L. D. / Agencias.-
Nunca en toda la historia, Honduras había sido capaz de vencer a un campeón del mundo, pero en apenas cuatro días ha doblegado en la Copa América a Uruguay (1-0) y Brasil (2-0), una gesta que catapulta a los catrachos a las semifinales del torneo, donde tendrán otro duro escollo ante la anfitriona del torneo, Colombia, que aplastó a Perú por 3-0. México y Uruguay, clasificados el lunes, dirimirán el otro cupo para la final del domingo en Bogotá.
Después del pequeño espejismo que supusieron los triunfos en la primera fase del torneo sobre Perú (2-0) y Paraguay (3-1), la selección brasileña volvió a ser ese equipo deslabazado, carente de conjunción y sin la fantasía y magia que se suponen son su patente de corso.
Denilson, la figura de los anteriores partidos, anduvo perdido todo el tiempo por la banda izquierda, mientras que el ariete Guilherme fue un fantasma ante la meta de Noel Valladares.
Los hombres de Ramón Maradiaga sólo han claudicado en su estreno ante la otra más que digna representante centroamericana, Costa Rica (1-0). A partir de ahí, superaron con buen juego y una entrega total a Bolivia (2-0) y han alcanzado su cima pasando por encima de los mencionados campeones del mundo, Uruguay y Brasil.
Por su parte, Perú montó un cerrojo en torno a su área desde el primer minuto y aguantó el empate sin goles en el primer tiempo gracias a la falta de entendimiento entre el "cerebro" Giovanni Hernández y Freddy Grisales y Víctor Aristizábal.
Al poco de reanudarse la contienda, el fortín peruano quedó echo añicos cuando Hernández, el ansiado sustituto del "Pibe" Valderrama, sirvió un balón milimétrico a los pies de Aristizábal, que no perdonó ante la salida de Oscar Ibáñez.
Perú no tuvo otro remedio que buscar el empate y eso ahondó más su herida, ya que los contragolpes colombianos fueron letales. Grisales colgó un balón al área y Hernández, atento al rechace, anotó el segundo en el minuto 66.
La fiesta colombiana, con el presidente Andrés Pastrana en la grada, llegó al máximo tres minutos después, en una nueva cesión de Grisales desde la derecha que incrustó de cabeza en la red Aristizábal, gran candidato para proclamarse máximo goleador al haber igualado a cinco tantos con el costarricense Paulo Wanchope, ya fuera de la competición.
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Después del pequeño espejismo que supusieron los triunfos en la primera fase del torneo sobre Perú (2-0) y Paraguay (3-1), la selección brasileña volvió a ser ese equipo deslabazado, carente de conjunción y sin la fantasía y magia que se suponen son su patente de corso.
Denilson, la figura de los anteriores partidos, anduvo perdido todo el tiempo por la banda izquierda, mientras que el ariete Guilherme fue un fantasma ante la meta de Noel Valladares.
Los hombres de Ramón Maradiaga sólo han claudicado en su estreno ante la otra más que digna representante centroamericana, Costa Rica (1-0). A partir de ahí, superaron con buen juego y una entrega total a Bolivia (2-0) y han alcanzado su cima pasando por encima de los mencionados campeones del mundo, Uruguay y Brasil.
Por su parte, Perú montó un cerrojo en torno a su área desde el primer minuto y aguantó el empate sin goles en el primer tiempo gracias a la falta de entendimiento entre el "cerebro" Giovanni Hernández y Freddy Grisales y Víctor Aristizábal.
Al poco de reanudarse la contienda, el fortín peruano quedó echo añicos cuando Hernández, el ansiado sustituto del "Pibe" Valderrama, sirvió un balón milimétrico a los pies de Aristizábal, que no perdonó ante la salida de Oscar Ibáñez.
Perú no tuvo otro remedio que buscar el empate y eso ahondó más su herida, ya que los contragolpes colombianos fueron letales. Grisales colgó un balón al área y Hernández, atento al rechace, anotó el segundo en el minuto 66.
La fiesta colombiana, con el presidente Andrés Pastrana en la grada, llegó al máximo tres minutos después, en una nueva cesión de Grisales desde la derecha que incrustó de cabeza en la red Aristizábal, gran candidato para proclamarse máximo goleador al haber igualado a cinco tantos con el costarricense Paulo Wanchope, ya fuera de la competición.
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