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El sorprendente UCAM Murcia, los 'Bad Boys' de la Liga Endesa

Merced a una intensidad que suele superar a sus rivales, el UCAM Murcia crece como uno de los equipos más incómodos de la Liga Endesa.

Los jugadores de UCAM Murcia se conjuran tras su última victoria | ACB Photo / Javier Bernal

En los albores de los años 80, tanto a uno como a otro lado del Atlántico, algunos visionarios de los banquillos empezaron a poner en práctica una ley no escrita que hoy día en el mundo del baloncesto es algo más que un dogma de fe. Aquello del "haz 20 faltas y te pitarán 20; haz 200 y también te pitarán 20", que históricamente se ha asociado a la figura de Aíto García Reneses en España, ha sido puesto en práctica por no pocos equipos desde entonces, siendo seguramente el ejemplo más recordado el de aquellos memorables Detroit Pistons de Chuck Daly, dos veces campeones de la NBA en 1989 y 1990, recordados desde entonces para siempre como los `Bad Boys´. Los de Michigan, pese a no estar en absoluto excentos de talento, entendieron que su camino para batir a los Celtics de Larry Bird, los Lakers de Magic Johnson, o los Bulls de un Michael Jordan que empezaba a eclosionar, pasaba por endurecer sus partidos hasta donde el reglamento se lo permitiera. Y crearon una escuela que hoy, salvando las distancias, trata de seguir uno de los equipos más en forma del momento en la Liga Endesa.

Cuando a primeros del mes de septiembre, durante un partido de pretemporada del Circuito Movistar Liga Endesa, el tendón de Aquiles de José Ángel Antelo se rompió, no pocos analistas empezaron a ver negros nubarrones sobre el futuro del Universidad Católica de Murcia. Pese a que su temporada pasada fue claramente inferior a la 2015/16, cuando el gallego se ganó por méritos propios entrar en las quinielas para formar parte de la selección española, la apuesta de la entidad murciana por su capitán como jugador referente había sido tan importante como para no renovar al pujante ala pívot montenegrino Nemanja Radovic, seguramente uno de sus valores más seguros en los últimos años, y que salió camino del Monbus Obradoiro en busca de un lugar donde poder desarrollarse más como jugador, precisamente dado el importante envite de su antiguo club por otro ala pívot como Antelo.

Clevin Hannah (11) se abraza a Ovie Soko ante, de izquierda a derecha, Benite, Delía y Urtasun.

Obviamente, cuando el tendón del pie derecho del pívot gallego hizo `crack´, el primer pensamiento de no pocos aficionados murcianos fue destinado a añorar a Radovic, temerosos de que su juego interior, ante la duda razonable del estado físico de Vitor Faverani, que de hecho casi 4 meses más tarde apenas ha podido disputar unos minutos en lo que va de temporada, fuera insuficiente para afrontar una temporada con dos competiciones. Básicamente, los argumentos sólidos en la zona del UCAM en ese momento eran Kevin Tumba, un pívot hercúleo y entregado como pocos, pero de enormes limitaciones ofensivas, y Marcos Delía, argentino con más recursos que el primero pero del que su dureza podía ponerse en entredicho. Como apuesta había llegado el serbio Marko Lukovic, uno de esos jóvenes balcánicos talentosos, con buena mano pero algo de alergia a la zona, y que además jugaba por primera vez fuera de la Liga Adriática, con lo que su peaje de adaptación a la ACB estaba más que garantizado.

Añadan además a un Ovie Soko sobre cuya renovación podrían recaer, en buena lógica, más dudas si cabe que sobre Faverani, toda vez que el británico, tras fichar en el verano desde 2016 por los murcianos como un alero con fama de anotador, apenas disputó 9 partidos en su primer curso con los universitarios, asediado por problemas físicos. Además, promedió unos escasos 6 puntos por juego y mostró evidentes carencias en el lanzamiento exterior que le hacían presa fácil para el scouting rival, toda vez que el londinense sólo anotó 6 de sus 17 lanzamientos triples. Tras ampliar su contrato, una vez lesionado Antelo y con Faverani en una lista de espera repleta de incertidumbre, Soko tendría que empezar a jugar muchos minutos como `4´ si las lesiones se lo permitían, algo que para nada era una certeza. Desde luego, el juego interior murciano pintaba como poco cuestionable, más aún cuando, tras caer su capitán, el UCAM oteó el mercado en busca de centímetros, y ante lo complejo de la situación, terminó fichando a uno de esos temporeros con galones de la ACB, el escolta navarro Álex Urtasun.

Ovie Soko postea en el último partido del UCAM, ante Iberostar Tenerife.

