José Luis Rodríguez El Puma vio la muerte de cerca cuando lo iban a operar de un doble trasplante de pulmones. Fue un milagro que salvara la vida. Siempre ha sido muy piadoso, vinculado a una determinada religión cristiana. Rehabilitado, fue recuperándose hasta que tiempo más adelante, con ejercicios vocales, físicos en general, logró recuperar su voz, una de las más reconocidas en Hispanoamérica y también en España, en donde a partir de este 15 de marzo, en Tenerife, reaparecerá en los escenarios, para actuar después el 21 en Vigo y el 26 en el teatro-circo Price, de Madrid. Un hombre en su faceta familiar muy unido a su segunda esposa y a sus tres hijas.
Transcurría el año 2014 cuando José Luis reveló que sufría una enfermedad incurable, fibromatosis pulmonar. En sus últimas actuaciones de entonces notó que fallaba al emitir algunas notas musicales, y se cansaba. Los médicos le aconsejaron estar cerca del mar para aliviar sus molestias. Que ya fueron decisivas para que le diagnosticaran que su vida corría un serio peligro: había que arriesgarse a una doble operación de trasplante de pulmones. Y esperar, lógicamente, que surgiera un donante. Ello sucedió, como decíamos al principio, en 2017. En el hospital Jackson Memorial de Miami. No las tenía todas consigo: rezaba continuamente apoyado en sus creencias. Carolina, su esposa, era su mejor paliativo, quien procuraba que José Luis no la viera llorar a escondidas.
El milagro, ya saben, se produjo. Perdió peso, las facciones de su rostro, cambiantes. Pero sus ganas de vivir, y de volver a cantar, fueron su mejor medicina, junto lógicamente a una estricta
rehabilitación, para sostenerse en pie, caminar y lo más esperado por él: recuperar la voz. Cuando en 2019 consiguió grabar su hasta ahora último disco, lo tituló "Agradecido". A Dios, a los cirujanos que lo operaron, a los admiradores a millares que le consta dedicaron plegarias, interesándose por su vuelta a la vida normal, y luego a los escenarios.
Y aquí tenemos de nuevo a El Puma, que así se le conoce desde que de ese modo fuera motejado, como lo era uno de los personajes de los muchos que interpretó en telenovelas.
Nacido en Caracas, cumplió ochenta y dos años el pasado 14 de enero. Su padre, un comerciante canario emigrante en Venezuela, país natal de la madre del ídolo, que era el undécimo y último de una familia numerosa. Estudiante técnico electricista, cantaba desde que era chico; fue participando con grupos de aficionados en actuaciones de barrio, hasta que pasados unos años entró a formar parte como vocalista de la mítica banda Billo´s Caracas Boys. Música folclórica y rockera. Luego fue solista a partir de 1956. En los años en los que alternaba con su faceta de actor de culebrones que le aportaron una gran popularidad no sólo en su país natal sino prácticamente en toda Hispanoamérica. Y cuando su casa discográfica decidió que también fuera conocido en España, el maestro Manuel Alejandro le proporcionó una balada con la que fue popularizando aquí su voz: "Voy a perder la cabeza por tu amor".
Hizo giras por España de vez en cuando, obtuvo éxitos con "Pavo Real", "Dueño de nada" y con un dúo junto a Julio Iglesias, "Torero".
Ambos eran rivales para los miles y miles de seguidores de uno y otro. Nuestro compatriota ideó una jugada redonda: atraerlo a su misma casa discográfica, estrategia para
controlar la carrera de El Puma. Y así sucedió. Salió ganando Julio, aunque José Luis mantuvo siempre un lugar destacado entre los baladistas románticos en tierras latinas.
En lo sentimental
Sentimentalmente José Luis Rodríguez González celebró su primera boda con la también cantante y actriz de telenovelas Lila Morillo. Fueron padres de dos hijas. Por los continuos desplazamientos de él aquella pareja fue poniendo distancia a su relación y acabaron divorciándose, tras veinte años de unión, en 1986. Su segunda experiencia matrimonial la tuvo con la modelo cubana Carolina Pérez en 1996. También fue una niña la que llegó a su hogar en Miami, donde El Puma eligió su residencia; ciudad desde donde, como Julio Iglesias, podría
planificar mejor sus contratos.
Enemigo de Maduro
Los visité en su lujoso penthouse: una encantadora pareja. Eran los primeros años 80. El 10 de mayo de 2004, exactamente, José Luis adquirió la nacionalidad norteamericana. No perdió la venezolana, aunque ya no volvió más a Caracas desde que el chavismo se instaló en la política del país, y se declaró luego enemigo de la dictadura de Maduro. Siempre, en el
pasado, había sido votante del presidente Carlos Andrés Pérez.
Su madre fue en su juventud activista política, pero José Luis nunca quiso complicarse la vida y sólo se dedicó a su carrera artística y luego a los negocios, hasta adquirir una cadena de televisión propia en tiempos más recientes. Publicó sus memorias con el título Para qué vivir, donde detallaba entre otros episodios cuanto sucedió con su doble trasplante pulmonar. Desde entonces, ha comprendido lo que es disfrutar cada día de su existencia.