
La industria de defensa turca ha marcado un hito aeronáutico con el primer vuelo en formación cerrada completamente autónomo de drones de combate. Dos Bayraktar Kizilelma despegaron desde el centro de pruebas de Çorlu y volaron coordinados sin control humano directo, utilizando algoritmos avanzados de autonomía de flota. El ensayo demuestra una capacidad inédita hasta ahora incluso en programas occidentales de aviones no tripulados.
Durante la prueba, los Kizilelma mantuvieron posiciones relativas precisas y ejecutaron maniobras propias de una patrulla aérea de combate, todo de forma autónoma. Según Baykar, el sistema permite a los drones actuar como "wingman" inteligentes, compartiendo datos y tomando decisiones coordinadas en tiempo real. Esta tecnología refuerza el papel del Kizilelma como plataforma clave en la futura guerra aérea.
El programa Kizilelma ya había destacado por integrar radar AESA y capacidad para emplear misiles aire-aire, incluso más allá del alcance visual. El vuelo en formación autónoma confirma que Turquía avanza hacia cazas no tripulados capaces de operar en enjambre o junto a aviones tripulados, reduciendo riesgos humanos y alterando el equilibrio tecnológico en el combate aéreo moderno.
