El "go woke go broke" se ceba aún más con The Acolyte. La muy polémica serie de Star Wars estrenada a principios de verano comenzó con muy buen pie su andadura en Disney+ pese a las críticas de una gran base de aficionados, centradas en gran parte en sus contenidos de agenda más que en el abundante "lore" de la franquicia, al que algunas decisiones tomadas por su showrunner Leslye Headland osó desafiar.
No obstante, con el transcurso de la semanas la audiencia mayoritaria fue tomando nota y los números de The Acolyte descendieron dramáticamente. Al menos, lo suficiente para que Lucasfilm haya desechado la posibilidad de una segunda temporada.
Una continuación que, en todo caso, nunca estuvo sobre la mesa, pero que dados algunos flecos e identidades secretas por revelar, seguramente estaba en mente de su responsable.
La noticia ha caído como un jarro de agua fría sobre todos aquellos que consideraban la cancha de Star Wars un escenario propicio para la integración. La serie incorporaba, entre otras cuestiones, a un grupo de hechiceras lesbianas capaces de crear vida sin participación masculina, entre otros muchos detalles de caracterización a lo largo y ancho de la serie.
Headland, casada con la actriz Rebecca Henderson, que interviene como actriz en el papel de Vernestra Rwoh, censuró a los seguidores que habían hundido la valoración del show en agregadores de críticas y redes sociales, manteniendo el pulso mientras los índices de audiencia decrecían. Se hizo viral un vídeo de su protagonista Amandla Stenberg jactándose en televisión de que "enfadar a los blancos era el objetivo", aunque el vídeo estaba descontextualizado y el comentario iba dirigido a otra ficción.
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Los desafíos de la serie en este sentido fueron constantes, y las críticas a la torpeza de su puesta en escena un elemento habitual en redes sociales. El sector reaccionario de Star Wars no tardó mucho en ponerse en marcha, como tampoco otros colectivos que abogaban por convertir la franquicia que creó George Lucas en un ejemplo de diversidad.
¿Han sido misóginos y racistas los fanáticos de Star Wars, o simplemente la serie no ha captado el interés ni de éstos o la gran audiencia? Los datos son los datos, y el adiós a la temporada dos de The Acolyte no puede deberse solo a la, en efecto, temible furia de los aficionados. Tras un estreno decente en el que la serie debutó con casi 5 millones de visualizaciones, a partir del tercer episodio la caída fue en picado, saliendo del Top 10 de Nielsen y solo figurando de nuevo en el final de temporada con datos discretos.
Datos insuficientes teniendo en cuenta los cuantiosos 180 millones de dólares que habría costado sufragar los ocho capítulos de la primera temporada de The Acolyte. Una serie condenada por seguidores por satanizar a los caballeros Jedi, añadir a la mitología Star Wars brujas lesbianas y cuestionar ciertos puntales de la saga relativos a Anakin Skywalker… o por ser simplemente un ejercicio de narración plana y torpe dispuesta a vampirizar todavía más una franquicia que vivió mejores momentos.