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Darren Clarke conquista su primer 'grande' en el Abierto Británico

El golfista norirlandés, de 42 años, ha sabido aguantar el arreón final de Phil Mickelson para adjudicarse su primer grande.

El golfista norirlandés, de 42 años, ha sabido aguantar el arreón final de Phil Mickelson para adjudicarse su primer grande.

El norirlandés Darren Clarke, que el próximo 14 de agosto cumplirá 43 años, se ha alzado con su primer triunfo en un grande al proclamarse campeón del Abierto Británico, tercer major del año, con un acumulado de cinco bajo el par del campo de Royal St. George's, en Sandwich (Kent, Inglaterra), y con una diferencia de tres golpes sobre sus inmediatos perseguidores, los estadounidenses Phil Mickelson y Dustin Johnson.

Con un gran sufrimiento, pero demostrando su gran profesionalidad y que es uno de los golfistas más prestigiosos a nivel mundial –así le avalan las 14 victorias como profesional, entre ellas la conseguida este mismo año en el Iberdrola Open en Mallorca–, Clarke redondea una gran temporada, aunque teniendo en cuenta su estado de forma no es en absoluto descartable que pueda conseguir más éxitos en este 2011.

El norirlandés, que estuvo a punto de retirarse del golf hace cinco años tras el fallecimiento de su esposa Heather a causa de un cáncer, ha vuelto a la elite con más fuerza que nunca.

Ha sido éste un día muy duro, en el que Clarke ha sentido de cerca el aliento de Mickelson, eterno segundo de Tiger Woods en la década de los 90. Y es que el zurdo de San Diego comenzaba el día con muchísima fuerza y empuje, firmando una tarjeta en sus primeros nueve hoyos de 5 bajo par, igualando además al británico en la primera posición. Incluso por unos momentos el californiano se colocó líder tras firmar otro birdie en el hoyo 10.

Pero la garra y el empuje de Darren Clarke frenaron de raíz las aspiraciones de Mickelson: el norirlandés firmó un eagle en el hoyo 7 del recorrido para volver a ponerse con dos golpes de ventaja. El resto ha sido nadar y guardar la ropa, controlando en todo momento el juego de sus posibles rivales, bien en directo –compartió partido con el otro estadounidense que le acosaba, Dustin Johnson– o bien a través de los leaderboard establecidos por el recorrido. De hecho, los dos bogeys cometidos en los hoyos 17 y 18 han sido un mero accidente, sin repercusión alguna, fruto incluso de su propio relajamiento y de verse ya campeón de este Abierto Británico.

Sergio García, el mejor español

En cuanto a la participación española, Miguel Ángel Jiménez perdió todas sus opciones al inicio. Después de un comienzo nefasto en los tres primeros hoyos, cometía un triple bogey en el hoyo 4, lo que le apartaba no sólo de la posibilidad de luchar por la Jarra de Clarete, sino que además le relegaba hasta la vigésimo quinta posición al acabar con un total de ocho sobre par cuando el sábado estaba muy metido en la pelea por el título.

Mención especial merece Pablo Larrazábal, pero por su nefasta actuación en los dos últimos días. El catalán no ha podido ni con la climatología ni con la presión de este grande, concluyendo su participación con un resultado que lo dice todo por sí mismo: +9.

Pero no todo son malas noticias para el golf español. Sergio García, que el sábado no pudo sobreponerse a la lluvia, el viento y el frío –acabó tiritando, deseando llegar a la casa club para darse un baño caliente–, ha dado muestra, esta vez sí, de que está recuperándose para el golf, si es que alguna vez estuvo perdido. A marchas forzadas ha firmado la mejor tarjeta del día junto a Mickelson con dos bajo par (68), lo que le ha llevado a ocupar un puesto en el top ten de la clasificación al acabar en la novena plaza.

Aí pues, habrá que esperar al menos hasta el próximo año para que un español pueda proclamarse campeón de este difícil torneo como es el Abierto Británico. El último que lo hizo fue Severiano Ballesteros en 1988.

Sólo cuatro jugadores –Clarke, Mickelson, Johnson y el danés Thomas Björn– han conseguido ganar al campo y bajar del par tras la disputa de la cuarta ronda, mientras que otros tres –los estadounidenses Chad Campbell, Anthony Kim y Rickie Fowler– lo han igualado, lo que demuestra de la dificultad de este Royal St. George's, caracterizado por sus calles onduladas y unos greens rapidísimos.

Clarke, que prolonga el idilio de los norirlandeses con los torneos grandes después de las victorias de Graeme McDowell y Rory McIlroy en el Abierto de Estados Unidos en 2010 y 2011, respectivamente, defenderá el próximo año el título en el Royal Lytham & St. Annes Golf Club en Lancashire (Inglaterra). Un campo de gratos recuerdos para Seve, pues allí ganó el Open en 1979 y 1988. Entre medias, en 1984, lo hizo en otro mítico link como es St. Andrews (Escocia), la cuna del golf.

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