
La Real Academia Sueca en Estocolmo ha otorgado el Premio Nobel de Literatura 2025 al autor húngaro László Krasznahorkai, según ha anunciado este jueves el secretario de la institución, Mats Malm. El jurado ha reconocido su "obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte".
Creció en una dictadura comunista
Nacido en 1954 en la ciudad de Gyula, ciudad cercana a la frontera con Rumanía, creció en una dictadura comunista. Estudió derecho en las Universidades de Szeged y de Budapest entre 1973 y 1978, pero decidió abandonar esos estudios. Conocido por su carácter inconformista, Krasznahorkai trabajó después en distintos empleos, como minero y vigilante de seguridad, y comenzó a desarrollar su gusto por la escritura. En 1977 inició sus estudios de Andragogía (enseñanza de adultos) y Filología Húngara en la Universidad de Budapest, y comenzó a publicar en diferentes revistas literarias, entre ellas la prestigiosa 'Mozgó Világ' (Mundo en Movimiento).
Su primera novela, Tango Satánico, se publicó en 1985 y fue bien recibida por la crítica del país centroeuropeo por su originalidad.
En la segunda mitad de la década de 1980 el escritor pudo salir de Hungría y en los siguientes 15 años viajó y residió en países como Alemania, Francia, España, Italia, Grecia, Países Bajos, Reino Unido, EEUU, China y Japón, volviendo siempre a Hungría.
En ese periodo publicó algunas de sus obras más importantes como La melancolía de la resistencia (1989) o Guerra y Guerra (1999), que obtuvieron éxito en el extranjero y fueron traducidas a más de 10 idiomas.
También en los 80 comenzó su colaboración con su amigo, el cineasta Béla Tarr, que ha llevado a la gran pantalla dos de sus obras.
Su estilo: humor, distopía y nostalgia
Es uno de los escritores húngaros más leídos y traducidos, un autor de culto internacional con una obra marcada por una realidad distópica y narrada con melancolía y humor. Usa el lenguaje con la intención de capturar las emociones y el pensamiento en toda su profundidad. Las frases cortas, asegura, son artificiales porque la mente humana es un torrente de palabras. Otra de las características de la hipnótica pero exigente prosa de Krasznahorkai es su sutileza y extraordinaria intensidad. Algunos críticos han señalado que la visión apocalíptica del escritor está relacionada, en parte, con la pérdida de valores del régimen comunista y más tarde con la visión de la civilización occidental en declive.
El escritor se ha inspirado mucho en la cultura asiática y principalmente japonesa, mientras que en sus obras desarrolla temas apocalípticos y distópicos con un estilo denso y melancólico, pero con humor y frecuentemente sin el uso de puntuación, lo que requiere una atención especial del lector.
Él mismo reconoció al recibir el Premio Formentor de las Letras 2024 que escribe para sí mismo y "para la pequeña lista de gente que aún lee".
Cuando le entregaron el prestigioso Premio Internacional Man Booker en 2015, el jurado aseguró que Krasznahorkai es un escritor que describe la realidad actual con unas imágenes bellas, aterradoras y cómicas a la vez.
La fallecida escritora estadounidense Susan Sontag fue una de las primeras novelistas internacionales que lo elogió afirmando que era "el maestro húngaro del apocalipsis que evoca a Gogol y Melville".
En español se han publicado Melancolía de la resistencia (2001), Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río (2005), Guerra y Guerra (2009), Ha llegado Isaías (2009), Y Seiobo descendió a la Tierra (2015), Tango satánico (2017), Relaciones misericordiosas (2023) y El barón Wenckheim vuelve a casa (2024).
El Premio Nobel de Literatura ha sido otorgado en 117 ocasiones entre 1901 y 2023. En los últimos años, han recibido Han Kang "por su intensa prosa poética que afronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana"; Jon Fosse en 2023, por "su innovadora prosa que ha dado voz a lo indecible", y Annie Ernaux en 2022 por "el coraje y la precisión clínica con la que descubre las raíces de los distanciamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal".
