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Champions League

Las claves de una remontada histórica

El Barcelona hizo posible lo imposible y ganó 6-1 al PSG. 

Luis Enrique, coronel azulgrana, puso la primera piedra de la remontada. Anunciar su adiós al final de temporada –eligió el momento perfecto tras ganar 6-1 al Sporting–, liberó a los jugadores. Su cambio de sistema (del 4-3-3 al 3-4-3) es un golpe de pizarra brillante. Recuperó anímicamente al grupo y dio más control al juego reforzando la sala de máquinas.

El 5-0 al Celta, con un Barcelona que transmite las mejores sensaciones de la temporada, hace que la afición culé se lo empiece a creer y, según se acerca el día de la gran final, en el ambiente se palpa la posibilidad de conseguir la insólita hazaña.

Con su gol Sergi Roberto entra en la historia de la Liga de Campeones. Por primera vez, un equipo consigue remontar un4-0. El tanto del reconvertido lateral en el 94 suponía el 6-1. El Barça lograba el milagro y se clasificaba para los cuartos de final. Ver para creer.

Sin hacer un partido brillante, con Messi ausente, Unai Emery dio vida a los azulgranas metiendo a su equipo muy atrás. Un repliegue extremo digno de un técnico acomplejado. Los dos primeros goles son regalos de un equipo que se contagia del miedo de su técnico. Al descanso, 2-0 a favor del Barcelona con los goles de Luis Suárez y Kurzawa en propia puerta.

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A Emery le espera la guillotina es París

Pudo redimirse en el intermedio el técnico de Hondarribia, pero su equipo volvió a salir con un repliegue extremo en la segunda mitad. El ex del Sevilla empezó a cavar su tumba en la semana previa. ¡Ensayó la tanda de penaltis en los entrenamientos! Con un 4-0 a favor. El mensaje que transmitió a sus jugadores fue de cautela en vez de ganador. Así salió al campo el PSG, un equipo lleno de estrellas, con mentalidad de equipo pequeño.

Con Neymar, dos goles y asistencia, echándose a su equipo a la espalda –exhibición del brasileño que este miércoles empezó a opositar al balón de oro–, ayudas arbitrales capitales –Deniz Aytekin favoreció a los culés en varias acciones polémicas: posible penalti por mano de Mascherano, otro penalti que el argentino comete sobre Di María con 3-1 en el marcador y que él mismo reconoce, pena máxima sobre Luis Suárez que se inventa el colegiado y cinco minutos de añadido–, fe –nunca dejaron de creer–, corazón –a pesar del mazazo del gol de Cavani el Barça no arrojó la toalla– y suerte -tres goles en los últimos 7 minutos–, el Barcelona hace historia.

La remontada más increíble en el contexto más inverosímil: todos daban a Messi como clave para la remontada y el argentino estuvo desaparecido y fue intrascendente; sin un juego brillante y con el tesón y la fe como señas de identidad, el ADN de la remontada pinta más a merengue que a azulgrana. Así es el fútbol.

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