Nueva etapa completada con éxito en el gran reto del Ejército del Aire y el Espacio. Los cuatro cazas Eurofighter Typhoon, los dos aviones de transporte A-400M y el avión A330 han llegado en las últimas horas a la base aérea de Chitose, en el norte de Japón, en un nuevo paso de la vuelta al mundo que están completando las aeronaves españoles y que comenzó el pasado mes de 26 de junio en Albacete.
El salto desde Alaska –donde se realizó una parada de nueve días para participar en el ejercicio Arctic Defender que organiza la Fuerza Aérea de Estados Unidos– hasta el país asiático ha implicado un desplazamiento de más de 5.500 km, ocho horas de vuelo en los A400M y A330 y siete horas y media en los Eurofighter, y cuatro reabastecimientos en vuelo por caza, según ha detallado el Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
Se trataba de uno de los saltos más críticos de la vuelta al mundo. No sólo por la casi falta de zonas donde poder realizar un aterrizaje de emergencia en caso de existir algún tipo de problema mecánico, sino también porque se ha ido bordeando la frontera rusa (la región autónoma de Chukotka y la península de Kamchatka) con Estados Unidos y Japón. El EMAD no ha informado de ningún incidente con aeronaves rusas, una posibilidad que existía.
Una vez dentro de espacio aéreo japonés, los cazas españoles y de la Luffwaffe alemana han realizado un adiestramiento táctico junto a cuatro cazas F-15 de la Segunda Ala Aérea de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón. Esta es la primera vez que aeronaves del Ejército del Aire y del Espacio español aterrizan en suelo japonés, por lo que el personal de la Fuerza Aérea de Autodefensa japonesa ha recibido con honores al personal español.
Hay que recordar que el Ejército del Aire no está solo en este reto de dar la vuelta al mundo, denominado Pacific Skies 2024, sino que va acompañado por aeronaves de las Fuerzas Aéreas de Francia y Alemania. Exactamente, Francia aporta cuatro cazas Rafale, tres aviones A-400M y dos cisternas A330 MRTT. Alemania lleva ocho cazas Eurofighter, tres aviones de transporte A-400M y dos aviones cisterna A330 MRTT.
Este proyecto no es sólo una aventura o un reto, sino también una misión comercial. Es un intento de demostrar que la industria de Defensa europea está capacitada para desarrollar aeronaves militares de primer nivel y que los países del mundo tienen más opciones que las dos más tradicionales de Estados Unidos o Rusia para dotar de capacidades aéreas a sus fuerzas armadas.