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Fernando Sánchez Dragó, el afable opositor

Algunos de los amigos del escritor, fallecido hoy, recuerdan su bonhomía, generosidad y simpatía en En casa de Herrero.

El escaparate: Muere Fernando Sánchez Dragó a los 86 años

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Algunos de los amigos del escritor, fallecido hoy, recuerdan su bonhomía, generosidad y simpatía en En casa de Herrero.
Fernando Sánchez Dragó, en esRadio. | D.A./esRadio

A primera hora de la mañana de este lunes, Fernando Sánchez Dragó saludaba al mundo y a sus seguidores a través de su cuenta de Twitter: "El gato Nano me da los buenos días. Él sabe que en la cabeza está el secreto de casi todo", escribía, encima de una fotografía suya, con su mascota subida a los hombros. Poco después, un infarto repentino le provocaba la muerte. "Uno muere como ha vivido", decía esta misma tarde en su programa de radio Luis Herrero. "Y él lo ha hecho así, de forma rápida e imprevisible".

A las cinco de la tarde, en En casa de Herrero, varios de sus amigos se han reunido alrededor de los micrófonos por los que él conversó en tantas ocasiones, para recordarle. Todos han coincidido en lo fundamental: "Era un hombre libre". Y todavía más: "Era un hombre afable y bueno". "Con él yo he discutido en innumerables ocasiones, pero nunca me he enfadado", ha dicho Herrero. "Creo que si pensamos en personas capaces de eso, de hacernos discutir sin llegar nunca a enfadarnos, nos salen bastante pocas".

"Es que era imposible enfadarse con él", ha dicho José Luis Garci. "Su manera de llevarte la contraria era siempre amistosa, simpática. Como era él". Su imagen ha quedado desdoblada en multitud de páginas desordenadas, que hacen difícil concretar una idea de quién fue para quienes no le conocieron en persona. Luis Alberto de Cuenca lo resume fácilmente: "No era un niño eterno, como algunas veces se ha dicho. Era un adolescente eterno, que no es lo mismo".

"Era muy poliédrico", ha añadido Pedro García Cuartango. "Vivió muchas vidas, muy distintas todas ellas y todas ellas genuinas". Garci ha coincidido con él: "Había muchos Fernandos", pero eso no quitaba para que todos compartieran un fondo común de bonhomía y generosidad. Todos han recordado veladas en Castilfrío de la Sierra, el rinconcito de Soria donde había decidido asentar su hogar y su biblioteca. "Tenía muchísimos libros, además", ha recordado Luis Alberto. "Cerca de 100.000". Pero lo que pasará con ellos ahora que su custodio se ha marchado nadie lo puede saber.

Solo ante el peligro

Quizá una de las facetas que más contribuyeron a que fuese difícil catalogarle fue su ímpetu innato por "vivir en la oposición", como ha recordado también Cuartango. "No hay más que ver su trayectoria política: desde el antifranquismo más incipiente y que antes puso en aprietos al régimen, en los años cincuenta, hasta sus últimas posturas, tan cercanas a Vox". "Pero lo fundamental de él nunca fue la ideología", ha matizado Luis Alberto. "No, sin duda. Él no era nada sectario. Él creía en las personas, en los amigos. Nunca se dejaba llevar por el prejuicio", ha sentenciado Garci.

De hecho, "siempre quiso venirse a Cowboys de Medianoche para ‘porfiar’ con nosotros, así lo decía, y defender con ímpetu Solo ante el peligro, una película que le encantaba y que a nosotros nunca nos ha entusiasmado tanto", ha añadido Herrero. Visto ahora, a ninguno les sorprende que le gustase tanto.

"Yo lo que creo es que se ponía el mundo por montera. No tenía miedo a llevarle la contraria a nadie porque lo que pensaran de él le daba absolutamente igual. Por eso fue siempre una persona libre y genialmente excéntrica". Dicho eso, Luis Alberto de Cuenca ha querido recordar también a otro grandísimo amigo de Dragó, Antonio Escohotado, fallecido hace poco: "Se nos están yendo sin darnos cuenta algunas figuras fundamentales de nuestra cultura", ha dicho.

Escritor, lector, viajero

Aunque si por algo Dragó será recordado es por su faceta literaria. "Era un escritor extraordinario", ha recordado Garci. "Gárgoris y Habidis es uno de los grandes libros de nuestra generación". Luis Alberto lo ha equiparado a los heterodoxos de Menéndez Pelayo, "pero actualizado a nuestra época"; y Cuartango ha explicado que es un "viaje profundo y perfectamente explicado a las fuentes de la España mágica".

Más allá de su obra cumbre, por la que recibió el Premio Nacional de Ensayo, Dragó fue un escritor impenitente. Se jactaba de leer y escribir cerca de diez horas diarias, durante todos los días del año. Más allá de la posible exageración, de la que era aficionado, su obra no le desmiente. "Escribió sobre todo y desde muchos prismas. Era un sabio enciclopédico". Y leyó de todo, también. "Una de las cosas que habrá que agradecerle siempre fue su labor divulgadora. Sus programas en La 2 y en Telemadrid", ha dicho Garci. Todos han recordado su manera característica de anotar los libros y llenarlos de marcas de colores, tanto para preparar entrevistas como para estudiar. "Es de los pocos que se lo leían todo antes de hablar de en antena", ha dicho Herrero. "Se trata de un esfuerzo bárbaro. Yo le propuse hace mucho tiempo una sección de libros en mi programa y siempre venía con los libros completamente subrayados y trabajados. Para los que nos dedicamos a esto, sabemos que es algo muy difícil de hacer siempre, pero él lo conseguía".

La vida para él fue siempre un viaje. "Leer es un viaje", dijo muchas veces. Por eso, quería que le recordasen como eso, como escritor y como viajero. También como lector. "No hay que olvidar su faceta periodística", ha recordado Cuartango. "Yo le pedí en muchas ocasiones textos cuando emprendía viajes largos, y realizaba maravillosos reportajes". Además, dirigió varios suplementos culturales en prensa escrita. Fue una persona abandonada a la literatura.

Dragó en el recuerdo

Desde que saltó la noticia de su fallecimiento, las redes se han llenado de mensajes. Carmen Arreaza se ha encargado de realizar una selección de algunos de los más destacados, así como de momentos rescatados por admiradores suyos, que lo recuerdan con cariño y admiración. "Para empezar, Twitter se ha llenado de gatos, a los que él quería una barbaridad", ha comentado. Pero también de despedidas de personajes e instituciones relevantes. "La editorial Planeta, por ejemplo, ha despedido a un autor y a un amigo". En el mundo de la política, "Alfonso Fernández Mañueco ha lamentado que no vaya a poder recibir el Premio Castilla y León de las Letras que acababan de otorgarle", y Santiago Abascal ha rememorado su cercanía y su amistad. "Del mundo de la cultura, escritores como Andrés Trapiello se han lamentado de que la cita que tenían pendiente nunca vaya a poder realizarse; y del mundo taurino, la Fundación Toro de Lidia ha despedido a un enorme embajador".

Muchos seguidores del programa, además, han recordado aquel programa en el que Luis Herrero, incapaz de hacerlo callar, terminó lanzándole una botella de agua en directo. "Fue en un momento de desesperación, pero siempre en broma", ha rememorado el presentador. "Con él existía la ventaja de que se lo tomaba todo con humor. Como he dicho, era imposible enfadarse con él".

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