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El penúltimo raulista vivo

Primos hermanos

Me gustaría saber cuántos votos sería capaz de sacar un candidato a la presidencia del Fútbol Club Barcelona que se declarara español por los cuatros costados. Por curiosidad. Me gustaría saber cuántos votos podría recolectar entre la masa social azulgrana un candidato a la presidencia del Barcelona que no fuera tan calculadamente ambiguo como para decir en público que él quiere que les vaya muy bien en el Mundial a todos los futbolistas culés, que es, por otro lado, lo máximo que se le ha podido arrancar al independentista Joan Laporta. Pongamos por caso a Sandro Rosell, que va de moderno; Rosell dijo el otro día en una entrevista que le hicieron en Antena 3 exactamente lo mismo que viene repitiendo Laporta: "me alegraré mucho por los triunfos de los futbolistas del Barcelona". Y no pudieron sacarle de ahí. No dijo "yo soy español y quiero que el Mundial lo gane España" sino "me alegraré mucho por los triunfos de los futbolistas del Barcelona".

Rosell dice que él no va a politizar el Barcelona pero, cuando le preguntan qué selección quiere que gane el Mundial, él responde que se sentirá muy feliz con los éxitos de los jugadores internacionales del Barcelona. Malo si ese es el auténtico sentimiento de Rosell porque entonces no le diferencia absolutamente nada de Laporta en ese aspecto; peor aún si Rosell se manifiesta así por pura cobardía y simple cálculo político porque demuestra que no va a ser un presidente fiable. Y si me centro en Sandro Rosell no es por antipatía sino porque, según todas las encuestas, parece que va a arrasar en las elecciones del próximo domingo a pesar de todos los desvelos de su archienemigo Laporta. Ingla y Ferrer van exactamente en la misma línea mientras que Benedito, que viaja en el furgón de cola electoral, se aventuró a comentar que él prefería que ganara España porque Cataluña no tiene selección propia y porque al fin y al cabo "los españoles y los catalanes somos primos hermanos".

A pesar de que saben que es inviable, los cuatro candidatos apoyaron el otro día la iniciativa Cataluña en el Mundial Brasil 2014. Me gustaría saber cuántos votos sería capaz de sacar un candidato a la presidencia del Fútbol Club Barcelona que saliese diciendo en campaña que es imposible que Cataluña tenga una selección propia en 2014, 2018 ó 2040. Por curiosidad. Es cierto que las elecciones del Real Madrid, y sobre todo las últimas que dieron con los huesos de Calderón en el sillón presidencial, fueron "sucias a la madrileña", pero estas del Barcelona han sido "cochinas a la catalana". No es necesario que uno de los candidatos se ponga a quemar votos en la vía pública o que otro de ellos compre voluntades por un par de vueltas en el Dragon Khan para que el ambiente resulte nauseabundo. Y, al fin y al cabo, los Sanz, Baldasano, Calderón, Villar Mir y Palacios no habrían dudado jamás a la hora de responder qué selección querrían ellos que se llevara el Mundial: la suya, por supuesto, la selección nacional de España.

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