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Justo Algaba, sastre de toreros: "El vestido de luces es un vestuario que identifica muy bien nuestra Marca España"

Uno de los sastres taurinos más cotizados recibe a LD en su tienda-museo y descubre los secretos del vestido de torear.

Uno de los sastres taurinos más cotizados recibe a LD en su tienda-museo y descubre los secretos del vestido de torear.
Así es el museo del vestido taurino de uno de los sastres de toreros en Madrid

El golpe que el coronavirus supuso en el mundo del toro no sólo afectó a toreros y ganaderos sino a muchos sectores que viven directa o indirectamente de la Fiesta. Entre las restricciones de aforo y la suspensión de ferias importantes no ha sido hasta bien entrado el mes de junio de 2021 en el que se puede empezar a hablar de una vuelta a la normalidad en las plazas. El regreso de las ferias y de los festejos taurinos ha despertado a profesionales y aficionados de la pesadilla a la que la pandemia había condenado a un sector que sin público no es el mismo. En estos meses el pesimismo ha cundido en muchos de ellos. Sin embargo, una de las principales figuras entre los sastres taurinos supo despojarse de la pesadumbre y la crisis le ha servido para dar un impulso a su creatividad. Hablamos de Justo Algaba.

El sastre de toreros recibe a Libertad Digital en su tienda-museo sita a pocos metros de la Puerta del Sol de Madrid cuando el verano empieza a hacerse notar en la Villa y Corte. Antes de atender a LD el sastre recibe la visita del cantaor Manuel de Segura para tomarle medidas para un traje corto. Algaba cuenta que conoció al artista de la mano de Luis Aguilé. "Puso mucha confianza en este muchacho, ha triunfado muchísimo", asegura y Manuel cuenta que llegó a cantar y triunfar en Corea del Norte. Una vez que el alfayate despacha a su cliente nos abre la puerta de su museo, una colección insuperable de vestidos de torear, capotes de paseo y muchos recuerdos que pronto se podrán leer en un libro.

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Justo con el cantaor Manuel de Segura. | David Alonso Rincón.

Libertad Digital: ¿Cómo puede ser moderno algo tan antiguo como un vestido de torear?

Justo Algaba: Entiendo que la modernidad no está reñida con las líneas clásicas de un vestido de luces. En función de lo que he ido estudiando en mi carrera profesional no se podía quedar un vestido de luces en el siglo XIX. Considero que en todas las cosas que rodean al ser humano hay modernidad, respetando siempre las líneas maestras y este tiene que ser también el vestido de luces.

LD: En un vestido de luces ¿el hábito hace al monje o un torero puede ser torero sin ir vestido como un torero?

JA: Una novia se puede casar sin vestido de novia pero tendrían que preguntar qué está haciendo. Cuando ves a una novia aunque no se esté casando vestida de novia dices "esta se va a casar hoy". El vestido de luces es un vestuario que identifica muy bien o representa nuestra marca España. El vestido de luces aunque vengan personas de cualquier país del mundo que nunca han visto una corrida de toros, cuando lo ven se sabe qué es. En muchas ocasiones me han preguntado sobre la personalidad de un torero. El torero tiene dos personalidades muy definidas, una como persona, como ser humano; y otra cuando el torero en su mente se viste de luces.

Es cierto que si el torero no lleva un vestido de luces no puede transmitir a los tendidos lo mismo. Pero cuando el torero se viste de luces en la mente y, a parte, va vestido físicamente de luces, las cosas cambian. Y a todo el mundo es muy posible que le ocurra lo que a mi me ocurrió un 13 de septiembre de 1963 cuando yo vi un torero y tanto o cuanto me impresionó que dije: "Tengo que ser como tú en la plaza un día o quien hace esa ropa". No quiero decirte ya qué camino elegí.

LD: ¿Cómo de caprichoso es un torero a la hora elegir un vestido?

JA: Un torero si no es caprichoso, si no tiene un grado de coquetería en su vestuario, podríamos considerar que la ropa que utiliza para torear es una ropa más. No, el torero cuando va a comprarse una ropa de vestir, un vaquero o unas camisas va de cualquier manera, no le importa, incluso si lleva una mancha o el pantalón está roto. Pero cuando él quiere vestirse las cosas cambian. Se transforma y el vestido de luces cumple un cometido que es totalmente distinto. Tanto para el que lo ve como para el que se lo pone.

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Detalles de un vestido de luces.

LD: ¿Alguna anécdota?

JA: Mi exposición de vestido de luces se compone del pasado, presente y futuro. Y también de arte y cultura. Cuando he hecho esa exposición tenía que buscar unos vestidos que yo les puse el calificativo de vestidos estelares. Tenían una razón fundamental. Yo puedo hablar de algunos. Los vestidos que le hice a Jesulín de Ubrique para las corridas para las mujeres no cabe duda que marcaron un momento en la historia de Ubrique y de nuestra Fiesta muy notable y con una puntuación muy alta. A Paco Ojeda le diseñé un vestido según su personalidad. Cuando lo vio se quedó tan sorprendido que me pidió que le dijera qué significaba. Significaba lo siguiente: primero, él era el toreo de la pureza en aquellos momentos. El vestido tenía que ser blanco, porque es el color de la pureza. Después yo entendía que Ojeda era un pensador delante de la cara del toro y lo bordé en pensamiento y, luego, lo adorné en oro por lo que significa. No por el valor económico, sino la representación que tiene el oro que es la grandeza. Pureza, pensador y grandeza.

