
La primera jornada de la liguilla de la Champions ha dejado dos partidos con mal sabor para el fútbol español. El Villarreal ha caído en su visita a Londres frente al Tottenham (1-0), mientras que el Athletic Club se ha visto superado por el Arsenal en San Mamés (0-2), en un encuentro donde los de Ernesto Valverde compitieron con intensidad pero acabaron siendo castigados por la calidad diferencial del conjunto gunner.
En el Tottenham Hotspur Stadium, el único gol de la noche, de Luiz Júnior en propia meta, llegó muy pronto. Un flagrante error del guardameta brasileño, al que se le escapó de las manos un balón tras centro de Lucas Bergvall, permitió a los ingleses adelantarse solo cuatro minutos después de pitido inicial. A pesar de que los londinenses pudieron incrementar la renta, el conjunto groguet supo mantenerse en la lucha, aunque sin pólvora.
Con Marcelino desplegando todo su armamento, con Pape Gueye, Santi Comesaña y Ayoze Pérez regresando al once, la ocasión más clara de los visitantes fue un disparo cruzado de Buchanan que se marchó fuera. Luiz Júnior pudo resarcirse de la acción del gol con una mano providencial ante un latigazo de Pape Sarr a la media hora, mientras el partido se calentaba con recados por ambos bandos que se tradujeron en amarillas.
El Tottenham, con Xavi Simons liderando, no renunciaba a atacar y siguió asediando el área visitante. Fue tras el paso por vestuarios cuando el Villarreal consiguió quitarse los nervios y comenzar a acercarse al área de Vicario. Nicolas Pépé buscó el empate a los 55 minutos, pero el balón se perdió cerca del palo largo, y Kudus respondió con un intento de gol olímpico que obligó al portero groguet a salir de puños. La mejor ocasión llegó en el 85’, después de que Mikautadze fuese derribado en la frontal cuando se quedaba solo; su control hacia fuera hizo que Micky van de Ven viese la amarilla y no fuese expulsado. Pépé se encargó de sacar la falta y buscó la escuadra, pero el esférico se marchó rozando el palo.
San Mamés se rinde al Arsenal
Horas antes, el Athletic Club se marchó de San Mamés con la sensación de haber chocado contra un muro demasiado alto como el del Arsenal. El vigente subcampeón de la Premier League impuso su ley con un fútbol pragmático y efectivo, dejando en Bilbao una exhibición de solidez.
La Champions no estaba acomplejando a los de Valverde, y su dominio era cada vez mayor. Con un Jauregizar enorme, que estaba imponiéndose a Zubimendi y Rice en el centro del campo, el Athletic estaba llegando a la portería defendida por Raya, pero sin hacerlo intervenir. Y cuando mejor estaban lo locales llegaría la más clara del Arsenal a la contra. Un gran centro desde la derecha de Madueke lo cabeceó en el segundo palo Gyokeres, ligeramente desviado para alegría del Athletic.
Los locales se volcaron en el área de Raya antes del descanso. Primero Berenguer, en el minuto 42, cruzó demasiado un remate de zurda desde el costado izquierdo del área; después, Oihan Sancet remataría alto con la testa un envío desde la esquina.
El paso por vestuarios sentó bien a los ingleses, que igual que al inicio del partido, se hicieron con el balón. Cerca estarían de abrir el marcador en el 50', cuando una internada por banda derecha de Madueke, el más activo del Arsenal en ataque, obligaría a intervenir a Unai Simón. Los de Arteta estaban ahogando al Athletic en la salida, y por primera vez en el partido, los leones sufrían. El primer gol llegó en el 72’, cuando Martinelli aprovechó su primera acción en el partido para adelantar al Arsenal. Un fallo en la presión de Vivian y Paredes permitieron el balón largo de Trossard para el 11 gunner que, tras imponerse en el cuerpo a cuerpo a Gorosabel, batió a Unai Simón en el uno contra uno.
Quedaban poco menos de 20 minutos y San Mamés intentaba levantar a sus jugadores, tocados anímicamente. Y pese al empuje del público y del equipo sobre el césped, con más corazón que fútbol, los pupilos de Valverde no lograrían inquietar la portería de David Raya. De hecho, lo que acabaría llegando sería el segundo gol del Arsenal, de nuevo con los mismos protagonistas. Esta vez, Martinelli, tras una gran jugada por banda izquierda sería el que asistiría, y Trossard, con un remate de zurda, el que mandaría el balón al fondo de la red a tres del final.
