
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha dinamitado la festividad del Dos de Mayo. El día grande de la Comunidad de Madrid se tendrá que celebrar este año sin la tradicional parada militar que se venía desarrollando casi sin interrupción desde que esta conmemoración del levantamiento contra la ocupación militar francesa en 1808 fuera instaurada por el expresidente regional del PSOE Joaquín Leguina.
La explicación gubernamental se centra en que el acto "no es estrictamente militar". "Los actos que son más civiles consideramos que no son el lugar del Ejército", dijo ayer miércoles la ministra de Defensa para justificar su decisión, que ya había sido adelantada unos días antes por su jefe de Gabinete al Gobierno madrileño. Ayuso le remitió ayer una carta para tratar de que lo reconsiderase y diese luz verde a la participación militar en el acto festivo.
Sin embargo, tanto los argumentos dados ayer en público por la ministra Robles como los que trasladó la pasada semana a la Comunidad de Madrid no terminan de ser coherentes. Muestran importantes contradicciones tanto con la realidad como con la forma de actuar hasta la fecha de Margarita Robles al frente de Defensa.
Si bien es cierto que el acto central del Dos de Mayo incluye una parada cívico-militar que no es estrictamente militar, ¿por qué el problema con esta situación se produce en 2025? ¿Por qué ningún otro responsable del Ministerio de Defensa –incluyendo la misma Robles hasta este año– había puesto objeciones a la participación de militares en este acto que se ha celebrado desde hace décadas?
En 2024 no sólo participaron unidades del Ejército de Tierra, Armada y Ejército del Aire en el desfile terrestre, o se permitió que la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (PAPEA) bajara la bandera de España desde el cielo, sino que Robles permitió que por primera vez participara la Patrulla Águila en el Dos de Mayo. Si Defensa considera que los actos civiles no son lugar para las Fuerzas Armadas, ¿por qué aprobó ese despliegue de medios?
La ministra criticó también que en 2024 Ayuso pasase revista a la fuerza usando como música de fondo un pasodoble. Exactamente, una versión del chotis "Madrid", que fue compuesto por el mexicano Agustín Lara. Un hecho que no fue novedoso, pues también se hizo un año antes, en 2023, cuando la propia ministra de Defensa asistió al acto y entonces no alzó la voz para criticar el uso de esa pieza musical en esa parte de la parada militar.
El portavoz de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel García, dijo ayer que la elección de las piezas musicales del acto dependió de responsables militares seleccionados por Defensa. Es más, fuentes del Gobierno autonómico explicaron a Libertad Digital que hubo un encuentro para organizar el evento entre ambas administraciones y "todo lo referente al desfile militar es propuesto y aprobado por ellos", "no hemos pedido nunca nada relativo a canciones o música".
Un ex alto cargo de Defensa que abandonó el ministerio tras el último cambio de Gobierno ha explicado a este periódico que una vez se aprobaba la petición de la Comunidad de Madrid eran los equipos técnicos los que se encargaban de poner a punto todo lo relativo a la parada militar, para lo que siempre se seguía al pie de la letra la Guía de Protocolo y Ceremonial Militar, es decir, que todos los detalles de la ceremonia eran aprobados por Defensa.
Antes de que Robles rompiera ayer miércoles el silencio de su departamento respecto al veto a la fiesta del Dos de Mayo, la presidenta Ayuso ya había adelantado que el boicot al acto estaba en marcha. El jefe de gabinete de la ministra había llamado la pasada semana por teléfono al jefe de su gabinete para decirle que este año no se iba a autorizar la presencia de efectivos militares porque la ministra no podía estar en el acto, al tener programado un viaje a Letonia.
La presencia del titular de Defensa no es obligatoria para que se pueda celebrar una parada militar. Decenas de unidades celebran cada año sus propios desfiles militares sin la presencia de la ministra. El mismo es presidido por la máxima autoridad política o militar. Algunas veces, presidentes autonómicos, otras veces, delegados del Gobierno y, en otras ocasiones, el mando al frente de la unidad militar u otro de mayor empleo llegado para asistir al acto.
La propia celebración del Dos de Mayo tiene ejemplos cercanos de ello. En 2024, la ministra de Defensa no acudió al acto porque se encontraba de viaje visitando al contingente desplegado en Eslovaquia en el muro anti-Rusia de la OTAN y el acto se celebró con normalidad.
Incluso se ha llegado a plantear en varios medios de comunicación que no era la ministra la que iba a estar en Letonia, sino la unidad del Ejército de Tierra que participó el año pasado, el Regimiento de Artillería Antiaérea número 74 (RAA74), por lo que no podría acudir. Otra argumentación sin relevancia, pues al Dos de Mayo siempre han asistido unidades desplegadas en Madrid y puede ser sustituida por otra. Por ejemplo, en 2023 no participó el RAA74, sino la Brigada Paracaidista.
Un elemento relevante para comprender lo que podría estar sucediendo, lo que podría haber motivado el veto de Defensa a la fiesta principal de la Comunidad de Madrid, sería una noticia que publicó el año pasado un medio de comunicación muy próximo al Gobierno, el día después del Dos de Mayo, y que titulaba con el malestar en gran parte del Ejecutivo con Defensa por haber cedido importantes medios militares al desfile de Ayuso.
La noticia planteaba que eran varios los ministros del Ejecutivo que estaban enfadados porque la parada militar, presidida por la presidenta de la Comunidad de Madrid, había servido para dar una imagen de líder fuerte a Ayuso en un momento en el que la dirigente madrileña se encuentra totalmente enfrentada al Gobierno central y es, incluso, una figura de oposición mayor que el propio líder del PP, Alberto Núñez Feijoo.
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