Rafael de Paula en el año 1988 me pidió un vestido que no tuviera nada que ver con lo que se llevaba entonces. Le hice un vestido único en la historia, todavía no he vuelto a hacer otro parecido. Era todo combinado con beis, la montera era marrón, las zapatillas marrones… Curro Romero me dijo que le diseñara un vestido para la inauguración de la Expo de Sevilla el 26 de abril de 1992. Aquél mismo día Paco Ojeda me pide otro parecido al de los pensamientos y Espartaco también, que por primera vez le hago un vestido de oro de 18 kilates, que costaba una fortuna.

Mi vida está llena de retos en el sentido de hacer cosas singulares, cosas únicas, cosas que no tengan nada que ver con todo el conjunto de ropa que yo hago y la prueba la tienes en cualquier vestido que he hecho.

LD: ¿Y Morante?

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Francisco Guerra / Europa Press

JA: Mi amigo Morante… ya tengo mucho cuidado en no responder por personas nada más (risas). Morante me dijo que le hiciera tres vestidos, pero sobre todo de colores y formas, que no tuvieran nada que ver con lo actual ni con lo que él había llevado. A las pruebas me remito, han sido muy recientes en la plaza de Vistalegre. La verdad es que él está feliz, ha llevado lo que quería, lo que sentía y sobre mí ha habido una repercusión muy considerable con la actuación de Morante de la Puebla y su vestuario. Para mí ha sido muy positivo porque ha sido especialísimo, muy generoso. Cuando me sacas de sota, caballo y rey es donde actúa Justo Algaba y en lo demás soy una máquina de trabajo. ¿Qué es lo que me gusta a mí? No ser la máquina.

LD: ¿Un reto?

JA: Sí. Retos diarios si es posible. Retos conmigo. Me preguntan muchas veces: ¿y tú cómo andas con la competencia? ¿Qué competencia? Yo la competencia la tengo conmigo mismo, lucho conmigo mismo. A mí ya no me importa el ayer, me importa el presente y muy poco. El futuro sí. Porque el presente en un minuto ya se ha pasado. Estos retos me encantan. Cuando hay toreros valientes, no solamente delante de la cara del toro, sino valientes para llevar ropas que no son comunes, que son ropas diferentes al resto de los vestuarios del mundo. ¿Por qué no vamos a poder hacer cosas distintas? Por aquí tengo unos vestidos picassianos a los que hay que echarle mucho valor. Pero igual que Picasso pintaba a su manera yo lo interpreto dándole mi sentido de sastre y de interpretación y lo que él hacía con pintura yo lo hago con sedas. A mí me gusta hacer innovaciones y como Pablo Picasso aportó muchísimo a la fiesta taurina, ¿por qué no voy a hacer yo una representación de los vestidos en homenaje a ese gran artista y pintor? Ahí están, dice señalando unos vestidos en su exposición.

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El sastre Justo Algaba, retratado para Libertad Digital con uno delos vestidos picassianos. | David Alonso.

LD: ¿Cuánto se tarda en hacer un vestido desde cero y cuánta gente está implicada?

JA: La ropa de torear es una ropa muy laboriosa. Es una ropa que se lleva muchas horas. Un vestido no se tarda menos de mes y medio. El vestido que sacó Morante el primer día de Vistalegre se han tardado en hacerlo tres meses con cincuenta personas trabajando. Eso es antieconómico. Yo no le puedo cobrar a ese hombre lo que me cuesta. ¿Has perdido dinero? Bueno, hay vestidos que se subvencionan unos a otros. Haces una compensación. Generalmente un vestido se tarda mes y medio, cincuenta personas trabajando y mínimo ocho horas diarias.

LD: ¿Cómo se inicia el proceso creativo?

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El vestido cordobés de Justo Algaba con los colores de la Mezquita de Córdoba.

JA: Imaginemos que llega ahora mismo un torero y quiere encargarse la ropa. Lo primero que hay que hacer es tomar medidas, elegir el color, si él quiere que yo le haga el dibujo o si quiere traer uno. Después se le hace el dibujo, le hago el diseño y podemos ir haciendo todo ese trabajo. Yo primero se lo doy a la cordonera, después a las lentejueleras, luego a las bordadoras, luego a las montadoras, luego la de las chaquetas, las taleguillas, la de las mangas, la de los machos, la de los flecos, la de los sombríos y así sucesivamente hasta completar esas cincuenta personas.

LD: Esta cornada que ha sufrido el mundo del toro ¿es mortal de necesidad o hay cirujanos que puedan salvarlo?

