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Jorge Díaz conjetura sobre el final del barón Von Rolland, el espía judío y nazi que desapareció en España

El escritor, uno de los integrantes de Carmen Mola, regresa a la novela en solitario con El espía.

El escritor, uno de los integrantes de Carmen Mola, regresa a la novela en solitario con El espía.
Jorge Díaz, autor de 'El Espía' | Javier Ocaña
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El escritor Jorge Díaz, uno de los autores que se escondían bajo el seudónimo de Carmen Mola, aparca la novela negra que tantos éxitos les está reportando al trío y publica, a modo individual, El espía (Planeta), un thriller de corte histórico basado en hechos reales, en un "oscuro espía alemán" que se hacía llamar barón Von Rolland.

La historia de este personaje real es novelesca en sí misma. Pese a su origen judío, contó con la admiración y la confianza del jefe del espionaje alemán durante el nazismo. Tras la guerra, fue detenido por colaborar con los alemanes y puesto en libertad tras desvelar las rutas por las que los jerarcas nazis se refugiaron en el cono sur. "Traicionó a todo el que pudo", explica Díaz. "Era judío, de Salónica. Su padre era un millonario y él estaba fascinado con Alemania. Es el hombre que más idiomas y mejor los habla que se conoce. En la I Guerra Mundial se apuntó voluntario al ejército alemán, pero sabían del valor que tenía, de su don de gentes, de su facilidad con los idiomas, y no lo mandan a primera línea a morir. Pasa a ser el enlace entre Franco y Hitler", añade.

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Barón Von Rolland

Cuando cae el nazismo y vende a los suyos para salir airoso, ese falso barón viajó a España y recibió la nacionalidad española. El mismo día que tuvo el pasaporte en su mano, en febrero de 1949, desapareció para siempre. "No se sabe qué ha sido de él, absolutamente nada. Así que me he inventado lo que pudo pasar. Así he conseguido tener un thriller, - en el que se ve la influencia de Carmen Mola - y una novela histórica, lo que yo en principio quería. Había gente más que suficiente para querer asesinarlo", cuenta el autor.

"La vida del barón es apasionante", insiste. La novela alterna distintas líneas temporales. Por un lado, presenta la vida de este sujeto antes de su desaparición, desde su llegada a Barcelona en 1917. "Me gusta mucho la primera mitad del siglo XX y no es la primera vez que escribo de esta época. Me encantan aquellos aventureros, ¿cómo podían ser tan malos?". Aquella Barcelona es "canalla y cosmopolita", repleta de "cabarets, diplomáticos, espías de todas las nacionalidades, pistoleros, anarquistas, drogas y barrios chinos", admite.

Comisario real Brabo Portillo

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Comisario Brabo Portillo

En ese contexto, recupera la figura del comisario Brabo Portillo, un personaje real, conocido como "el chulo de las Atarazanas". "Se sabe que se asesinó a un industrial barcelonés y los autores intelectuales fueron el barón y Brabo Portillo. Yo pensaba que no se podía ser tan malo impunemente. Es curioso que el comisario acabó expulsado de la policía y en la cárcel por una noticia publicada en Solidaridad Obrera, el Soli, un periódico dirigido por el anarquista Ángel Pestaña. Después de su muerto se supo que aquella noticia había sido una noticia falsa, un encargo de Pestaña", recuerda Díaz.

Su fascinación por el mundo del espionaje nació con Eduardo Mendoza y su celebrada La verdad sobre el caso Savolta, que leyó en el instituto. "Esa forma de crear un universo en el que se mezclan los acontecimientos históricos con las pequeñas historias ficticias de los personajes me parecía brillante", recuerda.

Mojácar, base de submarinos

La otra línea temporal nos lleva a 1952, a Mojácar, Almería, "el segundo lugar más bello de la tierra". Es allí donde se produce un horripilante asesinato y donde Díaz sitúa una base para dar avituallamiento a los submarinos durante la II Guerra Mundial. "Hubo un sitio que los ingleses no encontraron. ¿Por qué no podía estar Mojácar? Es una localidad que se desarrolla en los años 60 y, hasta ese momento, era el pasado, sin siquiera agua corriente. Si yo hubiera sido estratega militar la hubiera colocado allí".

Díaz también incluye breves referencias a las actas reales de los interrogatorios a los que había sido sometido Von Rolland —su nombre era Isaac Ezratty— por los servicios secretos ingleses tras la Segunda Guerra Mundial.

Otros personajes reales

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Pilar Millán Astray

Otros personajes reales atraviesan las páginas de El espía, como Pilar Millán Astray, dramaturga, hermana del fundador de la Legión e hija de ministro. "Fue la espía perfecta, una mujer de la alta sociedad capaz de enamorar a un oficial para robarle unos planos. Se quedó viuda con tres hijos antes de la I Guerra Mundial y necesitaba sacar adelante a su familia", recuerda el autor. "A finales de los años 20 escribe la obra de teatro La tonta del bote, que tuvo muchísimo éxito", apunta.

Jorge Díaz cuenta con una interesante trayectoria al margen de Carmen Mola. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en la televisión como guionista y director. Es autor de novelas La justicia de los Errantes, Cartas a Palacio o Tengo en mí todos los sueños del mundo.

Su regreso en solitario es tan solo una pausa. "Trabajo con dos magníficos escritores con un talento descomunal. Siempre hay uno de los tres al que nunca le vale la primera versión, que piensa que se le puede dar una vuelta. Eso lo he aplicado ahora. No he querido darme nunca por satisfecho con la primera idea. Creo que soy mejor escritor después de Carmen Mola y eso que ya era muy bueno", bromeó durante una comida con la prensa. "Ha sido muy satisfactorio escribir yo solo, pero les he echado mucho de menos. Pactamos no consultar nada con el resto para no tener tres mini molas".

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