El Escuadrón de Zapadores Paracidistas (EZAPAC) es la unidad de élite por excelencia del Ejército del Aire y el Espacio. Certificada por la OTAN para realizar misiones de la máxima dificultad para la organización internacional, es el equivalente a lo que es el Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra o la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada. Pese a su alto nivel de especialización, es poco conocida para el ciudadano medio.
El curso de ingreso es uno de los más exigentes de las Fuerzas Armadas. Los candidatos, que se presentan desde diferentes especialidad del Ejército del Aire, se someten a un entrenamiento extremo diseñado para evaluar su resistencia, su capacidad de trabajo en equipo y su adaptabilidad en situaciones extremas. Desde marchas forzadas con cargas pesadas, fase de adaptación al medio acuático, saltos en paracaídas o prácticas de desarrollo del combatiente, hasta exigentes ejercicios de tiro.
Cada fase del plan de instrucción está pensada para forjar no solo soldados, sino también líderes capaces de tomar decisiones bajo presión, según explican desde el Ejército del Aire. Un enfoque integral con el que se intentan asegurar de que sólo aquellos que combinan fortaleza física, mental y técnica logran superar el filtro de acceso. El primero de esos filtros es el denominado plan de instrucción 01 ó PI-01, que se desarrolla entre septiembre y febrero.
Los datos de este año, sin ser algo excepcional, hablan por sí sólo sobre la dificultad de estas pruebas. De los 64 candidatos que comenzaron el curso el pasado mes de septiembre, tan sólo 15 han conseguido superar el PI-01. De ellos, 3 son sargentos y 12 son soldados. Otros nueves candidatos cayeron los últimos días en el ITC (Instrucción Táctica de Combate), el exigente ejercicio con el que se da por finalizada la PI-01 y en el que se lleva a los candidatos al límite tanto física como psicológicamente.
Estos 15 supervivientes tendrán que afrontar ahora el PI-02, que es la fase avanzada y de aplicación de la formación. Este segundo proceso terminará el próximo mes de junio. Los aspirantes que recibirán su boina verde al final del curso todavía son un misterio y cada año suele variar. Y es que se podría dar la circunstancia de que ninguno de los candidatos consiga aprobar el curso completo y ninguno de ellos se incorpore al EZAPAC.