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Tony Bennett, la penúltima leyenda de la canción romántica

El cantante estadounidense falleció el viernes a los 96 años. Era uno de los últimos grandes crooners de la música.

El cantante estadounidense falleció el viernes a los 96 años. Era uno de los últimos grandes crooners de la música.
Tony Bennet durante una actuación en 2016 | Cordon Press

Con la desaparición de Tony Bennett perdemos a uno de los últimos representantes de aquel estilo musical que naciera hace casi un siglo en Norteamérica. La época de las grandes orquestas y sus vocalistas, que allí se llamaban crooners. Bing Crosby fue tal vez el pionero y detrás de él surgieron Frank Sinatra, Dean Martin, Perry Como, Al Martino, Vic Damone, Frankie Lane… y naturalmente Tony Bennett.

Unos con voces más suaves que otros, pero en definitiva intérpretes de inolvidables melodías, con textos románticos y una música emparentada con el jazz, bien lenta o más rítmica. Casi todos los citados consiguieron su popularidad a través de la radio, durante los años 30, 40, 50 y parte de los 60 del pasado siglo. Y entre medias sus apariciones en la televisión que emitía en blanco y negro hasta cerca de mediados los 50. También en el cine, donde acompañaban sus actuaciones con argumentos de comedia, ejerciendo de galanes.

Tony Bennett no fue uno de esos guapos de la pantalla, a pesar de su atractivo. Lo que no puede negarse es que con su garganta embelesaba a su audiencia, mayormente femenina. Con aquellas melodías, que aún no se llamaban baladas, autores e intérpretes procuraban que sus oyentes olvidaran la guerra de Corea, la del Pacífico, la II Guerra Mundial, adonde tantos soldados americanos combatieron, como el propio Tony Bennett. Y sus novias y esposas esperaban su regreso. Ellas eran las principales destinatarias de aquellas canciones de amor y esperanza.

Tony Bennett se llamaba realmente Anthony Dominick Benedetto y descendía de italianos. Su padre era empleado en un comercio de ultramarinos y murió cuando Tony contaba sólo diez años. A partir de entonces, la madre hubo de hacer frente al hogar trabajando de costurera. En aquel barrio de Nueva York donde vivían Tony no encontraba una ocupación para ayudar a la precaria economía familiar. Se empleó a los quince años como camarero.

Trabajo y esfuerzo

Como tenía buena voz le gustaba ejercerla en algunos oficios religiosos y en cafetines de Little Italy, donde recaudaba algunos dólares. También se esforzaba por gustar como bailarín. Al regreso de sus obligaciones militares en Alemania procuró enrolarse en alguna compañía de variedades. Y encontró la de Bob Hope, el gran cómico. Fue éste, al preguntarle cómo venía anunciándose donde actuaba, quien lo convenció de que llamarse Anthony Benedetto no resultaba prometedor. Y lo rebautizó como Tony Bennett al incluirlo en su nómina de la compañía.

Because of you resultó ser una de las primeras canciones que destacaron en su voz. Que él definía como "la de un tenor que interpreta como un barítono". Por encima de todo, Tony Bennett siempre fue un entertainment, un entretenedor, aquel que consigue que su audiencia pase un rato agradable. Y así transcurrió toda su carrera hasta su retirada hace apenas un par de años. Seis largos decenios durante los que gozó del éxito, la popularidad, el dinero.

También acusó el cambio de modas musicales que le afectó, cuando se fueron imponiendo entre el decenio de los 60 y los 80 otro tipo de música tan diferente a la suya: ritmos procedentes del rock and roll y sus derivados. No iban con él, que tiempo atrás había conseguido éxitos internacionales, como Dejé mi corazón en San Francisco. O Extraños en el paraíso, con música de Borodín, que aquí en España conocimos en la versión de nuestra Gloria Lasso.

