La bendita locura de Rüdiger que pone picante al éxtasis del madridismo tras la épica remontada

El Real Madrid firmó un nuevo ejercicio de esoterismo en el Santiago Bernabéu en una eliminatoria de la Copa de Europa. El partido de vuelta de las semifinales frente al Bayern Múnich será siempre recordado.

Los jugadores celebraron como se merece el pase a la final de la Champions tras conseguir levantar la eliminatoria en tres minutos. Todos gozaron en el césped junto a la afición en el césped del Santiago Bernabéu, pero si hay que otorgar un MVP ese es sin duda Antonio Rüdiger. El teutón desplegó todo su talento fuera del terreno de juego.

La cuenta de X @MadridSports_ recogió en un hilo todas las andanzas del bueno de Antonio:

Su show comenzó con su célebre carrera levantando las rodillas, no podía faltar. Lo hizo cuando el equipo corrió hacia la grada a festejar con la afición

Es habitual verle coger a algún jugador por el pecho y zarandearlo para celebrar. Pero mirad a quién se lo hizo anoche... ¡a Ancelotti!

Aunque creíamos haberle visto ya hacer de todo en el campo, ayer descubrimos otro rol: miembro de seguridad. Eso sí, el más cariñoso del mundo, porque al aficionado que invadió el campo lo frenó con un abrazo como si fuera Arda Güler o Bellingham

Y pese a tener fama de loco, siempre vive pendiente de sus compañeros. Ayer tuvo el detalle de acordarse del único lesionado de la plantilla, David Alaba, y le llevó la silla para que hiciera su ya icónico festejo

En plenos festejos, llamó a Militao para que saludaran a alguien... y le dedicaran este bailecito loco

Al retirarse para vestuarios, le dio un beso al monitor del VAR y los mismos golpecitos que da a sus compañeros cuando les felicita por un gol

Cuando abandonaba el estadio, los aficionados le rodearon en su coche, y él se puso a celebrar así de feliz con ellos

Un poco después, ya en plena carretera, un aficionado lo quiso celebrar con él en plena conducción y el alemán reaccionó con esta emoción e intensidad

Rüdiger, genio y figura, se ha ganado a pulso con su carácter el corazón de la afición merengue. Es el alma del vestuario y con sus excentricidades siempre saca una sonrisa al que tiene al lado. Don Antonio, usted, siempre en mi equipo.