LD (EFE)
La ruta noroeste, la misma que condujo por vez primera hasta la cima a los chinos el 20 de mayo de 1964, es la que utilizará la cordada reusense en el Shisha, el último de los catorce ochomiles de la Tierra que pisó el hombre.
El objetivo de la expedición es dar a la ciudad de Reus su primera ascensión a una montaña de más de ocho mil metros, tras el fallido intento por alcanzar la cumbre del Cho Oyu (8.201 m.) en el año 2000 y el Gaserbrum II (8.068 metros), en 1992. Para ello, el grupo ha planificado la ascensión desde los 5.600 metros, donde instalará el campo base avanzado y desde donde los alpinistas iniciarán la aclimatación a los campamentos de altura. El I quedará situado a 6.500 metros; el II, a 7.000; y el III, desde el que intentarán la cima, a 7.400.
La expedición, que cuenta con un presupuesto de tan sólo 21.000 euros espera llegar a la cima, de 8.046 metros, aproximadamente a finales del próximo mes de septiembre. El jefe de la expedición, Emili Duran, explicó antes de la salida que los aludes que pueden encontrar en las laderas de la montaña en esta época postmonzónica y el complicado paso por la arista que conduce hasta la cima son los principales obstáculos a salvar, este hecho es el que propicia que la mayor parte de las ascensiones se dirijan a la denominada cima central de 8.008 metros.
El objetivo de la expedición es dar a la ciudad de Reus su primera ascensión a una montaña de más de ocho mil metros, tras el fallido intento por alcanzar la cumbre del Cho Oyu (8.201 m.) en el año 2000 y el Gaserbrum II (8.068 metros), en 1992. Para ello, el grupo ha planificado la ascensión desde los 5.600 metros, donde instalará el campo base avanzado y desde donde los alpinistas iniciarán la aclimatación a los campamentos de altura. El I quedará situado a 6.500 metros; el II, a 7.000; y el III, desde el que intentarán la cima, a 7.400.
La expedición, que cuenta con un presupuesto de tan sólo 21.000 euros espera llegar a la cima, de 8.046 metros, aproximadamente a finales del próximo mes de septiembre. El jefe de la expedición, Emili Duran, explicó antes de la salida que los aludes que pueden encontrar en las laderas de la montaña en esta época postmonzónica y el complicado paso por la arista que conduce hasta la cima son los principales obstáculos a salvar, este hecho es el que propicia que la mayor parte de las ascensiones se dirijan a la denominada cima central de 8.008 metros.
