
Veintitrés años después de su último enfrentamiento en los play-offs, los Dallas Mavericks han ganado a Los Angeles Lakers en el primer partido de la semifinal del Oeste, que ha visto un recital del alemán Dirk Nowitzki y un fallo en el último segundo de Kobe Bryant. Se trata de la primera victoria de la franquicia tejana en casa de los Lakers en la historia de las eliminatorias por el título.
Nowitzki ha firmado 28 puntos y 14 rebotes y ha contado con la ayuda de un magnífico Jason Terry, autor de 15 tantos. Por los Lakers ha destacado Kobe Bryant, con 36 puntos, aunque éste falló el triple de la victoria para su equipo. Pau Gasol ha aportado quince puntos, once rebotes y siete asistencias.
Bryant salió como un tiro. Anotó diez puntos en el primer cuarto, los siete primeros de su equipo, tal vez desatendiendo la gran ventaja interior de Gasol y Andrew Bynum en la zona, que en cambio eran incapaces de frenar el magnífico arranque de sus pares, unos inspirados Nowitzki y Tyson Chandler. Dallas rápidamente dio entrada desde el banquillo a efectivos como Peja Stojakovic y Jason Terry, que evidenciaron con sus triples los problemas de los angelinos en la defensa del perímetro –no cometieron una sola falta en el primer cuarto– y propiciaron la primera ventaja de los Mavericks (19-23), muy sólidos y sin perder el lugar en la cancha un solo momento.
Un triple del puertorriqueño José Juan Barea dio cinco puntos de ventaja a los de Rick Carlisle, pero unos enérgicos minutos de Shannon Brown y la determinación de jugar con sus pívots –con magníficas asistencias de Gasol a Bynum– acercaron a los Lakers en el marcador (37-38). Las suspensiones y los puntos en transición de Terry, un absoluto especialista, suponían el gran argumento de Dallas, hasta que los Lakers consiguieron un parcial de 14-2 en los últimos minutos, basado en el esfuerzo de Derek Fisher y los errores de bulto de los Mavericks –una falta de Terry sobre Lamar Odom en un tiro desde el centro del campo y una técnica a Nowitzki por dar un codazo a Ron Artest–, para irse al descanso con la máxima renta del partido (53-44).
Los Lakers dominaban la pintura –30-14 en puntos y 26-17 en rebotes– y no querían desviarse de ese camino en la segunda mitad, que comenzó de forma inmejorable para los intereses de los angelinos con un parcial de 7-0, incluido un triple de Bryant (60-44), después de tres pérdidas seguidas de Dallas. Pero los Mavericks reaccionaron. Frenaron el descosido con Jason Kidd templando la situación y Nowitzki asumiendo los galones en ataque, mientras reservas como Corey Brewer ponían la puntilla a un parcial de 2-12 que dejaban a los visitantes a sólo dos puntos (66-64).
Entonces surgió el mejor Bryant, capaz de anotar sendos triples y dedicar al público una sonrisa que dejaba entrever su estado de gracia. Con 78-71 se llegó al último cuarto. Dos triples seguidos, obra de Stojakovic y Nowitzki, pusieron el duelo al rojo vivo (80-79), y Bryant regresó a pista con 6:32 en el reloj. Su entrada revitalizó a los Lakers, que se beneficiaron de buenas decisiones en ataque y en defensa de Odom. Aunque el alemán de los Mavs siguió perforando el aro de los angelinos, enfrente la figura del 24 californiano crecía por momentos hasta colocar el 94-91 con una suspensión, perfectamente respondida por Nowitzki.
En los momentos cruciales, Bryant, perfectamente defendido por Kidd, perdió el balón al tratar de buscar a un compañero. Nowitzki no perdonó desde la personal tras una falta de Gasol (94-95) y los Lakers perdieron de nuevo la bola tras una imprecisión entre el español y Bryant. Kidd erró un tiro libre y con 94-96 y 3.1 segundos por jugar, la estrella californiana falló un triple sobre la bocina.
