El periodismo deportivo español se ha lanzado definitivamente y con inusitada voracidad a la pura y dura antropofagia con el cadáver deportivo de José Mourinho. No sé por qué me ha venido a la cabeza una de las últimas escenas de la magnífica El hombre que pudo reinar, de John Huston: Daniel Dravot, atrapado en mitad de un puente por los monjes de Kafiristán, que acaban de descubrir que no es un dios, canta con gallardía The minstrel boy mientras éstos van cortando lentamente las lianas antes de caer irremisiblemente al vacío: "Tierra de canción! dijo el poeta guerrero aunque todo el mundo te traiciona; una espada, por lo menos, tus derechos se protegerán. Un arpa fieles te alabarán!"...
http://www.youtube.com/watch?v=rfHs6em8SLA
El martes, en plena orgía blanca de goles al Málaga (una de las indudables revelaciones de la temporada) y en uno de los mejores partidos de fútbol que pueden verse ahora mismo en España y que bien pudo haber sido una de las dos semifinales de Champions, oí en Radio Nacional de España, la radio pública, que Özil pasaba de Mourinho, que un rato se iba a la banda y otro se venía al centro para despistar, y que además hacía bien en pasar de su entrenador porque éste había sido muy malote (esto es cosecha propia) con sus jugadores y les había quitado el bocadillo de Nocilla. Debe ser por eso, porque los jugadores hicieron la alineación y pasaron de Mourinho, por lo que el Real le ganó 6-2 al equipo de Pellegrini, quien por cierto se quejó de la actuación arbitral, como hace todo hijo de vecino, al final del partido. Ya sabemos por qué el Madrid goleó al Málaga, aún está por descubrir por qué el equipo blanco marcó la pasada temporada 121 goles y obtuvo 100 puntos: seguro que no tuvo nada que ver con Mourinho.
El jueves oí en Radio Marca que Mourinho "pasaba de la Copa". Así, sin más. Mourinho pasaba de la Copa, que es algo que ahora empieza a tomar cuerpo en los akelarres radiofónicos, y sanseacabó. Lo más preocupante es que alguien dijo que Mourinho pasaba de la Copa y todos los tertulianos estuvieron de acuerdo. El argumento, claro, es falaz; no hay más que comprobar los desastres coperos del Real Madrid a lo largo de los últimos veinte años para darse perfecta cuenta de que si el hombre que ha ganado una Copa, ha caído ante el Barça en los cuartos de final de otra y puede proclamarse campeón de la tercera el viernes que viene está pasando de esta competición, Del Bosque, Valdano, Hiddink, Toshack, Schuster y compañía debieron ofender directamente al Rey Juan Carlos I y por extensión a toda la Casa Real española desde Felipe V El animoso por lo menos. Está visto que, como dejó por escrito el otro día David Gistau, han empezado los "juicios de Nüremberg del Txistu".