JA: En mi tierra hay una frase que dice que hay que tener el riñón muy cubierto para hacer frente a determinados momentos. Yo me hice una composición muy rápida el mes de marzo del año pasado. Se me bajó el techo y me aplastó cuando vi que era el fin de mi vida profesional. Todo se retiró y se me cayó el cielo encima. Cuando llevaba 10 días confinado totalmente dije: "Aquí hay que hacer algo. Tenemos que hacer algo de una manera que sea muy positiva". Empecé a crear cosas y llamé a todas mis personas de trabajo. "¿Queréis que trabajemos?" Yo he mantenido mi equipo y me ha costado lo que he ganado en varios años, no solamente porque no vendía sino porque todo era pagar. Pero he conseguido mantener mi equipo y ahora mismo estamos todos a flote. Este cirujano ha hecho bien una operación y encima no ha quedado cicatriz.

LD: Ahora está mejorando la situación…

JA: El sol ha salido pero hay muchas nubes. No es fácil quitar las nubes. Lo que nos toca a nosotros es un rayo que se mete entre las nubes y que nos ha dado para ver tanto y más que en años anteriores. Lo hemos pasado muy mal en 2020 y ahora, con poquita luz, ves más. La fiesta taurina está empezando otra vez a funcionar y necesitamos solamente una cosa: que los políticos nos dejen trabajar; que no se pongan en medio ni en contra de nuestro camino y que nos dejen funcionar como cualquier otros profesionales. La Fiesta taurina tiene una música, un colorido, un vestuario, un turismo, unos ingresos, unos trabajos, una dedicación al campo extraordinaria y que si todo eso lo quemamos por no saberlo gestionar todo se perderá. La Fiesta necesita muy poquito para venirse arriba porque tiene todos los componentes… Es como un cocinero que puede exigir los ingredientes para hacer una buena comida, y nuestra fiesta los tiene. Lo único, déjennos trabajar, abran puertas y que entre ese rayo de luz que tenemos. Yo con este rayo de luz te digo: esto va para adelante y seguro.

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Un vestido con la imagen de la Virgen del Rocío

LD: Un vestido de por sí es un patrimonio cultural

JA: Puede haber personas que no les guste la fiesta taurina. Mi exposición es un lugar que el nombre que tiene es cultura. El que quiera saber de esto puede venir y yo le voy a explicar desde lo más remoto de mis conocimientos, pues es cultura para toda la gente. No hace falta que uno sea un apasionado del mundo del toro. Aquí viene gente que es contradictoria al mundo del toro yo les hablo y les digo: "dejaos llevar un poquito, os voy a enseñar esto, os voy a explicar". Vamos haciendo cosas que son muy interesantes y esto es positivo para todo el mundo.

LD: Usted ha vestido generaciones de toreros desde hace 55 años. Los habrá vestido a todos, ¿no?

JA: Cuando yo me inicié en esto había reaparecido Luis Miguel Dominguín pero estaban jóvenes Antonio Ordóñez, Manuel Benítez El Cordobés, Diego Puerta, Paco Camino, Santiago Martín El Viti, Andrés Vázquez, ya con más edad, don Antonio Bienvenida… y así sucesivamente. De aquellos años a hoy todo ha sido una historia de lo más bonita y de un sentimiento que si yo tuviera que empezar mi vida sin saber por donde caminar elegiría este propio camino.

LD: De toda la historia ¿a qué torero le hubiera gustado vestir?

JA: A uno que se lo llevo la vida por delante antes de que yo pudiera hacerle la ropa. Se llamaba Paquirri, se fue muy pronto y no pudo ser. Yo no sólo le he hecho ropa a toreros de Madrid, de España, de América, de Francia, de Portugal. Para mí ha sido una grandeza.

LD: ¿Hay Justo Algaba para rato?

JA: Francamente, solamente le pido a Dios una cosa: que me dé salud. Porque yo un paso para atrás no voy a dar y para adelante sí. Y mientras yo tenga fuerzas para mantenerme en pie, que mis manos las tenga libres para coger la tijera y mi herramienta de trabajo que es el centímetro te aseguro que hay Justo para rato. No importa la edad, de verdad. Cuando nos encerraron de esta manera y tuvimos que quedarnos todos en nuestras casas yo pensé y dije para mí: "Este confinamiento nos puede hundir". No me importaba coger o no el covid, lo que me importaba de verdad es que yo estaba en mi mejor momento para aprender. Fui una máquina de producción y ahora soy una máquina de creatividad. Ya no me importa hacer como antes 80, 90, 100, 200 vestidos. Yo no quiero nada más que 15 o 20 al año pero la diferencia es que antes había que hacer una producción que te arrastraba pero ahora he pasado del bien y del mal en ese sentido. Y ahora quiero darme el gusto de trabajar y diseñar aquello que de verdad me hace sentirme feliz y grande. Ahora es el momento en el que quiero hacer esas cosas y las hago porque es un sentimiento de superación constante. Yo no tengo competencia, es que soy yo el que tengo que decir: el vestido que hice ayer no me vale y ahora voy a hacer otro.

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