
El Ateneo de Madrid ha celebrado este lunes el espectáculo Si me borrara el viento lo que yo canto, un recorrido por la memoria de la canción protesta en España apadrinado por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática y presidido por Ángel Víctor Torres.
"Si me borrara el viento lo que yo canto" es un fabuloso viaje por la historia de la canción protesta en España.@maxpradera, junto con Laura Sabatel y Antonio López, hace memoria de una forma emocionante a través de la música y las letras.
Muy recomendable.… pic.twitter.com/VB0roYAdPC
— Ángel Víctor Torres Pérez (@avtorresp) October 6, 2025
El título de la cita ha remitido directamente al documental que David Trueba dirigió en 2019 sobre Chicho Sánchez Ferlosio y su disco clandestino Canciones de la resistencia española. Aquella grabación, realizada en 1963 y publicada en Suecia, se convirtió en un símbolo antifranquista y ha servido de hilo conductor para la velada. El narrador ha sido Máximo Pradera y han intervenido la soprano Laura Sabatel y el pianista Antonio López Serrano.
Repertorio de clásicos

El público ha podido escuchar un repertorio que ha reunido piezas emblemáticas de distintas épocas: Mi querida España, Gallo Rojo, Gallo Negro, L'estaca, Libertad sin ira, Canción de Grimau, Al alba, Al vent, España, camisa blanca de mi esperanza, A galopar y La, la, la.
El programa no ha incluido a Ismael Serrano, cantautor madrileño de la generación aparecida en los años noventa, que recoge influencias de Serrat, Aute, Joaquín Sabina y Silvio Rodríguez, así como de los poetas Luis García Montero y Mario Benedetti. Su ausencia ha marcado una diferencia respecto a un panorama que aspiraba a mostrar la continuidad de la canción de autor en el tiempo.
Una tradición de resistencia
Los organizadores han recordado que la canción protesta en España hunde sus raíces en el siglo XIX, con piezas como el Himno de Riego o el Trágala, aunque ha alcanzado su máximo esplendor durante el franquismo y los primeros años de la Transición. "Desde los tiempos más remotos, los oprimidos han cantado para armarse de valor en momentos de zozobra o provocar al poder para rebelarse contra él", según la presentación del espectáculo del Ateneo de Madrid.

