Como en la obra maestra de Billy Wilder, sólo que aquí sin crimen por medio afortunadamente, en el caso del adiós de Cristiano Ronaldo también existe una doble indemnización o, por mejor decir, dos indemnizaciones distintas a abonar al club blanco por parte de la Juve (si es que el equipo italiano no acaba echándose atrás) dependiendo de la cara que muestre en la foto el futbolista. Si no es la Juve será otro club, por ejemplo el United, el que deposite esa cláusula de broma porque parece imposible que CR7 siga vistiendo la camiseta del Real Madrid: el enfado del portugués es monumental con Florentino Pérez por haberse negado a acceder a sus pretensiones económicas y el del presidente con el máximo goleador histórico del club y con su entorno es monumental por las formas empleadas, que considera inaceptables... una vez más.
Así que Florentino, que ya se conoce un poco el paño y sabe que sus clásicos le acusaran de haber disparado contra JFK y de haber matado a Manolete al mismo tiempo, pretende reducir los daños impidiendo que Cristiano se vaya montando jaleo, de ahí justamente la doble indemnización: 100 millones si le explicas a todo el mundo que eres tú el que quiere irse porque te apetece bajar tres peldaños deportivos en tu carrera o 1000 millones si te niegas a pactar un adiós razonable y sin shows por medio. El presidente del Madrid quiere evitar un impacto negativo inmediato, aunque no veo cómo pueda impedir que, si Cristiano acepta irse explicando sus motivos, el portugués no cuente su versión de lo sucedido dentro de un año o de dos. Así han acabado las cosas entre el Real Madrid y el mejor futbolista blanco de la historia por detrás de Di Stéfano por el mal asesoramiento de Jorge Mendes y el orgullo mal entendido del futbolista.
Porque la explicación es tan simple como la que sigue: harto de estar harto de las "espantás" anuales de Cristiano (la más reciente, la del año pasado en A Bola), Florentino Pérez decidió pasar al ataque. Sobre los motivos de Cristiano se han contado muchas milongas, entre ellas la de la falta de respeto porque, justo cuando le concedían su quinto Balón de Oro, al presidente del Real Madrid se le ocurrió decir que cuando CR7 se fuera empezaría una nueva etapa (¿es que no empezará? ¿cerrará el Bernabéu? ¿dejará de jugar al fútbol el Madrid?) o por asegurar que Neymar tenía más fácil conseguir el premio de France Football si vestía la camiseta blanca (¿es que no es así? ¿no lo tendría más fácil? ¿no lo ha tenido más fácil el propio Cristiano?)... Florentino llegó a sentirse incómodo en su propia casa, sin saber qué podía decir y qué no, qué preguntas responder y con qué tono... hasta que se hartó. Ahora pone pie en pared y, de paso envía un mensaje dirigido a los próximos navegantes que pretendan adentrarse en tan caudaloso río: "aquí el jefe soy yo".