
El Gobierno sigue impulsando la modernización de las Fuerzas Armadas. Tras años en los que los presupuestos de Defensa fueron tan raquíticos que dejaron a los Ejércitos en la línea roja de la inoperatividad, el aumento de la inversión en Defensa impulsando por la OTAN –aunque España está todavía muy lejos de cumplir con el 2 por ciento del PIB acordado, siendo uno de los países menos cumplidores– está cristalizando poco a poco.
En las últimas horas se ha dado luz verde a una partida económica de algo más de 100 millones de euros para la adquisición de visores nocturnos para los militares españoles. Un elemento fundamental para realizar operativos cuando el sol del día ha desaparecido. Estos elementos pueden engancharse, según su tipo, tanto en los cascos con protección balística de los militares como en las armas que emplean.
Según lo aprobado por el Ejecutivo, "su finalidad es mantener la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas para garantizar la libertad de acción necesaria, especialmente a las unidades desplegadas en los diferentes escenarios de operaciones, en el marco de los acuerdos que España tiene asumidos con Organizaciones Internacionales". Un contrato que se extenderá por una duración de cuatro años, con posibilidad de prolongarse durante otros dos años.
En los datos facilitados por el Gobierno no se menciona el número de visores nocturnos que se van a adquirir. Serán ahora las Fuerzas Armadas las encargadas de organizar un concurso público para que las empresas que fabrican o comercializan este tipo de material puedan ofrecer sus servicios a la administración. Será entonces cuando se conozca el número de unidades, los tipos de visores nocturnos y sus características técnicas.