Sin embargo, a finales de enero nos encontramos con que el UCAM Murcia pasa por ser uno de los equipos más en forma de la Liga Endesa –ha ganado 5 de sus 6 últimos partidos- con un balance de 10 triunfos y 8 derrotas, habiéndose quedado fuera de la Copa del Rey sólo por la condición de anfitrión del Herbalife Gran Canaria, y peleando ahora mismo de pleno derecho por entrar en el playoff. Todo ello, tras haber cuajado una primera vuelta en la que ganó en el Palau Blaugrana (94-97), forzó al intratable líder Real Madrid a jugar una prórroga en el Wizink Center (87-85), o venció también al Baskonia en tierras murcianas (78-67), y en la que quizá sólo en dos partidos los de Ibon Navarro no dieron la talla: en el debut ante Unicaja (64-74), y en la segunda parte de una derrota difícil de digerir como local ante el colista Real Betis (63-70), que en buena medida les ha apartado del sueño copero. En el resto de partidos, ningún equipo ha podido decir que ganar a los murcianos haya resultado tarea sencilla, haciéndose evidente que el UCAM ha cuajado un grupo aguerrido como pocos en la competición, capaz de hacer olvidar algunas de sus carencias con un carácter competitivo envidiable.

Una capacidad a la que sin duda el equipo de Ibon Navarro ha llegado desde la pista trasera. Ya en pretemporada, cuando las dudas se cernían sobre el juego interior, se pudo vislumbrar que la línea exterior del UCAM iba a ser un permanente dolor de cabeza para los ataques rivales. Se incorporó como fichaje estrella Brad Oleson, curtido en mil batallas y sobradamente reconocido como uno de los mejores defensores de la liga, kryptonita durante años del anotador más compulsivo de la liga, Jaycee Carroll. Se unió a Sadiel Rojas, un tipo eternamente bajo sospecha pero que se dejaría hasta la última gota de sangre de su cuerpo si fuera necesario por un rebote, y durísimo en los contactos, para conformar una pareja defensiva de altísimos kilates. El dominicano, aunque de posición distinta, recuerda por su enorme actitud a aquel Ricky Mahorn del equipo de Chuck Daly. Al tiempo, aterrizó en Murcia el potente base de Surinam Charlon Kloof, seguramente poseedor de las mejores piernas de la Liga Endesa, maltratador habitual de los aros con sus espectaculares mates, y cuyo físico le otorga también una capacidad defensiva enorme para atosigar al rival, incluso mediante una intimidación a todas luces anormal para un base.

Sadiel Rojas, ídolo en Murcia por su entrega en la cancha.

Oleson, Rojas y Kloof, tres jugadores que bien podrían pasar por los malos de una película, abnegados en el esfuerzo y que forman seguramente el mejor perímetro defensivo de la competición, se rodean, además del citado Alex Urtasun, de dos virtuosos ofensivos no exentos de trabajo en la retaguardia. El escolta brasileño Vitor Benite es uno de los mayores microondas (¿Recuerdan a Vinnie Johnson en aquellos Pistons?) que hay actualmente en España. Cuando el de Sao Paulo entra en trance, es enormemente difícil de parar, aunque quizá le falte regularidad para ser más reconocido. Completa el juego exterior del UCAM un viejo conocido de la ACB, el base Clevin Hannah, que actualmente pasa seguramente por el mejor momento de forma de su carrera, anotando más de 17 puntos por partido en las nueve últimas jornadas, en las que su nivel de confianza hacia el aro contrario está siendo sencillamente colosal. El jugador, nacionalizado senegalés, está siendo el gran motor ofensivo de los de Ibon Navarro, determinante en la gran racha positiva que les ha lanzado en la clasificación. Efectivamente, Hannah sería el Isiah Thomas de estos `Bad Boys´ de la huerta del Segura.

Clevin Hannah, con el balón, recibe un bloqueo de Kevin Tumba.

Y claro, a lomos de esa línea exterior de primer nivel, el juego interior no ha hecho sino crecer. Tumba se ha erigido en uno de los mejores pívots defensivos de la ACB, Delía muestra importantes avances en el endurecimiento sobre el que dejó no pocas dudas el curso pasado, y Ovie Soko ha encontrado su sitio como `4´, por más que su tiro exterior siga siendo pobre (6/34 en tiros de 3, apenas un 18%). Su explosión coincide casi en el tiempo con la de Hannah, toda vez que el británico está aportando más de 14 puntos por partido en los últimos once juegos. Más allá de los números, su voracidad hacia el aro rival ha hecho olvidar todas aquellas dudas pretéritas que amenazaron con repetirse en las siete primeras fechas de este curso. Obviamente, en ese estado de confianza, su aportación al ejército defensivo murciano también ha crecido considerablemente. Y ahora, paradojas de la vida, en un caso similar al del Real Madrid, la recuperación de sus lesionados no será sencilla. No sólo es sumar piezas como si de un videojuego se tratara, sino que la gestión de la plantilla cuando Antelo y Faverani estén operativos será necesariamente distinta, y nadie asegura que mejor. Se hace difícil pensar que el gallego y el brasileño puedan mantener el nivel de intensidad física que ha sido el secreto del éxito para los murcianos, elevándoles muy probablemente por encima del nivel real de su plantilla con dos bajas tan relevantes.

Y es que el UCAM Murcia es, actualmente, un dolor de muelas para cualquiera que sea su rival. Uno de esos equipos que, por su nivel de actividad sobre la cancha, desesperan a los rivales, que los miran con recelo, pero consiguen enganchar con su entrega a los aficionados. El espíritu de los Pistons de finales de los 80 se ha instalado en el Palacio de los Deportes de Murcia. Un rol en el que, como aquel equipo de Daly, los `Bad Boys´ de la huerta se encuentran como pez en el agua.

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