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Patti Smith y el poder de las palabras

La polifacética artista triunfa de nuevo con su libro M Train, un viaje de dieciocho "estaciones" sobre el pasado y el presente del mundo.

La polifacética artista triunfa de nuevo con su libro M Train, un viaje de dieciocho "estaciones" sobre el pasado y el presente del mundo.
Patti Smith en Italia en 2010 | Cordon Press

La vida se compone de multitud de aspectos, momentos y experiencias que, en mayor o menor medida, se pueden reproducir con palabras. En casos como el de Patti Smith, dichas palabras no han bastado en muchas ocasiones, y han tenido que vestirse con música, como hemos podido disfrutar en canciones y discos de enorme calidad. Pero la artista nunca ha descuidado su labor literaria, tanto en el terreno de la poesía como en la novela. Así, este mismo año ha editado M Train, trabajo que ya le ha valido el reconocimiento de crítica y público desde su publicación.

No se trata de la primera vez que Smith logra ese impacto a través de sus obras: sin ir más lejos, su libro anterior, Just Kids (que recordaba su relación con el malogrado artista Robert Mapplethorpe), ha recibido gran cantidad de premios y buenas críticas. Aunque en este M Train los recuerdos de Smith vuelan más allá de una sola figura, relación o época concreta. De hecho, realidades y ensoñaciones se mezclan a lo largo de sus páginas para ofrecernos un ejercicio de recuerdos que abarcan varias décadas y multitud de viajes, vivencias, libros en habitaciones de hotel y conversaciones con ella misma y con los demás.

Seguro que, de poder rememorar algún momento de la vida de la autora, muchos querrían volver cuarenta años atrás en la historia, al tiempo en el que tomó forma Horses. El álbum debut de la entonces joven poetisa veía la luz en diciembre de aquel año, y comenzaba a llamar la atención de todos por su fuerza, expresividad y radicalismo artístico. El trabajo estaba producido por John Cale (The Velvet Underground), y por sus pistas desfilarían versiones de Van Morrison o Tom Verlaine (Television), teñidas de poesía punk que gritaba al mundo la singularidad de Patti Smith. La portada, una icónica fotografía de su amigo Mapplethorpe, servía para poner cara a la nueva voz y pluma del arte moderno, directa desde el Greenwich VIllage neoyorquino.

Pero entre las colaboraciones de aquel disco no teníamos solamente a Verlaine, y la presencia de Allen Lanier (Blue Oyster Cult) servía para recordar otro de esos momentos célebres en la vida de Smith: cuando, poco tiempo antes de Horses, tuvo la posibilidad de ser la vocalista de la banda de aquel… un hecho que nunca llegó a materializarse, aunque su marca pueda apreciarse en las letras de temas como Fire of Unknown Origin, entre otras canciones de la banda.

En otro grupo de recuerdos, estarían el resto de sus himnos en la década de los setenta: el Because the Night creado junto a Bruce Springsteen, y por encima de todo, la unión a otro músico de corazón y preferencias similares a las expresadas por la artista en sus obras: el guitarrista de la seminal banda MC5, Fred "Sonic" Smith. Una unión que duraría más de una década, y que es revisitada en este último libro de forma especialmente importante, y que concluiría con la muerte de Fred en 1994. En la década anterior, nos había dejado otro buen pedazo de canción con People Have The Power, rescatada en épocas posteriores sin haber perdido ni un poco de su fuerza original.

De forma especial, ya en la segunda mitad de los noventa, Smith editaría cuatro discos en cinco años, todo un record para ella, además de firmar una de las colaboraciones más recordadas junto a los R.E.M. de su amigo Michael Stipe, con la fantástica E-Bow The Letter.

Además de todo ello, nunca deja de viajar, escribir, interpretar y ejercer de influencia para varias generaciones de músicos, tanto a nivel artístico como en el apartado del activismo, en el que siempre ocupa primera fila. Facetas que marchan incansables por el recuerdo consciente e inconsciente de Patti Smith, la mujer cuyas palabras siguen teniendo un poder más allá de toda duda.

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