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El penúltimo raulista vivo

Ahora que los goles vuelven a importar...

Gracias a Dios que los goles (esa suerte indudablemente menor del fútbol) han vuelto a importar. Y ha coincidido este perverso interés por el gol, que será pasajero, con la recuperación para el mismo del crack argentino Leo Messi. Lo que se destacó mientras Messi anduvo con la moral baja fue la asistencia como valor supremo del juego. Cristiano, que es el gran competidor del argentino, era un grosero por marcar tantos goles. Y un egoísta. Messi no. Pudiendo marcar tantos o más goles que Cristiano, Leo se los regalaba a sus compañeros en un acto de generosidad infinita que le convertía no sólo en un deportista único e irrepetible sino en un hombre ejemplar. Pero gracias a Dios, como decía antes, ese sarampión ha pasado y, ahora que Messi vuelve a marcarlos, ya importan otra vez los goles.

A mí el gol siempre me ha importado mucho. Puede que esté yo equivocado y los demás tengan razón pero servidor siempre creyó que el objetivo final del juego del fútbol era marcar cuantos más goles mejor. Que conste que mi fe en el gol jamás vaciló, ni siquiera cuando la mayoría de expertos españoles decía que su importancia era muy relativa y que lo realmente trascendente era asistir al compañero. Pero nunca me ha importado tanto el gol como para falsear la realidad: Leo Messi no ha superado el récord de Telmo Zarra. Don Telmo marcó 252 partidos en 278 partidos mientras que Leo necesitó 11 más. Messi es el máximo goleador histórico de la Liga española, eso sí, pero el registro de Zarra continúa intacto.

Cristiano, que está a 55 goles de Zarra, sí que puede superar su marca puesto que ha marcado 197 pero en 102 partidos menos. Salvo lesión o enfermedad, que por supuesto nadie desea, Cristiano superará a Zarra en 2015 y, si sigue marcando con tanta voracidad, a Messi en 2016. No es cuestión de colores, ni tampoco de fobias o filias; es matemática pura. De lo que hablan en realidad los récords imposibles de superar de Messi es de lo grandísimo futbolista que es el único que puede batirlos, y con solvencia además. De lo que hablan los goles de Messi es de lo extraordinario jugador que es Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro. Cristiano tiene que aprovechar este nuevo arreón de Messi para presumir de goleador. Ojalá le dure mucho tiempo enchufado el argentino porque la racha de Leo será su racha. Cuando Messi vuelva a secarse, el gol dejará de importar y Cristiano regresará a su estado natural, el del egoísmo y la provocación.

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