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Wiggins sale reforzado de La Farrapona

El ciclista británico ha puesto tierra de por medio con Nibali y Purito, y sólo la etapa de este domingo puede quitarle un triunfo que ya acaricicia.

 

El estonio Rein Taaramae (Cofidis) ha estrenado en solitario la inédita cima asturiana de La Farrapona, llegada en alto donde el británico Bradley Wiggins (Sky) ha reforzado el jersey después de que se hundieran dos de los favoritos, el italiano Vincenzo Nibali y el español Purito Rodríguez.

El zorro Taaramae, de 24 años, rentabilizó la fuga que marcó la decimocuarta etapa disputada entre Astorga y el Alto de La Farrapona, de 175 kilómetros, e inauguró su cuenta en una de las pruebas grandes. Un triunfo que concretó tras dejar la compañía de David de la Fuente, quien recibió la orden de parar desde el coche del director para ayudar a su compañero y paisano del Geox Juanjo Cobo, segundo en meta a 25 segundos del ganador y cuarto en la general a 55 segundos del líder.

De la Fuente entró tercero, decepcionado porque se escapó el triunfo después de tanto sacrificio durante todo el día, pero anteponiendo los valores personales. "El compañerismo y la amistad valen más que una etapa", ha dicho el corredor cántabro.

Bradley Wiggins superó el primer asalto decisivo en el infierno del norte. Entró en meta a 45 segundos de Taaramae, al frente de un grupo que completaron su compañero y escudero de lujo Christopher Froome, el holandés Bauke Mollema y el ruso Denis Menchov.

Sin embargo, La Farrapona, un puerto de 16 kilómetros que no se come a nadie y que concentra su real dureza al final del ascenso, mermó seriamente las opciones del defensor del título, Vincenzo Nibali, quien cedió 1.21 a Wiggins, casi la misma distancia que le separa del británico en la general a falta del Angliru, último obstáculo de alta montaña. "Las piernas no iban", dijo. Sin más.

Purito Rodriguez tampoco aprovechó una de sus "finales". Atacó dos veces en el Alto de San Lorenzo, previo a la Farrapona, pero no remató la estrategia del Katusha en toda la jornada. A la hora de la verdad no pudo seguir la rueda del dúo Froome-Wiggins, una sociedad que aguanta de manera peligrosa para sus rivales.

El maillot rojo de Wiggins cada día es más intenso, pero la clasificación no habla de diferencias definitivas. Su renta es inferior al minuto respecto a Froome, Mollema, Cobo y Fuglsang. El Angliru será su prueba de fuego. Si la pasa, tendrá casi todo ganado.

Juanjo Cobo, El bisonte de la Pesa, se ha convertido en la baza española en la lucha por el podio. En mayo se le pasó por la cabeza dejar la bicicleta y ahora lucha por un resultado grande. Su jefe, Josean Fernández Matxín, sacrificó por él a su amigo De La Fuente, en una decisión "difícil como persona pero adecuada como director".

Esa decisión puso en bandeja el triunfo a Taaramae, un doble campeón de Estonia contrarreloj que sabe subir montañas. En la Vuelta 2009 le cazaron cerca de la meta de Xorret de Catí cuando marchaba escapado. Una frustración que tenía entre ceja y ceja y que algún día tenía que sacarse de la cabeza. En La Farrapona, por fin, le llegó la hora en una grande a este corredor que dejó todo por irse a Francia a formarse como profesional, siempre en las filas del Cofidis.

La etapa concentró los tres puertos de la jornada en los 75 kilómetros finales, pero antes, en el kilómetro 25 ya se había formado la escapada del día con 17 corredores. Ninguno peligroso, lo que permitió que los equipos que luchan por la general desplegasen sus estrategias. Éstas llegaron en el ascenso al Puerto de san Lorenzo (1a, 10 kms al 8,5 de pendiente media)

El Movistar mandó por delante a Intxausti y Bruseghin, su baza para el top ten, el Katusha desmarcó a Dani Moreno, y además, Purito probó en dos ocasiones; y el Geox contaba con las opciones de etapa de De la Fuente en espera de que Cobo pescara tiempo en La Farrapona. Y el Liquigas asomaba en cabeza, sin convicción. Nibali no iba sobrado y sus rivales se percataron de ello,según comentó Matxín en meta.

Pero el nuevo puerto de la comarca de Somiedo dibujó un nuevo escenario a 6 kilómetros de meta. El grupo de favoritos alcanzó al de Dani Moreno y Bruseghin y surgieron los saltos que delataron a los más débiles. Taaramae volaba directo hacia la gloria y Cobo soltaba el órdago por la etapa y los segundos de propina.

Nadie se pegó a la rueda del cántabro. Froome asumió el papel de La Covatilla y marcó el ritmo para subir a Wiggins. Cayeron de maduros Purito y Nibali, noqueados en la primera cumbre asturiana, aguantó Mollema, que sueña desde la tercera plaza con el jersey rojo. La prenda más preciada se seguirá discutiendo en el Angliru. Otra oportunidad. ¿La última? 

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