Precisamente por esa inestabilidad en su trabajo, como en la de tantos cantantes y actores que pasan de la gloria a vivir pendiente de que alguien vuelva a contratarlos, Tony Bennett acabó a merced de la cocaína. Era el año 1979 y a punto estuvo de morir. Uno de sus dos hijos del primer matrimonio, que era su agente artístico, pudo sacarlo adelante y ya no volvió a reincidir. Se había casado en 1952 con Patricia Beech, que era una furibunda admiradora suya y mantuvieron su unión hasta 1971. Después, el cantante contrajo otros dos matrimonios, el segundo, con Sandra Grant, desde su ruptura anterior hasta 2007, año en el que volvió a divorciarse celebrando el tercero y último con Susan Crow. Sería padre en dos ocasiones más.

Tony Bennett disfrutó de actuaciones inolvidables, cantando para el Presidente Kennedy en la Casa Blanca, y en otra regia ocasión ante Isabel II de Inglaterra. Destacaba en él una impecable elegancia, en la interpretación y en su presencia. Aunque ya decíamos que no lo tuvieron muy en cuenta los productores cinematográficos, sí fue incluido en la película Una terapia peligrosa, protagonizada por Robert de Niro y Billy Cristal.

Toda una vida de éxito

En la década de los 90 se planteó dar un giro a su carrera, a su repertorio, que un directivo de su casa de discos lo calificó de antiguo. Debía acercarse a la juventud. Y es lo que hizo Tony sin renunciar del todo a su manera de cantar toda la vida. Se trataba de elegir piezas que con arreglos adecuados no sonaran como las de tiempo atrás. Claro que no pudo negarse a la invitación de su buen amigo Frank Sinatra cuando en 1993 le pidió, como a otros colegas de su generación, interpretar a dúo uno de sus éxitos, New York, New York, que resultó ser una maravillosa grabación. Sinatra siempre admiró a Tony, del que expresó este elogio en una entrevista para la revista Life: "Es el mejor. Me excita".

Años más adelante, Tony Bennet registró duetos con artistas jóvenes, que podían ser perfectamente sus nietos, caso de Alejandro Sanz, que unieron sus voces con dos temas románticos: Yesterday y Esta tarde vi llover. Eso sucedió en 2011. Pero hubo otros dos dúos que son los que situaron a Tony Bennett otra vez en el lugar que merecía en el mundo del espectáculo musical. Fue cuando cantó junto a la infortunada Amy Winehouse. Y con Lady Gaga, que hicieron una original y estupenda versión del clásico Cheek to cheek de Fred Astaire, situándose en el número l de la lista de Billboard. Con ella, Bennett montó el espectáculo One Last Time, que representaron durante una gira en 2015.

Dado el éxito se reunieron para otras grabaciones. Y en 2021 Tony Bennett dijo adiós a su longeva carrera, aunque cantando no daba la impresión del mal de alzhéimer que le aquejaba desde 2016. Su familia lo protegía en todo momento, reconociendo, como les dijo una doctora que lo atendía, que cuando estaba cantando, era feliz, no se olvidaba de las letras ni daba sensación de que su memoria estuviera veraneando.

Tony Bennett actuó varias veces en España, sobre todo en Barcelona y Madrid. La última vez, tras pasar por la Ciudad Condal en junio de 2017, tenía contrato para presentarse en el festival de verano de los Jardines del Botánico. Pero horas antes del concierto, la organización comunicó que se suspendía por indisposición del artista. Tuve la sensación de que en taquilla no se había registrado apenas demanda de localidades. ¿El motivo? El hipotético público de la generación de Tony Bennet quizás ni se había enterado de esa gala. O que el lugar no era céntrico. Probablemente porque ya no estaba de actualidad. Él debió marcharse cariacontecido. Mas continuó en activo cuatro años más, como decíamos.

He leído en alguna parte que hace pocos días, Tony Bennet se sentó en su vivienda de Nueva York ante su piano y entonó las viejas notas de Because of you, aquel primerizo éxito. A lo mejor estaba solo ese día. En todo caso, venía a ser su despedida definitiva. El próximo 3 de agosto hubiera cumplido 97 años. Ya hace tiempo que entró en la historia de la música popular de los Estados Unidos, que es como decir de todo el mundo.

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