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El gigante armamentístico alemán Rheinmetall quiere fabricar armas en dos plantas de piezas de coches

El sector defensa crece y el automovilístico sufre. Rheinmetall remodelará dos fábricas para producir más armas y menos componentes de coches.

El sector defensa crece y el automovilístico sufre. Rheinmetall remodelará dos fábricas para producir más armas y menos componentes de coches.
Trabajadores alemanes en la planta de Rheinmetall en Unterlüß, (Alemania). | Cordon Press

La multinacional alemana de armamento Rheinmetall está replanificando su estrategia en un contexto marcado por la necesidad europea de aumentar su inversión en defensa y la crisis que atenaza al mercado del automóvil en toda Europa y particularmente en Alemania. El consorcio cuenta con una división de automoción y según cuentan varios medios, citando fuentes de la empresa, se está planteando reestructurar dos fábricas dedicadas a la fabricación de componentes de vehículos, en Berlín y Neuss, para que pasen a formar parte de las divisiones de armas y munición.

Fuentes de la compañía confirmaron a la ARD que Rheinmetall quiere "aprovechar todas las oportunidades del negocio en torno a la defensa para aumentar el volumen de ventas, especialmente en el área de munición".

Las dos plantas dedicadas hasta ahora al ámbito civil pasarían a la producción militar, aunque las mismas fuentes apuntan que los detalles sobre la futura organización de las fábricas aún no están cerrados y se especula con la posibilidad de que sean plantas "híbridas", que conserven una parte de producción civil.

La noticia entronca con unos meses en que los vínculos entre la industria de los componentes de automóviles y la de defensa están aumentando: hace sólo unos meses, en junio de 2024, Rheinmetall y Continental anunciaron un acuerdo sobre personal para facilitar que empleados de la empresa de neumáticos y componentes para la industria del automóvil pudieran integrarse en la principal industria de defensa alemana, que está experimentando un fuerte crecimiento ante la creciente demanda europea por la guerra de Ucrania y la amenaza rusa.

En el acuerdo, Continental señalaba que empleados afectados por la "transformación" del sector podrían reubicarse en "una de las empresa que más están creciendo de Alemania". En el pacto se hablaba de un primer traspaso de un centenar de trabajadores de la fábrica de Continental en Gifhorn a la fábrica de Rheinmetall en Unterlüss, a 55 kilómetros. Y se planteaba más colaboraciones similares en el futuro para ofrecer a trabajadores opciones en plantas próximas necesitadas de estos perfiles.

En unas recientes declaraciones, el CEO de Rheinmetall, Armin Papperger, se refirió al excepcional momento por el que pasa su empresa, que se ha disparado en bolsa tras el giro de la administración estadounidense en torno a la guerra de Ucrania. Pero mientras las ventas en la sección de armas y municiones se dispararon un 64 por ciento, la sección civil, dedicada al sector energético y automovilístico experimentó un leve descenso el año pasado.

No es la primera vez que se produce una sinergia similar en la industria alemana: a principios de febrero, el grupo armamentístico franco alemán KNDS adquirió una fábrica de vagones de Alstom en Görlitz para construir allí vehículos blindados y carros de combate, entre ellos Leopard 1, el Puma y el Boxer.

En Defensa

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