dicho el alemán que la percepción hace que nos demos cuenta de lo que tenemos delante, pero que, además, existe en nosotros la percepturitio, es decir, "una sensibilidad para lo que aún no está ante nosotros, para lo ausente, desconocido, futuro, remoto y oculto" que "nos hace rodar más allá de nosotros mismos, aumentarnos, superarnos".

En cuanto a los otros escollos de esta propuesta, Mircea Eliade dejó claro que lo sagrado es en esencia "un acto misterioso": la manifestación de algo completamente diferente, de una realidad que no pertenece a nuestro mundo natural y profano. Es decir, que ese algo es real y puede ser percibido de manera no condicionada en su propia manifestación, aunque no sea idéntico a otros misterios ya aceptados.

Rafael Quirós anuncia su propósito de manera bien clara: lo religioso no se reduce a lo confesional conocido. Lo religioso no está agotado como ámbito de la experiencia humana. De hecho, es en la investigación de la religiosidad contemporánea cuando es posible la libertad de percepción de tres formas complementarias:

- investigar para confirmar, reformar o renovar los fundamentos tradicionales conocidos
- investigar la génesis y desarrollo de nuevas religiones realmente innovadoras
- investigar la condición religiosa humana, libre e independiente de toda religión organizada

Se trata de situarnos en la posibilidad de percibir la vida religiosa, confesional y no confesional en su conjunto. La condición necesaria para que tal tarea sea posible es la libertad porque sólo en libertad la verdad de lo real y lo sagrado es perceptible. Es decir, desde un horizonte filosófico de marco liberal es natural que puedan encontrarse nuevos manantiales de lo sagrado en nuestras sociedades. Para las religiones tradicionales, la fe es una revelación o un don. Para la nueva religiosidad contemporánea, puede ser consecuencia de la sintonía entre la libertad y el amor a la verdad, a lo real.

En realidad, como decía Aristóteles, el ser se dice de muchas maneras (Metafísica, IV, 2). Ni la ciencia agota la explicación del ser ni las religiones colman la inquietud ante sus manifestaciones. Ni siquiera los científicos más preocupados por el sentido de todo lo que acontece -Bohr, Heisenberg y Pauli destacadamente junto a otros -, han renunciado a la experiencia de "totalidad" que induce a una percepción religiosa.

Los debates entre creyentes y no creyentes no han aclarado cómo se decide ser religioso o no a partir de unos datos compartidos y aceptados. Las conversiones religiosas de ateos eminentes, como lo fue la de Antony Flew, invitan a la apertura de un diálogo sobre nuevas formas de religiosidad.

Pondré un ejemplo extraído de este libro del profesor Quirós: el silencio cósmico. Siempre se ha dicho que lo primero fue el verbo, la palabra. Pero en realidad lo primero tuvo que ser el silencio y para la mayoría de los seres humanos, el silencio del mundo ( y de Dios, en su caso) acerca de su entidad y sentido es abrumador. En las religiones tradicionales, el silencio ha sido considerado una puerta abierta a la percepción de lo sagrado. Ese silencio organizado puede ser de nuevo el medio ambiente propicio para la nueva religiosidad.

Por ello, Quirós destaca el silencio de escuchar, observar y atender, así como la puesta en tela de juicio del conocimiento previo, como caminos para llegar a una percepción paulatina de lo nuevo sagrado y, mediante el diálogo y la investigación, alcanzar la máxima comprensión posible de la nueva religiosidad.

En nuestro mundo occidental, donde muchos hablan de todo, al mismo tiempo y en ruidosos monólogos con escasos fundamentos, y donde se ha menoscabado con ligereza política la experiencia religiosa tradicional, la propuesta de este libro es no abandonar la pregunta por lo sagrado en la convicción de que "lo sagrado es una verdad por descubrir en libertad, una verdad por percibir" aunque sus nuevas formas de manifestación difieran de las conocidas. Un libro [II] fundamentado y esperanzador, sin duda, nutrido por las raíces del pensamiento liberal.


[I] Sobre todos los autores citados es posible encontrar información básica, e incluso libros completos, en la red. En la bibliografía del libro de Rafael Quirós puede hallarse información específica.

[II] Por ahora, si alguien quiere disponer de él, debe dirigirse a caicriterio@gmail.com

En Cultura

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