

La propuesta literaria de esta semana de Andrés Amorós, crítico de Es la mañana de Federico y director de Música y Letra, es La enemiga (Salamandra), de Irene Nemirovsky, un retrato del París de los años veinte a través de la relación entre una madre y una hija.
Irene Nemirovsky nació en Kiev en 1903 en el seno de una familia acaudalada que huyó de la revolución bolchevique para establecerse en París en 1919. la Segunda Guerra Mundial marcó trágicamente su destino y fue deportada y murió asesinada en Auschwitz en 1942, igual que su marido, Michel Epstein. Suite francesa, su obra cumbre, fue descubierta casualmente por sus hijas, publicada en 2004.
Se trata de la novela más autobiográfica de la autora. Irene se convierte en Gabri, una chica de diecisiete años que se rebela contra una madre indiferente, una mujer coqueta y frívola en decadencia. Con el París de los años felices años veinte como telón de fondo, la historia sigue el terrible aprendizaje de Gabri. Su hermana pequeña muere en un accidente doméstico. Muestra una mirada inteligente, aguda y certera en esta novela de iniciación en la que Irene Nemirovsky no perdona a esta madre.
Se nota la lucidez precoz de los niños. La protagonista odia a su madre, pero descubre que, inevitablemente, se parece a ella. Las mujeres que aparecen son mucho más listas, pero tienden a la frivolidad. Perdonan todo si es por amor y, sobre todo, hay un gran contraste entre el primer amor, el primer beso apasionado, y el último romance de una mujer que se hace mayor y que descubre que su amante se está aburriendo de ella.
En estas páginas hay muchísimo pesimismo: "Los padres nunca acabarán de conocer el verdadero rostro de sus hijos"; "El amor es una cárcel que nos construimos nosotros mismos". Todos los personajes son egoístas, se sienten solos y mienten para tratar de salvarse. Se pierde el sentido de la ética elemental.
Nemirovsky escribe de locura de la primera a la última página, sin retórica ninguna. Su estilo tiene mucha sensualidad, muchos efectos de luz ("Parecía que atravesaras campos de rosas en la oscuridad").
Se lee fácil, rápido y de gran interés. No es tan buena como las novelas posteriores, pero es la novela juvenil de una gran escritora.
