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Yrsa Sigurdardóttir: "Estaba harta de las maneras habituales de matar, mis asesinatos son bizarros"

La autora islandesa presenta El grito, la primera entrega de la serie de los casos de Freyja.

La autora islandesa presenta El grito, la primera entrega de la serie de los casos de Freyja.
La escritora islandesa Yrsa Sigurdardóttir. | Lilja Birgisdóttir

En Islandia, existe una institución conocida como la Casa de los niños, un centro de acogida que incluye un servicio de protección a menores víctimas de crímenes en el que trabajadores sociales, terapeutas, psicólogos y otros profesionales tratan de ayudar a los pequeños a salir adelante después de semejante trauma. La escritora islandesa Yrsa Sigurdardóttir, que suma más de cinco millones de lectores en todo el mundo, partió de este lugar para el desarrollo de El grito, la primera entrega de Los casos de Freyja, una colección de seis libros que tiene algunos años y que llega ahora a España de la mano de Destino.

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Sigurdardóttir es una de las voces más reconocidas de la novela negra escandinava, publicada en una treintena de países. En su primera saga, la protagonista era una abogada, pero era difícil "encajarla en la investigación criminal". En este serial, apuesta por el tándem formado por Freyja, una perspicaz psicóloga infantil y Huldar, un detective. "Yo quería escribir sobre el método policial, pero no solo desde las huellas dactilares, las evidencias y las pruebas. Quería aportar un ángulo psicológico", asegura. Ambos trabajaran juntos para resolver el atroz asesinato de una mujer, cuyo único testigo es una niña de siete años, que permaneció escondida bajo la cama y que es incapaz de hablar. El asesino, considerado en serie, deja en la escena del crimen extrañas pistas en forma de códigos numéricos.

"Investigué y me preparé mucho para este libro. Tuve acceso a esa casa de acogida, hablé con psicólogos infantiles y entré en contacto con el servicio de protección al menor. Me enseñaron mucho sobre cómo funcionan, me explicaron lo suficiente como para poder escribir de una manera creíble. Tuve una información que nunca iba a encontrar en Internet, porque me hablaban de sensaciones, impresiones y una visión muy personal. En la novela, hay aspectos que se basan en hechos reales, sobre todo en cuanto a la resolución del crimen".

"¿Por qué los crímenes son tan violentos y tan extraños? Estaba un poquito harta de las maneras habituales de matar, que si la asfixia, que si le apuñala, que si lo lanzan al vacío por un precipicio... Quería encontrar un método algo más original, mis asesinatos son bizarros", reconoce. "Esta era mi décima novela negra y quería celebrar el aniversario matando de otras maneras", añade.

Sigurdardótti reconoce que la mayoría de escritores de novela negra son "encantadores y gente muy normal" a pesar de lo que vuelcan en sus páginas. "Tienes que tener muy clara la diferencia entre el bien y el mal", insiste. "Un psicópata no podría escribir una novela negra porque no es capaz de entender la diferencia entre lo que realmente es terrible y lo que es normal. Yo pienso en lo que no me gustaría que le pasara, por nada del mundo, a ninguno de mis amigos. Esa es mi fuente de inspiración".

Yrsa Sigurdardóttir juega con la mente del lector para que empatice con las víctimas, algo que, a su parecer, es algo lógico y fácil de conseguir, pero también para manipula para que tratemos de comprender al asesino. "En ese momento, el criminal cree que es la única solución al problema. En Islandia, la mayoría de asesinatos los comenten gente normal y corriente que, de repente, emprenden ese camino. No son monstruos, no es el caso nuestro país, sino gente corriente que tiene una muy mala noche. Cuando escribes, hay que pensar en un motivo que pueda resultar sensato al lector".

Traumas infantiles

"No creo que nadie nazca malo malísimo, malvado", opina. En ese sentido, la novela explora los traumas infantiles y sus repercusiones en su etapa adulta. Reflexiona sobre cómo dos niños que han vivido lo mismo, tienen futuros distintos. "Hay un componente genético, pero luego está el entorno, cómo eres criado y educado. Eso te va a definir también como persona, pero, aún así, unos tiran por un camino y otros por otro totalmente opuesto. Es realmente fascinante".

Lleva con gusto la etiqueta de autora del tan de moda nordic noir, pero cree que se diferencia de suecos o daneses en la ambientación. "En Islandia hay poca gente, las comunidades son pequeñitas y cercanas. No puedo presentar, por ejemplo, a un asesino en serie tipo estadounidense porque no sería creíble para un país como el mío".

Ingeniera de profesión, sus primeros pasos en la literatura los dio escribiendo para niños. "Pienso que leer es una oportunidad de ponerse en la piel de otros y que a los niños les enseña empatía, creo que te hace mejor persona porque entiendes cómo se siente el prójimo. Empecé a escribir porque a mi hijo de ocho años no le gustaba lo que leía. Luego me surgió la necesidad de escribir para un público más maduro porque hay cosas que no puedes poner en un libro infantil para no corromper su inocencia. Escribo los libros que me gustaría leer", explica.

Como lectora, se declara seguidora de autores como Ragnar Jónasson, Stephen King, Lars Kepler o la española Dolores Redondo.

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