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Óscar Bonifacino: boxeador, gay y superviviente de una infancia marcada por el rechazo familiar

El uruguayo debutó hace cinco meses y se convirtió en una voz singular en el boxeo profesional.

El uruguayo debutó hace cinco meses y se convirtió en una voz singular en el boxeo profesional.
Imagen de Óscar Bonifacino sobre el ring luciendo la bandera del arcoíris. | Boxeo de primera

Óscar Bonifacino es un ejemplo en el mundo del boxeo actual. El motivo es que este joven uruguayo decidió empezar a vivir libremente tras su primera victoria como boxeador profesional. Bonifacino es el primer boxeador sudamericano abiertamente gay. Atrás habían quedado los maltratos, el bullying, el contacto con las drogas y los pensamientos oscuros, desde ese instante se presentaría ante el mundo de acuerdo a su verdadera identidad.

Además, el peleador de 21 años suele vestir con los colores de la bandera LGTB y, habiendo debutado en el boxeo profesional hace tan solo 5 meses, este pasado mes de junio ha sido uno de los protagonistas del festival KO a las Drogas, que organiza la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y que se llevó a cabo en Buenos Aires. En esa pelea, Bonifacino venció a Matías Yanguas. Pero no fue un simple triunfo en los papeles, sino que esta victoria junto con los colores de su calzón se convirtieron en un potente mensaje y dejaron en claro su intención de ser un espejo en el que otros puedan reflejarse.

En pleno siglo XXI, Bonifacino es una figura que puede inspirar a otros deportistas a declararse gays, especialmente en el deporte masculino que es un ámbito tradicionalmente marcado por el machismo y la homofobia. Aún quedan muchos pasos que dar contra la homofobia en el deporte pero el púgil uruguayo está dispuesto a darlos todos.

Hace poco, en una entrevista con TN, Bonifacino hablaba de su situación dentro del boxeo profesional: "El boxeo se presenta como un deporte muy masculino, en el que uno no se puede mostrar frágil, por así decirlo. Yo quiero enseñarles que están equivocados. Yo soy un deportista con otra orientación sexual, pero arriba del ring soy un hombre más y quiero darlo todo", recalcó Oscar.

Dificultades y malos tratos como rutina en la infancia

Óscar Bonifacino fue criado en Maldonado y atravesó una infancia en la que la violencia física y verbal en la familia era algo más que habitual. "Nunca tuve el cariño de mi familia", confiesa. Además, el joven uruguayo no fue un adolescente fácil sino que en esa época empezó a coquetear con ciertas sustancias y a tener problemas escolares, hasta que a los 18 años encontró en el boxeo una vía de escape. Fue su cuñada quien lo incentivó a apuntarse al gimnasio para canalizar su energía.

"Yo llegué a recibir un tiro en el pie por meterme en lugares donde no debía", cuenta Oscar, que en su Maldonado natal conoció las terribles consecuencias que pueden tener el maltrato y también el abandono. Además, a la hora de relatar su infancia, Bonifacino revela que "desde pequeño sufrí violencia física de parte de mi papá, la gente alrededor mío me discriminaba y yo absorbía mucho las cosas malas".

El primer contacto de Óscar con el deporte fue a través del fútbol. Sin embargo, lejos de ser un lugar de diversión y de disfrute, la cancha se convertía en un campo de batalla en el que descargaba toda la ira contenida. "Siempre fui muy agresivo por todo lo que vivía en mi casa. Para mí, eso estaba bien, era normal, entonces me agarraba a palos con los chicos, insultaba a los jueces y a todas las personas", reconoció.

La vida de Bonifacino no ha sido fácil nunca, de hecho, en sus redes sociales queda escrito un duro momento que vivió hace poco… "Hace cinco años pensé en quitarme la vida". Pero no todo ha sido malo para él, de hecho, apenas un mes después de calzarse los guantes debutó como amateur y rápidamente se destacó en el circuito local. Su vínculo con la entrenadora Elizabeth Cabrera fue clave en su desarrollo: "Más que mi entrenadora, es como una madre. Me ayudó con comida, ropa y me abrió las puertas de su casa", relata.

"Mi padre me pegaba para enderezarme"

Su entrenadora era, como él mismo relata, mucho más que eso, pero también fue la primera persona con quien Bonifacino pudo sincerarse sobre su orientación sexual. "Cuando vivía con mi padre, él me pegaba para ‘enderezarme’. Yo bloqueé esa parte de mí", recuerda. Tras una pelea en la que el desgaste emocional lo afectó, decidió contarle a su entrenadora que era gay. Desde entonces, afirma haber encontrado una nueva libertad: "Me sentí feliz, completo. Siempre fui alegre, pero esto me ayudó a completarme".

A nivel boxeo, a Bonifacino no le ha ido nada mal, de hecho, cerró su etapa amateur con solo dos derrotas en sus últimos 14 combates y obtuvo el segundo puesto en el Campeonato Latinoamericano Amateur del Consejo Mundial de Boxeo en 2024. En febrero de 2025 debutó como profesional con una victoria por nocaut técnico, y en junio volvió a ganar por puntos en el festival KO a las Drogas en Buenos Aires.

Como hemos comentado, en esta última aparición pública, Bonifacino subió al ring con un calzón con los colores de la bandera LGTB, su decisión de visibilizar su identidad en un deporte altamente masculinizado lo posiciona como un referente de autenticidad. "No solo busco la victoria en el ring, sino abrir caminos para que nadie tenga que esconderse. Mi lucha es por la libertad de ser auténticos, por romper prejuicios y demostrar que la fuerza nace del corazón. Que mi historia inspire a quien sueña con vivir sin miedo y a quienes aún buscan su voz", afirma.

El primer boxeador profesional gay de Sudamérica

Óscar no ha tenido una vida fácil, de hecho, estuvo años reprimiéndose por miedo a las reacciones… "Yo sabía lo que era, pero por miedo a la sociedad, por miedo a mi familia y por miedo a lo que iban a decir, no lo aceptaba. Cargaba con una mochila bastante grande, bastante dolorosa".

Como hemos dicho, este mismo año ha tenido su primera pelea como boxeador profesional. Además, subió al ring con la bandera del arcoíris en su calzón como forma de lanzar un mensaje al mundo. Se convirtió así en el primer boxeador sudamericano de la historia en contar que es gay y en el segundo a nivel mundial, después de que el puertorriqueño Orlando Cruz lo hiciera en 2012.

A pesar de que en general el deporte masculino es un mundo hetero y machista, ese espacio que parece construir una única manera de "ser hombre", se convirtió en un lugar seguro y de contención: "Nadie me juzgó, nadie me señaló. Al contrario, sentí que me apoyaron mucho más mis amigos del boxeo, mis entrenadores y personas que no pensé que me fueran a decir que le dé para adelante".

Por otra parte, según comenta el joven uruguayo, el único hate que le ha llegado tras anunciar su condición sexual ha sido desde las redes sociales"Hoy en día son lo que más mueve y tuve muchos comentarios negativos. Pero lo tomo como de quien viene: son opinólogos que están ahí, del otro lado, que no me suman ni en mi vida ni en mi carrera".

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